Caso Facundo Castro: “Las 10 mentiras que quisieron instalar”

Dos hipótesis enfrentadas atraviesan este caso. Aquí compartimos dos buenos resúmenes de ambas para que cada cual pueda sacar sus propias conclusiones. Con fecha 10 de agosto se difundió un texto del sitio web bahiense “LaBrújula24” resumiendo la versión de la fiscalía y la jueza federal intervinientes en el caso. Con fecha 12 de agosto, se conoció la respuesta de los abogados de la querella, difundida originalmente por el sitio web “Revista Cítrica”. Las ponemos a disposición de nuestros lectores para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones.

Texto 1:
Las 10 brutales mentiras que quisieron instalar
Fuente: LaBrujula24

Se cumplieron 100 días de la desaparición de Facundo Astudillo Castro. En el camino de la investigación judicial, que comenzó el 5 de junio tras la denuncia de su mamá, fueron surgiendo datos e informaciones que contradicen la única hipótesis planteada por la querella: la desaparición forzada a manos del Estado.

Mientras la causa estuvo en la Justicia ordinaria, la hipótesis más fuerte que se exploraba tenía que ver con que Facundo había llegado a Bahía Blanca y algo malo le había sucedido. Tenían en la mira a un grupo de personas relacionadas con una exnovia y el mundo narco.

Sin embargo, ante la aparición de tres testigos -acercados por los abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto- se comenzó a plantear que Facundo había sido “chupado” por La Bonaerense. Los declarantes afirmaron que a dos mil metros del ingreso a Buratovich observaron al chico acercándose a un patrullero.

Con ese dato, y ante la sospecha de que la policía podía ser responsable de la desaparición, la causa fue girada para que se investigara específicamente esa hipótesis. La desaparición forzada de personas es única y exclusiva competencia del fuero Federal.

Así las cosas, el fiscal Santiago Ulpiano Martínez comenzó a instruir el caso con la colaboración de la Policía Federal, Prefectura Naval, Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria.

La querella, lejos de trabajar codo a codo con la fiscalía en la búsqueda del chico y en el esclarecimiento de la verdad, comenzó a alimentar un show mediático, que poco tiene que ver con la prueba que existe en el expediente.

Y en paralelo todos aquellos que no se sumaron a repetir la “historia oficial” de la querella fueron blanco de ataques e insultos. Cuestionar o marcar contradicciones de lo que se pretendía instalar provocó la furia y la insolencia del abogado Aparicio.

Funcionarios judiciales y los pocos periodistas que informaron sobre lo que sucedía en la causa (y no en la TV) fueron blanco de ataques y difamaciones. No hacerse eco de una construcción imaginaria te hacía merecedor de un insulto. Es entendible: la impotencia y el nerviosismo aflora ante la inexorable aparición de la verdad.

Lamentablemente parte del periodismo viene (des)informando a la población de manera grosera y repulsiva, basándose exclusivamente en una construcción imaginaria. Pocos contrastaron o verificaron esa información con la verdad del expediente judicial. No es excusa que “la noticia la da el abogado”, el deber de la verdad impone a cualquier periodista corroborar esos dichos con la causa. Si uno hace afirmaciones con una única e interesada fuente -y nunca chequea si eso que se afirma se acerca a la verdad o no- ya no está cometiendo una inocente “mala praxis” periodística sino que está siendo funcional a la desorientación general y la ocultación intencional de los hechos.

Encontrar a Facundo y saber qué es lo que realmente sucedió debiera ser el norte de todas las personas de bien. Conocer los hechos tal como ocurrieron y a los responsables. Triste es ver a una madre desesperada y angustiada, manipulada por personajes que parecen tener intereses muy alejados a la averiguación de la verdad.

Los hechos son sagrados y una investigación judicial no es una cuestión de fe. La palabra de la jueza María Gabriela Marrón puso blanco sobre negro. Y el fiscal Santiago Martínez, en un comunicado oficial, confirmó lo que se viene informando desde hace semanas: no se han encontrado pruebas que sostengan la hipótesis de desaparición forzada y hasta se empieza a dudar de la veracidad de los testigos de la querella. ¿No será hora de explorar alguna otra línea investigativa?

