Carta abierta al presidente argentino a propósito de su viaje a Israel. ¿Por qué, estimado Alberto Fernández? Por Pablo Jofré Leal

Por Pablo Jofré Leal

Estimado presidente:

Leí con atención la noticia, que daba cuenta, de su próximo viaje a El Vaticano, para entrevistarse con su compatriota Francisco. Pero, la sorpresa fue mayúscula cuando se menciona, que previo a ese encuentro, usted visitará los territorios de la Palestina Histórica ocupada desde el año 1948 (denominada Israel) el día 23 de enero próximo. Allí, usted será parte del llamado “Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la Lucha contra el Antisemitismo”. Una ceremonia que recordará la liberación del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz en 1945 a manos del Ejército rojo Soviético.

Permítame decirle, con todo el respeto que su alta investidura merece, que ese es uno más de los numerosos encuentros destinados a lavar la imagen de uno de los regímenes más criminales del mundo y al mismo tiempo afianzar la idea, que en el marco de aquellos que han sido asesinados por ideologías totalitarias y mesiánicas, se trate de fundamentar, que la crítica contra la ideología que sustenta dicha entidad israelí – el sionismo – puede ser calificada de una conducta antisemita.

Me pregunto ¿Por qué? ¿Cuál es la razón de fondo que lo impulsa a usted a realizar su primer viaje al extranjero, como Jefe de Estado, a los territorios palestinos ocupados por una entidad, que desde su fundación, el año 1948, se ha dedicado en forma crónica y contumaz a consolidar un régimen de apartheid contra aquellos ciudadanos de origen palestino, que conforman el 20% de la población en Israel y al mismo tiempo consolidar un proceso de ocupación, colonización y bloqueo contra el pueblo palestino, tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza?

Lo señalado, es una política llevada a cabo por todas las administraciones de gobierno israelí, sin excepción, laboristas, ultraderechistas del likud, apoyados e intensificados por los movimientos de colonos ultranacionalistas, extremistas y religiosos; mediante la violación del derecho internacional, cometiendo crímenes de lesa humanidad, haciendo caso omiso del medio centenar de resoluciones emanadas del seno de la Organización de Naciones Unidas, donde habitualmente han contado con el aval y la conducta cómplice de Washington, quien suele ejercer su antidemocrático derecho a veto, impidiendo la condena contra la entidad, que a través del lobby sionista en Estados Unidos rige su política exterior.

Insisto en la pregunta Sr. Presidente ¿Por qué? ¿Cuál es la motivación para que su primer viaje, ejerciendo el mando, tras derrotar a uno de los más cercanos políticos al régimen israelí en Latinoamérica, como es Mauricio Macri, no sea a un país vecino o a otro de Latinoamérica y termine en cambio, con usted, bajando los escalones en el Aeropuerto Ben Gurion en Tel Aviv, desde donde decenas de miles de palestinos fueron forzados a abandonar su hogar tras la guerra de ocupación del año 1948. Y, además, sea recibido por un premier acusado de corrupción como es Benjamín Netanyahu?

Pasan varias respuestas por mi mente, entre ellas, el que esté usted siendo sometido a enormes presiones por el tema AMIA, con todos los intereses de grupos sionistas argentinos, en concomitancia con la embajada del régimen israelí y Estados Unidos. [N. del E.: ¿Acercarse a Israel como requisito para renegociar la cuantiosa e impagable deuda?] Tal vez, en el actual escenario internacional, de agresiones contra la República Islámica de Irán, lo estén obligando a situarse en el bando de aquellos que entran en labores de apoyo, coordinación, convenios económicos, acuíferos e incluso en compras militares y de formación policial y seguridad con Israel, tal como lo hizo Macri y en oposición a la nación persa, en momentos de fuerte tensión internacional.

Suele atraer a los gobiernos la idea de comprar la idea de un Israel “ejemplar, avanzado, emprendedor” que tanta experiencia ha adquirido en diversas materias, incluyendo en ello áreas de educación represiva y control social, como lo atestigua el campo de concentración y experimentación llamado Cisjordania y Franja de Gaza. Lugares donde esta entidad “innovadora” prueba las armas que venderá y se usarán en otras partes del mundo. Bien sabe usted Sr. presidente, que el régimen israelí ha asesinado a 350 palestinos, desde el 30 de marzo del año 2018 a la fecha con el uso de francotiradores apostados en la valla artificial que separa la Franja de Gaza de la Palestina histórica ocupada (a lo que debemos sumar medio centenar de muertos sólo el año 2019 en Cisjordania). Utilizando también, por ejemplo, gases lacrimógenos, de los mismos vendidos a Chile y Colombia para reprimir las manifestaciones de cientos de miles de personas.

Bien sabe usted que la represión social, la tortura física, psicológica, la ocupación de territorios, la destrucción e invisibilización del patrimonio arquitectónico, la música, comida, lengua, vestimenta y cultura palestina es parte de la política israelí contra el pueblo palestino, como lo atestiguan los informes de Amnistia Internacional, la UNESCO, la Comisión de derechos humanos de la ONU entre otras organizaciones incluyendo algunas de la propia sociedad israelí como BTSelem.

