El Papa Francisco recibió en sus manos el programa de la Multisectorial 21F, que nuclea a 1800 organizaciones sindicales y sociales de toda la Argentina. El programa, de 21 puntos, fue desarrollado en más de 60 asambleas desde Ushuaia a la Quiaca y de la periferia al centro del país.
El elegido para hacer esta entrega en Plaza San Pedro, fue Nicolás del Mastro, dirigente de La Alameda y de la Multisectorial 21F de Rosario, con quien pudimos conversar:
Kontrainfo: -La Multisectorial 21F tiene entre sus fuentes doctrinarias al Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, de Juan Domingo Perón, y la encíclica Laudato Si’, del papa Francisco. Que el programa de la 21F, elaborado en asambleas de organizaciones libres del pueblo, a lo largo y ancho de todo el país, haya llegado a manos de Francisco, es de alguna forma una vuelta al origen, ¿cómo recibió el Papa este programa?
Nicolás del Mastro: -Efectivamente, el 21F se ha constituido utilizando como referencia y como método, no solamente doctrinario, el mensaje de Francisco, que está sintetizado muy bien en la Laudato Si’, pero que ya viene originariamente en su trabajo, cuando era Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires. Esto tiene que ver con esta gestualidad que ha ido manteniendo en distintas expresiones y en distintos momentos en estos dos últimos años, de distintas maneras de ir acompañando el proceso de construcción.
Francisco está al tanto de todo este trabajo, de hecho ayer en los minutos de intercambio que pude tener de charla con él, en mi experiencia en la Plaza San Pedro participando en esta Audiencia General, él me transmitió que estaba al tanto del trabajo que veníamos haciendo, que nos alentaba a que continuemos trabajando de abajo hacia arriba; es decir, desde las bases, legitimando este proceso de esta construcción de un diálogo por debajo, precisamente desde la periferia territorial; es decir, desde la lejanía de los centros tanto de poder como de grandes ciudades, en donde desde las comunidades más pequeñas se pueden generar estos vínculos, este diálogo, este puente, este encuentro que se materializa en la práctica.
Lo recibe feliz, lo recibe contento, ayer nos alentó a que sigamos y nos dijo que estaba al tanto y nos agradecía por lo que estábamos haciendo. Básicamente esa fue la recepción de ayer, que es un signo más, es un gesto más, es un mimo más que Francisco hace ya con el trabajo que venimos haciendo. Anteriormente, cuando fue “Pan, Paz y Trabajo”, Francisco recibió una remera con esa consigna; después. en otros hechos, también, recibiendo a distintos dirigentes gremiales en el marco de la Organización Internacional del Transporte (ITF), y ahora en esta posibilidad que tuve yo, en esta Audiencia del 9 de octubre.
-Juan Domingo Perón basó buena parte de la doctrina peronista en la Doctrina Social de la Iglesia. En base a estas premisas pudo elaborar un proyecto de comunidad organizada en la que el movimiento obrero fuera su columna vertebral. A tu entender, ¿qué rol deberían ocupar en nuestra sociedad actual el movimiento obrero organizado y la Iglesia?
-El rol que ocupa tanto la Iglesia como los sindicatos es clave en este contexto de organización, que tiene que ver, primero, con legitimar, con recrear, con revalorizar; y, por otro lado, con proponer; es decir, el 21F se propuso como objetivo, no solamente unir a los que debíamos unir, encontrarnos con los que nos debíamos encontrar y defender a los que nos defendían, sino que fue mucho más allá. Y dio un protagonismo mayor a la construcción de propuestas; es decir, de alternativas, y no solamente pensando en lo inmediato, o por la negativa; es decir, oponiéndose a algo. Sí, está muy bien el rechazo a la Reforma Laboral, el rechazo a la Reforma Previsional, pero el 21F no se quedó solamente allí sino que construyó alternativas, como los métodos de arbitraje, en donde las mesas, como el formato colectivo tripartito para la implementación de las nuevas tecnologías; es decir, la posibilidad de que el movimiento obrero tenga un rol protagónico, no solamente en la defensa de las conquistas sino también en las propuestas, adelantándonos.
