China se declara dispuesta a liderar un Nuevo Orden Mundial

El poder global construye, sostiene y luego abandona en un segundo plano a sus anfitriones estatales. Así ocurrió con los Países Bajos en el siglo XVII, con Gran Bretaña en los siglos XVIII y XIX y con EEUU en el siglo XX. Con un EEUU agotado en sus recursos por el parasitismo financiero global, el sistema internacional comienza a buscar un sucesor para que detente la hegemonía entre las naciones. El próximo hegemón dentro del orden mundial parece estar destinado a ser China. Eso explicaría la defensa de la apertura económica y el libre comercio, realizada en Davos, por Xi Jin Ping y la actual declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores de China acerca de la disposición a asumir el liderazgo mundial:


China dice estar dispuesta a dirigir el mundo si fuera necesario
RT.com

Un alto funcionario del Ministerios de Exteriores chino declaró que su país se verá obligado a asumir el liderazgo global si EE.UU. materializa su política de ‘Estados Unidos primero’.

Un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha dado a entender que Pekín podría recoger la antorcha del liderazgo global si ninguna de las otras potencias se decide a hacerlo.

Estas declaraciones hacen referencia al hipotético caso de que los Estados Unidos liderados por Donald Trump decidieran abandonar sus tradicionales políticas internacionalistas para centrarse en asuntos domésticos.

“Si alguien dijera que China está desempeñando un papel de liderazgo en el mundo, yo contestaría que esto no sucede porque nuestro país luche por el primer puesto, sino más bien porque los principales candidatos han dado un paso atrás, dejando ese lugar a China“, dijo este lunes Zhang Jun, director general del Departamento de Economía Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, informa la agencia Reuters.

El funcionario agregó que, de producirse ese escenario, China no rechazaría la oportunidad de dirigir el mundo si fuera necesario y sirviera para el bien común.

Zhang hizo estos comentarios tras el discurso del presidente de China, Xi Jinping, en el Foro Económico Mundial de Davos la semana pasada. En su intervención, Xi defendió los beneficios de la globalización y advirtió sobre los peligros del aislamiento a los que Washington se podría enfrentar si el presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera materializar su política de ‘Estados Unidos primero’ declarada en su discurso de investidura.

Ese día, Trump prometió a sus ciudadanos que Washington no sacrificaría las necesidades de los estadounidenses de a pie por el bien de las naciones extranjeras.

En respuesta a estas declaraciones, el presidente chino comparó las políticas proteccionistas prometidas por el mandatario estadounidense con “encerrarse a sí mismo en un cuarto oscuro” sin luz y sin aire.

Xi también declaró que China no usaría la devaluación de la moneda como herramienta para obtener ventajas competitivas sobre otros países, respondiendo así a las numerosas acusaciones de Donald Trump de competencia desleal.

Las tensiones entre EE.UU. y China han ido en aumento después de que Trump se convirtiera en el primer presidente de Estados Unidos, desde 1979, en contactar directamente con un líder taiwanés, tras mantener una conversación telefónica con la presidenta Tsai Ing-wen después de su victoria en las elecciones norteamericanas.

Aunque Trump insistió en que la conversación que habían mantenido no tuvo ningún significado político, el hecho provocó un escándalo diplomático que no parece mostrar signos de amainar.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/229325-china-asumir-liderazgo-mundo


China: el discurso con el que Xi Jinping, el líder del gigante comunista, se convirtió en Davos en el último gran defensor de la globalización
– BBC.com

Es el mundo al revés. En Davos, el sitio de reunión por excelencia de la elite capitalista pro globalización, el último gran defensor de un mundo sin barreras comerciales es el secretario general del Partido Comunista chino.

Xi Jinping, el primer presidente de China en asistir a la cumbre internacional de Davos en Suiza, ofreció este martes en ese escenario una apasionada defensa del libre comercio y la globalización.

“Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el hogar del capitalismo, un nuevo presidente dice que las actuales reglas del libre comercio deben ser desechadas”, recuerda Kamal Ahmed, editor de economía de la BBC.

Bienvenidos al nuevo y extraño mundo en el que China, irónicamente, está apareciendo como el último gran defensor del sistema globalizado que por tanto tiempo tuvo en Washington a su más ferviente promotor.

“Algunos culpan a la globalización por el caos en nuestro mundo, pero nuestros problemas no son causados por la globalización”, dijo el líder chino el martes.

No habrá ganadores en una guerra comercial. Seguir el proteccionismo es como encerrarse uno mismo en un salón oscuro: puede que evite el viento y la lluvia, pero también se quedarán afuera la luz y el aire”, señaló Xi Jinping.

“Tenemos que permanecer comprometidos con el desarrollo del libre comercio y la inversión para promover el comercio y la inversión, la liberalización y la facilitación (del comercio) a través de la apertura y decir no al proteccionismo”, señaló Xi.

“Cualquier intento de cortar el flujo de capitales, bienes y personas entre economías y redirigir las aguas hacia lagos aislados, simplemente no es posible”, remarcó.

Su discurso es evidentemente una respuesta al presidente electo estadounidense, Donald Trump, quien ha pedido levantar barreras comerciales contra las importaciones de China y otros países, en su intento por cortejar la simpatía de la clase trabajadora blanca en su país.

Muchos de estos obreros culpan a la competencia extranjera del deterioro de su propia condición económica.

“El mensaje de China es claro”, asegura nuestro editor. “Estados Unidos puede estar empezando a mirar más hacia adentro de sus fronteras, pero China busca extender su influencia y la ruta escogida es la de la economía”, apunta Ahmed.

Xi Jinping es el líder político de mayor calibre en el evento de este año en Davos. Otros dirigentes como la canciller alemana Angela Merkel decidieron no asistir.

En cambio, China envía la mayor delegación que la ha representado en esa reunión anual de dirigentes empresariales y políticos en los Alpes suizos.

También están presentes en la delegación de la potencia asiática magnates empresariales como Jack Ma, el fundador del gigante global de internet Alibaba, así como Wang Jianlin, otro de los hombres más ricos de China y presidente de la firma de desarrollo inmobiliario Dalian Wanda.

“La destacada participación china en el Foro Económico Global de Davos, el lanzamiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura como rival del Banco Mundial dominado por Estados Unidos y la resurrección del corredor de comercio de la Ruta de la Seda desde Asia al Medio Oriente y Europa, son todas estrategias que apuntan en una dirección: el entusiasmo de Xi Jinping por una China más expansionista”, asegura Ahmed.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido el campeón indiscutible del libre comercio, pregonando sus ventajas como principio organizador de un mundo en el que dominaban sin demasiado esfuerzo.

Trump frecuentemente asegura que el sistema global de comercio e inversión que defendió Estados Unidos por décadas ahora esclaviza a la nación.

A su vez, promete medidas que, de cumplirse, abandonarían en buena parte la defensa de ese sistema en el mundo, para concentrarse en mantener una fortaleza económica proteccionista dentro de sus fronteras.

Que China pudiese ser el que herede la posición del libre comercio global, como alguna vez Estados Unidos heredó el puesto del Reino Unido, es un resultado que difícilmente podría haber anticipado cualquier observador hace unas cuantas décadas, cuando el gigante asiático operaba bajo las estrictas reglas económicas del comunismo.

Pero el evento de Davos de este martes ofrece un anticipo de lo que podría ser esa nueva realidad política, en la que los defensores de la globalización tengan que mirar a Pekín y no a Washington, al menos mientras Trump siga en la Casa Blanca.

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