Al igual que con otros organismos globales, Donald Trump decidió suspender el financiamiento de los EEUU a la Organización Mundial de la Salud (OMS) acusando a la entidad de “mala gestión” y “encubrimiento de la propagación del coronavirus”: “La OMS falló en su principal deber y debe rendir cuentas (…) Hoy, ordeno la suspensión del financiamiento de la Organización Mundial de la Salud mientras se lleva a cabo un estudio para examinar el rol de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la propagación del coronavirus“, expresó desde la Casa Blanca.
Entre los motivos esgrimidos se encuentra el retaceo y la manipulación de la información sobre el Covid-19: “La realidad es que la OMS no logró obtener, examinar y compartir información de forma oportuna y transparente”. Acusó a la gestión de la OMS de ser poco menos que “desastrosa” ya que mientras los EEUU restringía viajes a China, la OMS “se opuso” al cierre temprano de fronteras.
“La decisión de otros grandes países de mantener los viajes activos fue una de las grandes tragedias y oportunidades perdidas desde los primeros días (…) Otras naciones y regiones que siguieron sus recomendaciones y mantuvieron sus fronteras abiertas a China aceleraron la pandemia en todo el mundo”, expresó el mandatario.
“La OMS realmente se equivocó. Por alguna razón, está financiada en gran parte por Estados Unidos, pero muy centrada en China. Vamos a analizarlo más de cerca”, sostuvo.
La OMS se financia principalmente con aportes de sus países miembros así como de ONG’s globales. EEUU aporta 122,6 millones de dólares anuales, le sigue China con 28,6 millones y Japón con 20,5 millones. A nivel privado, el principal financista de la OMS es la Bill and Melinda Gates Foundation, ligada a sectores de poder opuestos a Trump.
Al mismo tiempo, Taiwán reveló un correo que envió en diciembre a la OMS, explicando el peligro que significaba la aparición del nuevo virus y acusó a la institución dirigida por el ex canciller etíope y ex director de The Global Fund, Tedros Adhanom Ghebreyesus, de ignorar la advertencia.
Con fecha 31 de diciembre, la Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, había enviado un email a la OMS alertando acerca de siete pacientes en Wuhan que presentaban una “neumonía atípica” y solicitaba que le enviaran más información al respecto. También detallaba que a los enfermos se les estaba tratando con medidas de “aislación”, asumiendo el contagio de persona a persona. Algo que la OMS negó durante el mes de enero:
Preliminary investigations conducted by the Chinese authorities have found no clear evidence of human-to-human transmission of the novel #coronavirus (2019-nCoV) identified in #Wuhan, #China🇨🇳. pic.twitter.com/Fnl5P877VG
— World Health Organization (WHO) (@WHO) January 14, 2020
Todo este conflicto, entre Donald Trump y entidades globales no puede entenderse por fuera de las estratégicas elecciones presidenciales en EEUU de noviembre de este año, en las que el actual mandatario apuesta a su reelección, y el conflicto entre ambos sectores de poder (globalistas vs. capitalismo industrial proteccionista) que se viene desplegando desde el inicio del mandato de Trump, el que ha incluido sistemáticas críticas a la ONU, OTAN, Unesco y el desmontaje de proyectos económicos multilaterales como el Trans Pacific Partnership (TPP).