Pero ahora, y más allá de lo expuesto, hagamos un repaso con las 10 más brutales mentiras (primera parte) que se han intentado instalar en el último tiempo.

1) Facundo estuvo secuestrado en la subcomisaría de Mayor Buratovich. FALSO. No hay una sola prueba en el expediente judicial que así lo indique.

2) Se encontró el cierre de la mochila de Facundo en la subcomisaría de Buratovich. FALSO. Eso se informó reiteradamente en algunos medios nacionales y locales. Burda mentira.

3) Rastros en los patrulleros. Más allá de que no era el perito oficial, sino uno convocado por la querella, un adiestrador y su perro se acercaron a los móviles secuestrados. El animal allí marcó “esencia de Facundo” en los dos vehículos policiales. En este caso, si lo afirmado por el entrenador fuera correcto, no haría otra cosa que corroborar la versión de los policías. Lejos de lo que se pretendió instalar como una prueba incriminatoria, se trata de todo lo contrario. La querella siempre manifestó que ninguno de los autos secuestrados eran los que habían llevado a Facundo. Uno es el que aparece en la famosa foto de Facundo (por infracción a la cuarentena) junto al policía Sosa. El otro (un patrullero negro y blanco) es el que tenía asignado el policía Alberto González y que declaró que, efectivamente, estuvo con Facundo y lo identificó sacándole foto al carnet. La querella siempre afirmó que el uniformado mentía y que nunca el chico había tomado contacto con González, ya que había sido secuestrado antes. Es decir el perro confirmó la versión del testigo. En resumen se intentó hacer aparecer un indicio de manera contraria a la que tiene, se quiso instalar una INTERPRETACIÓN FALSA.

4) Dos en una. Manchas de sangre y libros de guardia. Se afirmó (y se repitió hasta el cansancio) que en los patrulleros había sangre. FALSO DE TODA FALSEDAD. Por otro lado, se aseguró que los libros de guardias estaban adulterados y que allí se encontraría la verdad de lo sucedido. Los peritos de la Policía Federal analizaron los documentos e informaron que no había nada llamativo allí. OTRA MENTIRA.

5) La testigo que declaró ante la Justicia y dijo haber llevado a un chico de similares características a Facundo fue descalificada insistentemente. Sin embargo, para los investigadores tiene absoluta credibilidad (por eso organizaron rastrillajes desde el Salitral de la Vidriera hasta Cerri). Su relato quedó objetivado con la lectora de patentes del control fitosanitario. Su camioneta Honda pasa a las 16.03 del 30 de abril, coincidente exactamente con el momento que el policía Alberto González dice que Facundo se sube a una camioneta. El patrullero luego da “vuelta en U” para volver al pueblo: esa maniobra es descripta por el uniformado en su declaración, exactamente lo mismo que dice la mujer que vio por su espejo retrovisor. Además, en el caso del policía, la geolocalización del patrullero y el horario en el que su teléfono particular toma la fotografía del carnet de Facundo le dan la razón. TESTIGOS VERDADEROS.

6) El teléfono de Facundo. También la tecnología aportó datos duros en ese sentido. Y señaló que el aparato estuvo activo hasta las 20.57 horas del 30 de abril. Y que las últimas antenas que lo tomaron estaban ubicadas en Bahía Blanca. La querella descree de la prueba porque afirma que mientras secuestraban a Facundo en Buratovich alguien viajó hasta Bahía a “plantar” el teléfono y además, como si fuera poco, simuló ser Facundo para intercambiar mensajes con un amigo y la exnovia. TESIS SIN FUNDAMENTO.

7) Se reprodujo hasta el hartazgo la información del hallazgo de ropa, una mochila y huesos “posiblemente de Facundo” tras un rastrillaje señalado por una clarividente. Aún a sabiendas de que no coincidía ninguna de las prendas y que los restos óseos pertenecían a una vaquillona, se montó un espectáculo patético de varios días. OTRA FARSA.

