La industria tecnológica de avanzada en la Argentina siempre fue resistida por los EEUU. Especialmente en el área de radares ya que se entra en competencia con sus propias corporaciones, como Raytheon o Northrop.
El lobby de estas empresas para radarizar por su cuenta a la Argentina, y el desarrollo de tecnología nacional en la última década a partir de instituciones propias como INVAP (empresa estatal que también desarrolló los satélites ARSAT).
El desmantelamiento de estos desarrollos tecnológicos parece estar en la agenda del actual gobierno macrista, más interesado en adquirir tecnología y trabajo a las corporaciones multinacionales, siendo éste uno de los motivos por los que se decretó la “emergencia en seguridad”, una normativa que habilita a realizar estas adquisiciones sin licitación y por contratación directa.
El decreto además de inconstitucional por sus implicancias legislativas en materia penal (“ley de derribo”) permite una enorme cantidad de negociados, ya que el Estado podrá realizar compras de material bélico millonario sin ningún tipo de control.
El caso de los radares de INVAP se complementa con la compra de material armamentista a Israel, acordado por Macri en su encuentro con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (ver nota aquí).