El escandaloso fraude electoral en el Congo con las máquinas electrónicas que Macri iba a usar en la Argentina

El fraude en el Congo es una clara alerta para este año electoral 2019. Es sabido que el Gobierno de Macri hizo todo lo que estuvo a su alcance para implementar el cuestionado método de Boleta Única Electrónica en las elecciones nacionales. El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, tenía avanzados planes para instrumentar máquinas de votación electrónicas de la empresa Miru Systems de Corea del Sur, lo que se frustró parcialmente dadas las opiniones en contrario que llovieron de especialistas de distintas ramas de la ciencia, informando que el sistema electrónico favorecía la realización de mayúsculos fraudes. El propio ministro Ibarra terminó denunciado por comprar las máquinas antes de contar con la reforma legal que lo habilitara. Pero lo que no ocurrió (por ahora) en la Argentina acaba de pasar en la República del Congo. El fraude en el país africano se realizó utilizando las mismas máquinas electrónicas de la empresa elegida por Cambiemos. La alteración de datos habría ocurrido en la fase de transmisión de datos (desde las terminales electrónicas a la central de cómputos), justo la fase en la que el Gobierno de Macri ahora busca introducir actualmente cambios a través de la cuestionada empresa Smartmatic.


El ministro Andrés Ibarra negociando la compra de las máquinas en Corea del Sur.

El presidente Joseph Kabila llegó al gobierno del Congo hace ya 18 años. La presente elección era vista por todos los observadores internacionales como el final de su partido en el gobierno, ya que tanto las encuestas previas como las boca de urnas daban una ventaja abismal al candidato de la oposición, Martin Fayulu, el que casi duplicaba al oficialismo, representado por un delfín de Kabila, Emmanuel Shadary. 40.000 observadores de la Iglesia Católica daban resultados que otorgaban un 62% de los votos al opositor Fayulu, un número a su vez compatible con una filtración de 15 millones de votos con un porcentaje similar. Sin embargo, un candidato amigo del gobierno terminó ganando la elección.

Esta enorme discrepancia entre los porcentajes de los observadores y los del recuento de votos oficial en el que le duplicaron los votos al “opositor amigo”, Felix Tshisekedi, puede verse en el siguiente gráfico:

El resultado fraudulento será ahora sometido al análisis de la Corte Suprema de Justicia, sin embargo, muchos sostienen que dicha institución se encuentra sometida al oficialismo, por lo que muy probablemente el fraude se consume. Por lo pronto, la Comisión Electoral declaró la victoria de Felix Tshisekedi, supuesto opositor del que todos sospechan mantiene un acuerdo con el presidente saliente, Joseph Kabila.

El fraude que iba a ocurrir en el Congo había sido rechazado con anticipación por la oposición incluso con fuertes manifestaciones como puede verse en el informe titulado “DR Congo’s democracy” vs “Korea-made voting machine”. También se puede observar en el video la interpelación en el parlamento surcoreano al representante de la empresa que negoció con el ministro Andrés Ibarra:

Las máquinas compradas por el gobierno del Congo son hechas por la firma surcoreana Miru Systems Co., que creó las máquinas para las elecciones argentinas de 2017. Las máquinas finalmente no fueron seleccionadas para su uso en aquellos comicios por cuestiones de seguridad que las hacían vulnerables a hackers, dijo Sasha Lezhnev, vicedirector de políticas del Enough Project, una ONG que trabaja para la organización The Sentry”, informó el diario The Washington Post. O sea, justo la empresa elegida por el ministro de Modernización de Macri para las futuras votaciones en la Argentina e incluso las mismas máquinas (la cantidad de 100.000 llamativamente coincide con las que iban a ser adquiridas por nuestro país).

A pesar de la manifiesta ilegalidad de haber comprado las máquinas antes de ser aprobada la reforma legal que lo permitiera, la denuncia por “malversación de fondos públicos” y “abuso de autoridad” contra Ibarra fue desestimada por el juez Ariel Lijo.

En la Argentina, Cambiemos sigue insistiendo con la “necesidad” de implementar el voto electrónico bajo distintas modalidades, así sea en formas parciales. Aún se está a tiempo de evitar caer en esta trampa.

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