8) Testigos. La estrategia de descalificar (incluso con cuestiones personales) a los testigos que pusieron en jaque la hipótesis de la desaparición forzada también fue una constante. Los únicos que tenían credibilidad –según la instalación mediática – eran los aportados por la querella. Sin embargo la realidad de la causa muestra otra cosa y, nuevamente, la verdad de los hechos se fue imponiendo. Los testimonios de los tres testigos -que declararon por primera vez el 4 de julio- que afirman haber visto cuando Facundo se acercaba a un patrullero, comienzan a tener algunos puntos flojos. Los investigadores quisieron “objetivar” el relato de las tres personas y se encontraron con una sorpresa: el auto en el que viajaban los testigos no aparece en la lectora de patentes ubicada en el control fitosanitario. Es decir, ese vehículo –marca Peugeot 206– nunca quedó registrado en el sentido Villarino – Bahía el 30 de abril. Ante este dato, la querella salió a denunciar que esos registros fueron alterados y parte de la prensa lo repitió sin ningún sustento. La Justicia lo tomó como evidencia creíble y válida. Y, como si todo fuera poco, el móvil policial que dicen los testigos que estaba en el lugar y la hora que declaran no aparece en el registro de georreferenciación del AVL ubicado en dicho lugar. PRUEBA DURA SOBRE LOS TESTIMONIOS.

9) El hallazgo de una artesanía en un cuarto externo del puesto de vigilancia de Origone, que según la madre perteneció a Facundo, le agrega aristas realmente increíbles a la historia. Según sostuvo la querella, Facundo nunca llegó a Origone porque lo llevaron a la subcomisaría de Buratovich. Afirmaron que el policía Alberto González (de Origone) nunca estuvo con Facundo, que mintió para encubrir a sus colegas secuestradores del pueblo anterior. ¿Entonces? Según esta línea de pensamiento, al joven lo secuestraron (primero dijeron en km 776, luego “rumbo a Ascasubi”), lo trasladaron a la subcomisaría de Buratovich y más tarde se llevaron parte de sus pertenencias (altamente comprometedoras) para depositarlas en una bolsa de basura del puesto vial de Origone? TEORÍA QUE NO SE SOSTIENE APLICANDO EL MÁS MÍNIMO SENTIDO COMÚN.

10) Móvil. ¿Cuál sería el móvil de los ignotos agentes de Buratovich para secuestrar y desaparecer a un chico de 22 años? ¿Cometerían semejante delito luego de que todos supieran que habían sido los últimos en verlo en la ruta, de quedar retratados hasta con una foto y formalizando y elevando las actuaciones a un juzgado? ¿Los testigos (al menos cuatro) que no pertenecen a La Bonaerense y que confirman que Facundo siguió su viaje hacia Bahía, qué motivos tendrían para encubrir semejante atrocidad?

Tras este cúmulo de datos duros, la pregunta que se impone es: por qué motivos se sostiene algo que no se demuestra en las constancias de la causa y que pone palos en la rueda para el esclarecimiento de los hechos. Qué intención tienen aquellos que, a sabiendas o por ignorancia, instalan y repiten una historia tan alejada de la verdad.

***
Texto 2:
Facundo: las 10 casualidades o causalidades
Fuente: Leandro Aparicio – Revista Cítrica

Con el tiempo aprendí que a la gente de a pie hay que hablarle sencillo. Es cierto, las citas, frases, artículos que se utilizan en el lenguaje jurídico, no se condicen con el lenguaje de la gente común, y por ello, no las entienden.

Entonces, para simplificar, digo con la mayor claridad posible y sencillez de palabras que en este bendito país en democracia, para que haya desaparecidos como Facundo, Daniel Solano, Jorge Julio López, Luciano Arruga, Santiago Maldonado y tantos más, existe una estructura estatal que permite y facilita la impunidad judicial de esas “desapariciones”, siendo su engranaje esencial, el principal “desaparecedor”, la propia policía, y las otras “piezas” del mecanismo perverso son los fiscales, jueces, políticos, gobernantes y periodistas, siendo estos últimos los encargados de vender carne podrida que después compran (sin grietas ni fisuras) los grandes medios de Buenos Aires. Los periodistas de esta especie son los mejores abogados defensores de esa policía.

Es por eso que explicamos las diez brutales mentiras que quisieron instalar en la desaparición de Facundo Castro Astudillo. Cristina –su madre- Luciano y yo -sus abogados- queremos hablar de esas “casualidades” o causalidades.

Una casualidad es una causa o fuerza a la que supuestamente se deben los hechos y circunstancias imprevistas, especialmente la coincidencia de dos sucesos, y la causalidad es una reacción de causa y efecto.

