Wall Street y Hollywood arremeten contra la masiva efervescencia de antigenocidas universitarios – Por Alfredo Jalife Rahme

Por Alfredo Jalife Rahme

La asombrosa revuelta de los universitarios de EEUU del Atlántico al Pacífico es sometida a una brutal represión policíaca, al unísono de la feroz contraofensiva de las estrellas de Hollywood, tipo Robert De Niro, que domina Israel, y los globalistas de Wall Street que amenazan cortar sus donativos y aprietan sus tuercas financieras.
Más allá de la guerra civil intergeneracional en EEUU que no se atreve a pronunciar su nombre —cuando se difunde la película Guerra Civil de la que en forma subliminal se busca inculpar a Trump—, en medio de la impactante revuelta de los antigenocidas universitarios propalestinos que ya lleva más de 10 días in crescendo, las omnipotentes fuerzas políticas y policiacas del establishment y su legendario Deep State han pasado a una feroz contraofensiva donde destacan los dos pilares de la propaganda de Israel en el seno de EEUU:
1.

Hollywood, donde acaba de ser beneficiado judicialmente el magnate cinematográfico israelí-estadunidense Harvey Weinstein.

2.

Más que nada y nadie, los legendarios tiburones globalistas de Wall Street.

La represión policiaca ya empezó en la Universidad privada de Columbia, en Nueva York, donde el alcalde afroestadounidense, nominalmente del partido demócrata, Eric Adams tildó a los contestatarios de “agitadores” y proclives al “terror” y ordenó el arresto de 300 universitarios.
Que conste que durante el asalto policíaco a la Universidad de Columbia no se permitió el acceso a la prensa.
Al otro lado de EEUU, en Los Ángeles, en la Universidad de California, no muy lejos de Hollywood, se escenificaron trifulcas que obligaron a la suspensión de clases. Grupos de choque israelí-estadunidenses —¿serán paramilitares?— agredieron salvajemente a los universitarios propalestinos en la UCLA y prepararon presuntamente el asalto posterior de la policía coordinada obscenamente con los administradores.
La brutal represión policíaca contra los pacifistas y antigenocidas universitarios propalestinos estaba ya escrita en el muro desde que el primer israelí, Benjamín Netanyahu, incitó a su sometimiento en su cuenta X.
Antes del asalto policíaco, en el supuesto país que alardea la defensa de las libertades y los derechos humanos, 21 miembros del Partido Demócrata en el Congreso, encabezados por Josh Gottheimer —muy cercano a la pareja Bill y Hillary Clinton, además de exfuncionario de Microsoft y la automotriz Ford— y el israelí-estadunidense Daniel Sachs Goldman —de la estirpe bancaria de Goldman Sachs—, exigieron a los administradores de la Universidad de Columbia el desmantelamiento de los antigenocidas contestatarios propalestinos.
Nunca hay que subestimar la omnipotencia de Israel que controla el Congreso de EEUU —a juicio del profesor de la Universidad de Chicago John Mearsheimer y del exdiplomático británico Alastair Crooke—, cuando los legisladores de sus dos partidos acaban de aprobar en forma “espectacular” la Enmienda de colosal apoyo financiero por cerca de 100.000 millones de dólares a tres puntos incandescentes del planeta:
1.

Ucrania, para sostener la guerra de Zelenski contra Rusia.

2.

Al gobierno genocida de Netanyahu a punto de dar su último asalto a la ciudad de Rafah, al sur de Gaza; y

3.

Taiwán, para poner en jaque militar a China.

Ante la inminente orden de aprehensión de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya en contra del primer Netanyahu, su ministro de defensa, Yoav Gallant y el jefe de Estado Mayor, Herzi Halevi, el Congreso de EEUU amenaza sancionar en forma extraterritorial e insólita a los magistrados de la CPI.
En forma no menos insólita, Israel recurre a sus multimillonarios aliados y epígonos de Wall Street —encabezados por sus legendarios tiburones y chacales de “Fondos de Cobertura de Riesgos (Hedge Funds)”— para controlar a los funcionarios de las antigenocidas universidades pro-palestinas de EEUU.
Nada menos que el multimillonario israelí-estadunidense Bill Ackman, mandamás de Pershing Square Capital Management, con una fortuna de 4.000 millones de dólares, según Forbes, encabeza la purga abierta de profesores y universitarios en los campus con el fin de ocultar el genocidio de Israel e impedir la creación del Estado Palestino.
Bill Ackman, de 57 años, amenazó con retirar miles de millones de dólares de los donativos que, en realidad, sirven para redireccionar en la cúpula de la burocracia universitaria sus publicaciones sesgadas y su libertad de expresión y de pensamiento.
Ackman ha llegado tan lejos como exigir a que la otrora insigne Universidad de Harvard publique los nombres de los universitarios que impugnaron al “régimen apartheid de Israel“.
La lista de los multimillonarios especuladores de Wall Street que pretenden ocultar el genocidio de Israel en Gaza es larga: Ross Stevens, mandamás de Stone Ridge Asset Management; el israelí-estadunidense Leon Cooperman, mandamás de Omega Capital; el israelí-estadunidense Ronald Lauder, mandamás de la firma de cosméticos Lauder; el israelí-estadunidense Henry Swieca, fundador de Talpion Fund Management; y el israelí-estadunidense Marc Rowan, cofundador de Apollo Global Management.
¿Podrán la resiliencia histórica de las universidades icónicas de EEUU y su inconmensurable riqueza espiritual soportar los embates del hipermaterialismo de los multimillonarios de Wall Street que pretenden ocultar el genocidio de Israel en Gaza?

Si te gustó este artículo apoyá a KontraInfo con tu suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo alternativo venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados. Ayudanos con tu suscripción, ingresando a este enlace. Colaboración por transferencia al CVU: 0000076500000019781431 Si vas a reproducir este material, citá la fuente: www.kontrainfo.com