“Stiuso es el sospechoso máximo de la muerte de Nisman”, afirmó Moreno Ocampo

En el programa “50 Minutos”, conducido por María O’Donnell, que emite el canal La Nación+, el ex fiscal de la Corte Internacional y del juicio a las Juntas Militares, Luis Moreno Ocampo, se refirió al caso Nisman y acusó al ex agente de la SIDE, Antonio Jaime Stiuso, de ser el principal sospechoso de la muerte del ex fiscal Alberto Nisman: “Hay diarios que lo apoyan mucho. Me alucina que Stiuso sea el testigo estrella del caso Nisman, es un sospechoso del caso Nisman, no un testigo estrella. Fijate qué cercano está el juez que no investigó el caso Siemmens y el juez que debe investigar el caso Nisman [nota: se refiere sin nombrarlo al juez Ariel Lijo]. Stiuso para mí es el sospechoso máximo, él tuvo un rol horrible en la investigación de la AMIA, la investigación de la AMIA la rompió él, él bloqueó la investigación de los sectores, seguramente vinculados como él a la dictadura militar, él lo puso a investigar al capitán Bergés que era el jefe de inteligencia de Córdoba, que era amigo del padre del que puso la bomba, eso hizo Stiuso”.

Esta interpretación de Moreno Ocampo es compatible con la hipótesis a la que terminó arribando la fiscal que investigó el caso de la muerte de Nisman, Viviana Fein, quien afirmó, luego de ser apartada, el 19 de mayo de 2016 que “lo instigaron o indujeron al suicidio”, en base al “entrecruzamiento de llamados” entre “seis y siete personas durante todo un día, desde las 9 hasta las 23 del domingo”, entra las que se encontraba el mismo Stiuso.

Alberto Nisman trabajó para Antonio Stiuso (y a través de él para la CIA y la Mossad) en la investigación de la causa AMIA, con la intencionalidad manifiesta de direccionarla para inculpar a Irán. La “denuncia” de Nisman contra Cristina estaba siendo preparada en 2014 para ser presentada a pocos meses de las elecciones de octubre de 2015. Hacia fines de 2014, la decisión de Cristina Kirchner de apartar a Stiuso de la SIDE, motivó la presentación de manera apurada de la denuncia que no pudo ser acompañada por ninguna prueba. El papelón internacional convertía a Nisman en una pieza ya sin valor para el ajedrez geopolítico de EEUU e Israel contra Irán. A partir de ese momento, Nisman comenzó a ser mucho más valioso muerto que vivo.