El partido de fútbol que muchos planteaban podía ser uno de los más importantes de la historia argentina no pudo llevarse a cabo y terminó en un papelón mundial, debido a las evidentes fallas en el dispositivo de seguridad dispuesto por Larreta y Patricia Bullrich, lo que acrecienta las dudas y temores sobre lo que ocurrirá en la reunión del G20, estando a solo 5 días y que reunirá en Buenos Aires a los presidentes de los principales países del mundo.
El micro con jugadores de Boca atacados a piedrazos, ladrillazos y botellazos sufrió una emboscada en una zona que debía custodiar la zona estaba a cargo de la Prefectura, conducida Bullrich. Cuando estas fuerzas responden lo hacen gaseando a los propios jugadores, por lo que pudo verse a varios de ellos ingresar descompensados al vestuario.
El propio chofer del colectivo que llevaba a los jugadores resultó herido por lo que incluso todo pudo terminar en una tragedia mucho mayor, ya que tuvo que ser reemplazado en el momento y el vehículo corrió riesgo de chocar.
La encargada de brindar la seguridad al G20 había dicho “el Estado está en condiciones de garantizar la seguridad en los estadios. Vamos a tener un G20, imagínese que lo de Boca y River parece algo bastante menor al lado de tener veinte presidentes y ocho organismos internacionales”, vanagloriándose de su capacidad para manejar la situación.
Si lo que era algo “bastante menor” casi termina en una tragedia, ¿en qué puede llegar a terminar el G20 bajo estas manos?