1°) En el 100% de las infracciones del art. 205 de la pandemia, es decir por imperio de la ley, los infractores son llevados a la comisaria para la confección del acta. En el caso de Facundo,  los policías Sosa y Curuhuinca, lo infraccionan  el 30 de abril a las 10.15 horas y, “casualmente”, incumpliendo el protocolo legal, lo dejan seguir con rumbo a Bahía.

2°)  A las 12.30, Siomara Flores, quien “casualmente” es policía y hermana del policía Curuhuinca (el que “casualmente” dejó ir a Facundo), “casualmente” venía en su auto, y “casualmente” ve a Facundo y decide detenerse, y “casualmente” lo lleva a Origone, y “casualmente” Facundo le pide: “No le digas nada a mi mamá”.

3°) Lo que cuenta Siomara se lo entera “casualmente” 49 días después Cristina Castro, cuando quiere entrar en Mayor Buratovich, el 18 de Junio, y se ve impedida de entrar por el bloqueo de cinco patrulleros que “causalmente” se encontraban en el lugar. Y aparece “causalmente” el subcomisario Raguilon y le dice a Cristina: “Señora, usted no tiene nada que hacer aquí”, y de pronto, “casualmente” aparece la policía Siomara y le cuenta a Cristina que llevó a Facundo hasta Origone, pero ante preguntas lógicas de Cristina, “causalmente” le contesta: “No puedo hablar con usted por orden de mis superiores”.

4°) Y desde allí se van todos para Teniente Origone, donde “casualmente” aparece el policía González, quien le dice a Cristina que “causalmente” estuvo con Facundo, que le sacó una foto de su carnet porque Facundo no tenía su DNI, que “casualmente” llama a la comisaría de Médanos, y “causalmente” le contestan que ya lo habían infraccionado en Buratovich, y “casualmente” lo deje seguir viaje. “Casualmente” esa llamada no es encontrada en el celular de González y “causalmente” González declara al otro día que “casualmente” pudo ver a una camioneta OROCH GRIS que “casualmente” levanta a Facundo, y “causalmente” lo lleva a Bahía.

5°) Ese mismo día, 18 de Junio de 2020, “casualmente” encuentran a un testigo que dice que es empleado, sin decir cuál, y “casualmente” dice que el día, anterior a las 21.30 horas, cuando se encontraba fumando en la vereda del domicilio, se le acerca un masculino de 1,40 metros con vestimenta idéntica a la que Facundo tenía 47 días antes de desaparecer, y charlan unos minutos, y Facundo le dice que se dirigía hacia Ingeniero White, para encontrarse con dos amigos, para luego dirigirse a Villa Devoto.

6°) El día 26 de Junio, cuando ya se pidió el apartamiento de la Justicia y la Policía Provincial, empieza a buscar testigos hasta debajo de las piedras, más de ciento cincuenta, y entre todos ellos, “casualmente” aparece Jorge Agustín Galarza, que “casualmente” es de profesión teniente de la policía, y dice que posee un  kiosco “que el día 5 de julio, en el horario entre las 11 y las 13 horas, tocan el timbre del negocio, en Villa Talleres, una persona vestida como Facundo, y que compró un atado de cigarrillos marca RED POINT de 20, y además le ofreció bolsas de residuos, que él le compró para darle una mano al joven, comprando tres paquetes de diez bolsas negras, marca SOL, de 45 cm. por 60 cm. Que este joven le refirió: ¿No te acordas de mí? Contestando -“Facundo”- que era el joven que el 17 de Junio,  alrededor de las 21.30 horas aproximadamente, fue al negocio y le pidió fuego mientras estaba lloviznando, y le dijo que iba a encontrarse con dos amigos de White, que se iban para Buenos Aires, a Villa Devoto. En la tercera declaración prestada por Galarza, ya en el marco de estas actuaciones, el Fiscal de la PROCUVIN Dr. Andres Heim, le solicitó al testigo que se abstenga de seguir declarando porque estaba incurriendo (al menos) en el delito de falso testimonio. “Casualmente” después del primer testimonio del testigo policía trucho, se envía, a los días 18  de Junio, un oficio a LA BRÚJULA  y a LA NUEVA, (fs. 186); y a Gendarmería el día posterior 19 de Junio ( fs. 192).