Bien sabe usted que esa conducta criminal, como también la construcción de un muro que se adentra 720 kilómetros en territorio de Cisjordania, más las decenas de kilómetros que se están construyendo en Gaza (que se adentra incluso en el mar) , los cientos de check point que impiden el libre tránsito de los millones de palestinos sometidos al más grande campo de concentración llamado Palestina. La demolición de viviendas, la destrucción de cultivos, la restricción para el uso del agua y la energía eléctrica, la construcción de asentamientos, que violan la Cuarta convención de Ginebra y que han trasladado 650 mil colonos sionistas (entre ellos miles de argentinos de creencia judía) en asentamientos en Cisjordania, incluyendo Al Quds (Jerusalén). Todo ello es parte de la política de ocupación y colonización llevada a cabo por Israel desde el año 1948 a la fecha. 72 años de crímenes comprobados y condenados sin que exista bloqueo, sanciones, embargos, aplicación de la Carta de las Naciones Unidas contra los gobiernos sionistas. Eso bien lo sabe usted y…estando al tanto de ello, ¿Qué lo impulsa a visitar esa entidad?

Tal vez, estimado Sr. presidente influye el hecho que en Argentina, el día 18 de enero se conmemoran los cinco años de la muerte del Fiscal Nisman y como un gesto a la comunidad judía de vuestro país, esté aceptando este trago amargo para millones de hombres y mujeres, que miramos con ojo crítico el que participe de este lavado de imagen israelí. Y hablo de blanqueo de imagen pues los propios judíos, críticos del uso que se hace del holocausto, lo han dado a conocer. Tal es el caso del intelectual Norman Finkelstein (cuyos progenitores pasaron por campos de concentración del nacionalsocialismo) quien a través de su libro “la Industria del Holocausto” denuncia a quienes lucran de esos crímenes.

Un libro definido como “vehemente, iconoclasta y polémico, que es la denuncia de dolorida voz que alza el hijo de unos supervivientes contra la explotación del sufrimiento de las víctimas del Holocausto… donde uno de los mayores peligros para la memoria de las víctimas del nazismo procede precisamente de aquellos que se erigen en sus guardianes. Basándose en una gran cantidad de fuentes hasta ahora no estudiadas, Finkelstein descubre la doble extorsión a la que los grupos de presión judíos han sometido a Suiza y Alemania y a los legítimos reclamantes judíos del Holocausto y denuncia que los fondos de indemnización no han sido utilizados en su mayor parte para ayudar a los supervivientes del Holocausto” sino para mantener en funcionamiento una industria provechosa para organizaciones que han lucrado con ella afianzando el sionismo.

Sr. presidente, desde este lado de la cordillera y estoy convencido, desde otras múltiples latitudes de nuestra Latinoamérica donde la solidaridad con el pueblo palestino alza día a día sus voces, se han puesto muchas esperanzas en su gobierno. Sobre todo después de tener ustedes que soportar una administración que durante 4 años, no sólo generó sufrimiento a su población, sino que estrechó lazos con un enemigo de los pueblos como es el sionismo. Esperanzas en que pueda ayudar a revertir esa política impulsada desde el norte, que pretende enfrentarnos como pueblos, que apoya golpes militares y sanciones contra nuestros hermanos pero calla cuando sus propios patrocinadores asesinan lideres sindicales, gremiales, indígenas, quitan la vista a través de disparos a centenares de manifestantes, gasean sus esperanzas y hunden sus sueños de mejores pensiones, mejor educación y no tener que pensar en enfermarse, pues eso puede significar su muerte.

Recuerde usted que la visita de Netanyahu a Sudamérica efectuada en septiembre del año 2017 visitó vuestro país, regido por Macri y Colombia dirigido por Iván Duque, aliados del sionismo en esta parte del mundo, firmando una serie de acuerdos que muestran la decisión del sionismo de tomar a Sudamérica como un campo de expansión económica, militar e ideológica, con todo el peligro que ello entraña. No es casual que empresas israelíes estén involucradas en mi país en temas de corrupción por cientos de millones de dólares, a través del caso de facturas duplicadas. Sirva esto de advertencia, para que pise con cuidado, cuando el camino tiene el sello sionista.

¿Mi petición Sr. presidente? Es sencilla ¡no asista a ese foro de purificación política del sionismo! No le otorgue legitimidad a una ideología equiparada por la propia ONU en la resolución Nº 3379 “con el racismo en general y el apartheid sudafricano en particular, y llamó a su eliminación, entendiéndola como una forma de discriminación racial”. Si lo solicitado es imposible, pues los poderes fácticos son mayores, entonces atrévase a declarar su solidaridad con la autodeterminación del pueblo palestino, solidarice con las víctimas de un pueblo sometido a la ocupación y colonización de un régimen, que como sostengo en mi libro “Palestina: crónica de la ocupación sionista” que se lo haré llegar próximamente “con una astucia y perversidad difíciles de igualar, el sionismo pretende convertir al victimario en víctima y al agredido en agresor”

Sr. presidente salgamos de la versión del victimario, omnipresente en los medios de comunicación y en los discursos oficiales de las potencias mundiales, que promueven un proceso de normalización de relaciones comerciales, culturales y militares con la potencia ocupante. Este Israel impune, sin que jamás hayan expresado esas potencias una condena clara y tajante a las sistemáticas y permanentes violaciones a los derechos humanos en Palestina. Usted puede marcar la diferencia en el seno mismo, en el nido desde donde Israel suele tratar de amenazar al mundo con denunciarlo por las críticas al sionismo. No podemos aceptar que algunos crímenes se conmemoren con solemnidad, al mismo tiempo que procesos similares de asesinatos, de creación de guetos, de violaciones a derechos fundamentales de todo un pueblo, destrucción e invisibilización queden impunes, porque se cuenta con el silencio de los más poderosos. No calle usted Sr. Presidente Alberto Fernández.

Atentamente
Pablo Jofré Leal
Periodista
Analista internacional
Santiago de Chile
Enero 2020

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