¿De qué tipo de libertad y democracia hablamos en Argentina?

por Ricardo Vicente López

Libertad y democracia son conceptos que aparecen reiteradamente en el lenguaje cotidiano. La falta de una adecuada información y reflexión sobre los contenidos que encierran, o debieran encerrar, y la utilización, muchas veces antojadiza que se hace de esos vocablos, no siempre por ingenuidad o ignorancia, logra que se hable de ellos y con ellos con una desaprensión que impide profundizar aspectos vitales y esenciales para la vida en el mundo de hoy. Además impide acordar posiciones adultas entre ciudadanos que estén pensando en mejorar las condiciones básicas de nuestra comunidad política.

El lenguaje político, no el de la política en su tratamiento académico o universitario, sino el lenguaje que se emplea en lo que podemos llamar el espacio público, el de la comunidad política, invadido hoy por los grandes medios de comunicación, ha padecido un uso abusivo y distorsivo del lenguaje que ha desnaturalizado sus significaciones originarias. Como ejemplo de algunos conceptos que se repiten constantemente, disolviendo el sentido que el diccionario de la Real Academia Española les otorga veamos estos: dictadura, fascismo y democracia. Hagamos un simple ejercicio de lectura del diccionario:

«Dictadura: Gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad en un país. Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente».

«Fascismo: Movimiento político y social de carácter totalitario que se produjo en Italia, por iniciativa de Benito Mussolini, después de la Primera Guerra Mundial».

«Democracia: doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado y en el ejercicio de sus libertades».

A partir de estas definiciones me atrevo a afirmar entonces que un país como los Estados Unidos de Norteamérica no responde a las exigencias del concepto democracia. La larga vigencia de una ley que se aprobó para una emergencia, pero que se mantiene hasta hoy, el Acta patriótico, restringe gran parte de las libertades y distorsiona los aspectos básicos de la democracia. Veamos qué dice Wikipedia:

La Ley Patriota, denominada en inglés USA Patriot Act, es un texto legal estadounidense promulgado el 26 de octubre de 2001. Fue aprobada por una abrumadora mayoría tanto por la cámara de representantes como por el senado estadounidense después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El objetivo de esta ley es ampliar la capacidad de control del Estado en aras de combatir el terrorismo, mejorando la capacidad de las distintas agencias de seguridad estadounidenses al coordinarlas y dotarlas de mayores poderes de vigilancia contra los delitos de terrorismo. Así mismo la ley también promulgó nuevos delitos y endureció las penas por delitos de terrorismo. La Ley Patriótica ha sido duramente criticada por diversos organismos y organizaciones de derechos humanos, debido a la restricción de libertades y garantías constitucionales que ha supuesto para los ciudadanos, tanto estadounidenses como extranjeros.

¿Cómo se puede poner como ejemplo de libertades democráticas un país que ha restringido drásticamente gran parte de las libertades individuales, pilares de un modelo democrático? Por el contrario podemos leer en los medios o escuchar declaraciones de dirigentes políticos que ponen como ejemplo a ese país y critican duramente a otros a los que califican livianamente como dictaduras. Personas y medios que se autoinstituyen en Tribunal Superior para calificar qué países o cuáles personas son democráticas, por lo tanto autorizadas moralmente para hablar y pontificar, ayudan muy poco a una democracia adulta.

El propósito de esta nota es llamar a la reflexión y poner en debate un conjunto de conceptos básicos, ideas fundantes, revisar cómo se han dado en los procesos políticos, cómo debe hacerse un uso responsable de ellos, en la búsqueda de una práctica, un ejercicio, una experiencia de pensamiento crítico. Incorporar una mayor claridad conceptual ayuda a un análisis más profundo. El proceso de la globalización, que ha penetrado una parte importante de los países del área occidental, del cual no estamos exceptuados, ha avanzado tras sus objetivos políticos, económicos, financieros, culturales; ha conseguido enturbiar los debates políticos, banalizarlos, descafeinarlos, farandulizarlos, transformando el ámbito público y privado del ciudadano en una cambalache discepoliano, rebajando temas fundamentales a meras disputas de cuestiones personales. Los debates televisivos son un triste ejemplo de ello.

Este logro de propósitos de las últimas décadas de sectores internos y externos a nuestro país ha convertido los grandes, esenciales y urgentes problemas de los pueblos, en discusiones de feria. El objetivo más inmediato es alejar al ciudadano de a pie de la política, cansado de ver que los temas y necesidades del ciudadano no encuentran solución. De allí que considero esta propuesta una necesidad, una tarea imprescindible, para poder reencauzar nuestro pensamiento por senderos más fructíferos. Los tiempos que corren anuncian negros nubarrones en el horizonte mundial. La unidad de las diferencias, respetando las diversas posiciones, en pos de consensos básicos con el objetivo de construir un mundo mejor para todos,  impone este camino.

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