7°) El día 13 de Julio, German Sasso, periodista del medio LA BRÚJULA, con conexiones estrechas con la Justicia Provincial, Federal y la policía de la provincia de Buenos Aires, a través de la red social Twitter, manifestaba en el momento previo en el que un testigo estaba declarando: “Hoy podría declarar una mujer que el 30 de abril por la tarde transitó por la ruta 3. ¿Habrá visto algo?” 

Una hora después, en el muro de Facebook de una persona llamada Erica Benítez, que posteó a las 17.25 del día 14 de Julio de 2020, lo siguiente:
“Vuelco en la investigación por la desaparición de Facundo José Astudillo Castro”.

a) Declaró una mujer que el 30 de abril transitó por la ruta 3 y llevó a Facundo hasta la rotonda que confluye con la ruta 22.

b) Se confirman así los dichos del último policía que lo vio, quien manifestó que lo levantó una camioneta.

c) Es el mismo vehículo que pasó por el puesto fitosanitario a las 16:06 hs y lo dejó ahí. 

d) Luego habría sido levantado por otro conductor.

e) La mujer que dice haberlo llevado también dijo que pasó por el fitosanitario.”

Esta “fakenews” o falsa noticia es la que repite el (todavía) Ministro de seguridad de la Provincia de Buenos Aires, y es interesante saber cómo llega ese dato. “Casualmente” por el mail enviado por la Comisaría Comunal de Villarino, justamente el día 13 de Julio, en el que se remite un extracto: Informo a usted que en la fecha, 18.40, se apersona en el despacho de la subestación comunal de Mayor Buratovich Sgto. Leg. 191762 Siomara Flores y Of  Pol. Leg. 488412 Mario Gabriel Sosa, refiriendo SOSA, que instantes antes, en su domicilio se apersonó un sujeto masculino no identificado ni conocido por él, quien le manifestó que por intermedio de N.N. tomó conocimiento que XX habría sido la persona que habría llevado a Facundo a Bahía Blanca y quien no se habría presentado a brindar testimonio en sede judicial y/o policial por temor. Esto fue ingresado a la Fiscalía Federal a las 9.37 del día 14 de julio. Tal vez no haya advertido el sr. Fiscal, que “casualmente” uno de esos policía, Sosa, participó de la detención “oficial” y el labrado de infracción al Art. 205 del C.P. para con Facundo el día 30 de Abril de 2020 a las 10 horas.

8) Pero, si faltaba otra “casualidad” para confundirnos es el testimonio del policía -quien lo ratificó hoy día 12 de Agosto-, Emanuel Marcelo Piriz, quien el día 14 de Julio a la mañana tomó contacto telefónico con XX quien le dijo que “con frecuencia suele levantar a personas que “hacen dedo” en la ruta y las traslada desde la zona por donde circula más habitualmente”, informó que “NO PUEDE PRECISAR QUE “HAYA LEVANTADO A ESE CHICO”, no obstante lo cual, el día 27 de Abril próximo pasado, había levantado EN LA GARITA DE MAYOR BURATOVICH, un muchacho morocho, flaco, pero un poco más alto de la estatura de la persona que buscamos, creía que medía cerca de 1,70 metros, y también que se trataba de una persona de más de 30 años. De esta persona no recuerda mayor descripción, salvo que le comentó que trabajaba en el campo. Recuerda que lo dejó en un parador al costado de la ruta 3, que -pidiendo precisiones acerca de la fecha en que habría acercado a esta persona- ratificó recordar que fue el día 27 de Abril, dado que recuerda haber realizado el viaje de Buratovich a Bahía Blanca, porque tenía un turno médico en el centro de rehabilitación xxxx de esta ciudad. Que en reiteradas oportunidades, XX ratifica no poder precisar si la persona a que se refería era Facundo.

9) “Casualmente” la fiscalía secuestró los teléfonos de los policías Flores, 13 días después que los solicitó la querella, y “casualmente”, el día que arribó a esta ciudad el Ministro Berni, quien “casualmente” dijo que los policías habían entregado voluntariamente sus teléfonos. Eso es cierto, pero si no los entregaban voluntariamente, se los secuestraban. De las irregularidades que la Sra Jueza hasta ahora no ha advertido, es que la oficial Siomara Flores, “casualmente policía”, y “casualmente” hermana de Jana Curuhuinca, “voluntariamente” desactivó su Whatsapp el día 8 de Mayo de 2020, “casualmente” 8 días después de la desaparición Facundo, y cuando nadie, “casualmente”, sabía de su desaparición.