Y eso es clave en la construcción que hizo Francisco, porque tienen un rol preponderante, ya lo manifiesta él con sus mensajes a los movimientos populares, también en Laudato Si’, donde habla de este diálogo que tiene que haber, todos sentados en una mesa. En la Iglesia también es clave: Francisco habla de una Iglesia sinodal, en salir al encuentro, no encerrada en sí misma, sino que pide pastores con olor a oveja, pero que también pide un pueblo, una feligresía con voz y voto al interior. Lo vimos en los últimos Sínodos, tanto en el de jóvenes como en el de ahora, el de la Amazonía que está transcurriendo hoy en día, en donde las comunidades están teniendo un protagonismo. Es decir, las Organizaciones Libres del Pueblo, en libertad y con creatividad, tienen un rol fundamental y clave para contrarrestar el paradigma tecnocrático que se ha puesto entre medio de las relaciones entre las personas, entre los grupos colectivos y en el cuidado de la Casa Común. Entonces, es clave la participación en este nuevo contexto, incluso a escala global.
-En la Argentina post electoral, y pensando en el largo plazo, a varios años, ¿qué rol político y social debería ocupar la Multisectorial 21F?
-Creemos que esta etapa, es una etapa de coyuntura, pero es una etapa que debe ir pensando, adelantándose, debemos ir construyendo en cada una de las comunidades mesas de diálogo; es decir, recrear esta memoria colectiva que tiene nuestro pueblo, que en su momento impulsó Francisco como Arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires con aquel Diálogo argentino, en estos contextos en donde claramente la Argentina está siendo llevada a un campo minado para el gobierno que viene que, si bien va a tener una legitimidad popular, va a tener infinidad de condicionantes económicos, tanto externos como internos.
Entonces en ese contexto es donde decimos que la 21F tiene que constituirse, desde las bases y en la periferia, con mesas de diálogo, en donde sentemos a los actores de la economía real, como lo hicimos en Rosario, y esa es la experiencia que uno viene a transmitir, precisamente en mi participación en este Coloquio de jóvenes en la Pontificia Academia para las Artes y las Ciencias Sociales, de eso me voy a ocupar, de poder no solamente de describir el fenómeno de lo que estamos viviendo en nuestras economías, en nuestras comunidades, en nuestros países del sur, afectados y condicionados, no solamente por un estilo de vida que descarta, sino también por una economía que no es circular, que maximiza, utiliza y que solamente piensa en cómo sacar mayor provecho descartando personas, recursos humanos y afectando los pueblos.
En ese contexto, lo que decimos es que la manera es constituir mesas de diálogo. Lo hicimos en Rosario, cuando fue la Declaración de la Emergencia, el ámbito de la Iglesia sentando a los empresarios, a los pequeños comerciantes y también a las Organizaciones Sindicales y los Movimientos Sociales. Lo hicimos también en el caso del debate del Presupuesto, sentando a los diputados que representaban a Santa Fe. Lo hicimos también para el trabajo con las áreas sociales del Estado, pidiendo incluso hasta una audiencia a Stanley, y nunca obtuvimos respuesta. En ese contexto la metodología es intensificar y darles mayor formalidad a estas mesas de diálogo, en donde empecemos a trabajar cuáles son los problemas reales y qué este famoso “pacto social” o este famoso “gran acuerdo” que tenemos que ir construyendo, eso se va a hacer si hay mesas de diálogo fortalecidas en las bases.
Y ese el rol de 21F: seguir construyendo, microscópicamente o capilarmente, esa unidad y solidaridad que necesitamos entre todos para poder salir de esta situación de crisis cíclica que vive la Argentina, que, de una vez por todas, nos permita erradicar la pobreza, devolverle la dignidad a los excluidos y a los más vulnerables y cuidar la Casa Común.