De acuerdo al “Barómetro de Deuda Social de la Infancia” de la UCA, la pobreza en términos monetarios alcanza ya al 51,7% de los niños argentinos, el nivel más alto de la década, afectando a 6,7 millones de chicos. Un 29,3% (3,8 millones) tuvo déficit alimentario y un 13% (1,7 millones) directamente pasó hambre durante 2018. Estos números son los peores de toda la década, algo que no extraña, dada una inflación de alrededor del 50% anual, salarios por el piso y aumento del desempleo.
La situación empeora en el Conurbano Bonaerense, donde un 63,6% de los niños son pobres y un 15,4% son indigentes, no llegando a cubrir sus consumos alimentarios básicos.
El informe menciona que de acuerdo al INDEC habitan en la Argentina 13,1 millones de niños y adolescentes, entre 0 y 17 años. Nuestro país destina asignaciones universales por hijo a 3,8 millones de niños (3,9 millones si se suma la cobertura a hijos con discapacidad). O sea que un 30% de los argentinos entre 0 y 17 años recibe ayuda social del Estado.
En el documento anterior de la UCA, se reconocía que solo en 2018, el gobierno de Cambiemos hundió en la pobreza a 1,9 millones de argentinos, alcanzando un 31,3% del total de la población.
Se puede ver el último informe completo sobre niñez y pobreza acá.
Los informes de la UCA, sin embargo, podrían ocultar un aumento de la pobreza aún mayor. Para esta universidad, la pobreza en 2015 era del 28,7% y en 2018 31,3%. Es evidente que una caída del salario mínimo en dólares de más del 50% vía devaluaciones y paritarias por debajo de la inflación, el aumento de la desocupación a cerca de dos dígitos y los continuos incrementos tarifarios necesariamente deberían llevar los porcentajes de pobreza muy por encima de un 2,6% que habría aumentado entre 2015 y 2018.
Como puede verse, el actual modelo económico es un camino de ida hacia una Argentina mucho más pobre y cuanto “más rápido” se avance en esa dirección, peores serán los resultados.