El policía González, quien voluntariamente entregó su teléfono y dijo que había llamado a la Comisaría de Médanos cuando encontró a Facundo, y que desde Médanos le habían dicho que lo deje seguir, “casualmente” no tiene esa llamada ese día, a esa hora, en los registros de su celular. 

Y Sosa y Curuihuinca, quienes “casualmente”  borraron mensajes de audio y de texto de sus celulares, olvidaron borrar un mensaje que los incrimina, y por el cual el Fiscal de una manera dolosa, formuló una acusación encaminada al fracaso, de la cual fue denegada, y “casualmente” después no adhirió al mismo pedido de detención de la querella, aduciendo a que la Jueza la había rechazado.

10) “Casualmente”, o no, un día después que se formulara acusación contra el secretario de seguridad Martin Pachecho, se publicó lo siguiente: “Exclusivo: tambalea el relato de los testigos que acusan a la policía tras un informe técnico. El auto en el que viajaban las tres personas que aseguraban haber visto el 30 de abril al joven subiendo a un patrullero no aparece en los registros de la lectora de patentes ubicada en el fitosanitario”.

La lectora de patentes es la misma que registró el paso, a las 16.03 de ese 30 de abril en una camioneta Honda, de la testigo que declaró hace dos semanas y que indicó que llevó a un chico de similares características a Facundo, y que lo dejó en la vías ferroviarias antes del cruce del Ruta 3 y 22. Por este motivo, la Justicia dispuso rastrillajes focalizados desde ese punto geográfico hacia la localidad de General Daniel Cerri.

¿Qué pasó con Facundo?

Por ahora el destino de Facundo sigue siendo un misterio, aunque hay una hipótesis –distinta a la desaparición forzada– que crece días tras día.

El “periodista” German Sasso acota en uno de los tantos tweets diseminados falsamente a lo largo de la investigación: “Según el informe obtenido por la Justicia Federal, el auto de los testigos aportados por la querella nunca egresa de Villarino el 30 de abril. Sólo aparece ese mismo día ingresando a ese distrito a las 17.44 horas. Datos. 11:35 a. m. 30 jul. 2020″.

Toda esta mentira o fake news se ha dado porque el señor Sasso, que dice conocer a fondo el expediente con datos duros, no habrá leído el primer informe enviado por el Dr. Francisco Simonetti el día 13 de Julio, obrante a fs 321 a 347, en el escrito explicativo que luce a fs. 349 del expediente federal, en donde sí aparece el coche de los tres testigos.

Ahora bien, en el segundo de los informes suscripto por el Secretario de Seguridad Ciudadana del Municipio de Villarino Martín Pacheco, obrante a fs. 448/451 del expediente federal al otro día, es decir el 14 de Julio de 2020, “casualmente” desaparece el automóvil por el cual circulaban los tres testigos, circunstancia declamada no solo por Sasso sino también por el Dr. Sebastián Martínez, apoderado de la Municipalidad de Villarino.

Tampoco figura en el primero de los informes el recorrido del automóvil de los 3 testigos rumbo a Bahía Blanca, los que nos infiere a pensar que, o los testigos entraron por el mar a Bahía Blanca, o el lector de patentes no leyó la patente, o alguien alteró el informe original.

Decimos texto porque resulta sugestivo que “casualmente” respecto de los tres testigos que salieron de Luro, alrededor de las 15, no se haya tomado la patente.

Por último, “casualmente” este repetidor serial de mentiras, insinúa mediante un retweet, que la sandía pudo ser plantada por la querella, ya sea Cristina Castro, Marcos Herrero, o sus abogados, y parece que es así, porque de otra manera no se puede entender el razonamiento que pueda tener la Jueza o el Fiscal, porque si no la plantó la querella, ¡¿cómo llegó esa sandía a ese calabozo inmundo?! O la dejó Facundo, o la arrojó alguien que haya estado en contacto con Facundo.

Texto de Leandro Aparicio, abogado de la familia de Facundo Castro Astudillo.