Esta es la batalla que actualmente se está dando en el mundo a nivel supranacional. Cada vez que un país intentó comerciar su petróleo por fuera del dólar fue destruido por el aparato militar de los EEUU: Irak y Libia por citar algunos casos. Hoy China con el petroyuán respaldado por sus reservas de oro (en alianza discreta con la Casa Rothschild+Windsors y el paraguas nuclear Putin) disputan a la divisa norteamericana (respaldada por el sector liberal financiero de Wall Street y el clan Rockefeller) el comercio mundial. ¿Se concretará este cambio hegemónico global con un enfrentamiento bélico directo, como ha ocurrido en el pasado, o seguirá el mundo bajo esta nueva Guerra Fría o “Tercera Guerra Mundial en Etapas” (en términos del papa Francisco) que estamos viviendo?
El fin del Imperio del dólar
por Wim Dierckxsens y Walter Formento
“El petroyuán-oro es una moneda mundial respaldada por el petróleo y el oro, algo que Estados Unidos ya no puede hacer (…) Todos los exportadores de petróleo a China tendrán que aceptar en primer lugar la moneda china, el yuan a cambio de petróleo. Como incentivo, los chinos ofrecen cambiar los yuanes convertibles en oro”
El imperio del dólar está llegando a su fin. El dólar está a punto de dar un importante paso hacia atrás. En 1944-1945 el dólar-oro se impone luego que Estados Unidos (EUA) se ubicará como uno de los ganadores la Segunda Guerra Mundial y lograra imponer su moneda al Reino Unido, desplazando a la libra esterlina de su lugar de moneda de referencia mundial.
A principios de los años setenta se produce la crisis del dólar-oro (que venía arrastrándose desde 1967) y el dólar dejó de tener respaldo en oro, sin embargo el acuerdo obtenido por el exsecretario de Estado de EUA Henry Kissinger y la Casa de los Saud en Arabia Saudita permitió el nacimiento del llamado petrodólar.
El petrodólar fue la moneda que vino a expresar los intereses de las corporaciones multinacionales estadounidenses ya expandidas a Europa y Japón. En realidad el petrodólar no es la moneda nacional del conjunto de los capitales industriales estadounidenses porque son las corporaciones multinacionales estadounidenses las que dominaban la producción, el comercio mundial y el consumo mundial de energía basada en el petróleo. Por esta razón económica pudieron pactar e imponer esta nueva moneda de referencia mundial, el petrodólar, que en la práctica es una herramienta de extorsión que obliga a todos los países a cambiar producción y trabajo real por una moneda creada a pura deuda, sin respaldo.
Hoy existen cada vez más países que ven el dominio del dólar como un obstáculo para su soberanía y su buen desenvolvimiento dentro de la economía global, lo cual muestra su actual crisis de hegemonía. En el pasado reciente países relativamente pequeños como Irak y Libia fueron invadidos al pretender negociar el petróleo por fuera del ámbito del dólar, y hoy existe una amenaza real de invasión sobre Venezuela porque ha establecido su derecho a negociar su petróleo por fuera del ámbito del dólar.
Es preciso saber que en esta misma coyuntura los países multipolares BRICS con China a la cabeza, el eje con mayor crecimiento económico en los años recientes, se plantearon seriamente lanzar el petroyuán-oro como moneda de referencia mundial. Con el ascenso de este rival –con suficiente fortaleza en diversos planos– por primera vez desde 1944, se podrá hablar con propiedad de un próximo desplazamiento del dólar como moneda dominante, pues ya ha perdido su hegemonía.
El petroyuán-oro es un esquema de moneda mundial que no solo está respaldada por la materia prima más importante, el petróleo, sino también está anclada en el oro, algo que EUA ya no puede hacer. Su ventaja radica en ser un esquema monetario de las economías más dinámicas, que además son grandes productoras y compradoras de oro y que han conformado gigantescas reservas en oro para respaldar al yuan, que por sí sólo no podría avanzar e imponerse.
El 26 de marzo de 2018, después de haberlo pospuesto varias veces, China finalmente tomó la decisión de lanzar en la Bolsa Internacional de Energía el esquema de cambio petroyuán-oro, hecho que producida un cambio de fondo del sistema monetario internacional.
Todos los exportadores de petróleo a China tendrán que aceptar en primer lugar la moneda china, el yuan, a cambio de petróleo. Como incentivo, los chinos ofrecen cambiar los yuanes convertibles en oro. También la Bolsa de Valores de Hong Kong emitirá contratos a futuro en yuanes –en el comercio de petróleo– que serán igualmente convertibles en oro. Los exportadores de petróleo incluso podrán retirar dichos certificados de oro fuera de China, es decir, el petroyuán estará disponible para pagarse hasta en los llamados “Bullion Banks” en Londres. Con la introducción del petroyuán se nos presenta el mayor desafío directo para el dólar, hasta hoy la moneda dominante a nivel mundial en los contratos de petróleo.
La estrategia de China multipolar será no atacar frontalmente al sistema del petrodólar, sino minarlo progresivamente para hacer que el yuan y otras monedas como el euro, el yen, etc., lleguen a ser tan imprescindibles como el dólar, es decir, construir un mundo multipolar de monedas. Hay acuerdos entre el Banco Central de China (PBoC) y el Banco Central de la Unión Europea (BCE) para permitir intercambios directos entre el yuan y el euro. Han firmado estos acuerdos para hacer posible que, finalmente, ambas monedas se fortalezcan mutuamente de manera autónoma y fomenten la interpenetración de los sistemas financieros de ambas regiones. Lo anterior es una clara señal que la Unión Europea mantiene la puerta abierta para integrarse al mundo multipolar.
No solamente hay una amenaza externa para el dólar, el mayor peligro, en nuestra opinión, se encuentra al interior mismo de los EUA. El capital financiero globalista está haciendo todo lo posible para generar un colapso bursátil y atribuírselo a las “fuerzas del mercado”, utilizando para ello a sus propios conglomerados de comunicación para esta operación de golpe de Estado del soft power de la manipulación.
El globalismo financiero puede llevarnos a una gran crisis económica financiera no vista desde 1930. Es la crisis de la gran burbuja armada desde los tiempos de Alan Greenspan, quien asumió la presidencia de la Reserva Federal (Fed) en 1987 y la dejó en febrero de 2006, crisis que hoy intentan atribuírsela, por todos los medios, a la “mala” administración del Gobierno de Trump.
El partido demócrata de EUA, verdadero representante político del establishment del capital financiero globalizado, encontraría allí el momento oportuno para forzar el impeachment (destitución) del presidente Trump. De esta manera el globalismo financiero no solo podría sacar fuera de juego a Trump y a los funcionarios que expresan el interés del continentalismo financiero estadounidense y de los capitales nacionales marginados por los globalistas, sino que retomaría el control del Gobierno en EUA, para imponer una moneda global a disposición desde el Banco de Basilea, el banco central de todos los bancos centrales del mundo, bajo pleno control del capital financiero globalizado y más en concreto, bajo la hegemonía del imperio de la Rothschild House [N. del Editor: la Casa Rothschild juega con China y Gran Bretaña en el patrón oro contra el proyecto de la Casa Rockefeller del dólar de expansión ilimitada] .