Singapur ya utiliza robots de patrullaje para emitir advertencias a personas que realicen “comportamiento social no deseable”, como “no guardar el distanciamiento” de acuerdo a las reglas sanitarias del momento. Los robots, equipados con ruedas y siete cámaras, advierten al transeúnte al detectar por medio de inteligencia artificial distintas formas de “comportamientos sociales no deseados” como fumar en áreas prohibidas, estacionar mal bicicletas o violar las reglas de acercamiento por el coronavirus.
El nuevo robot vigilante fue desarrollado por la Agencia de Ciencia y Tecnología del Equipo Nacional de Singapur como asistente de las patrullas para evitar la formación de grandes grupos de personas.
La ciudad-estado ya disponía de un amplio número de cámaras e incluso postes de iluminación equipados con tecnología de reconocimiento facial, dispositivos a los que ahora se sumarán los robots de vigilancia urbana.
El discurso del gobierno legitima estas prácticas en base a su idea de una “nación inteligente”, hipereficiente y tecnológica, aunque no han tardado en aparecer las críticas por la reducción de las libertades civiles por parte de una tecnología crecientemente intrusiva.
En las primeras pruebas de uso de los nuevos robots, y durante un reciente patrullaje, uno de los mismos se detuvo frente a un grupo de ancianos que jugaban ajedrez y les reclamó con altavoz: “Por favor mantengan un metro de distancia”, “por favor aténganse a cinco personas por grupo”, a través de una voz robótica, mientras los enfocaba con varias de sus cámaras. También tendrán la posibilidad de mostrar mensajes en tiempo real desde su pantalla.
Lee Yi Ting, activista de derechos digitales, dijo que los aparatos son la forma más reciente de vigilar a los singapurenses: “Todo contribuye con la sensación de que la gente debe cuidar lo que dice y hace en Singapur, más de lo que lo harían en otros países”, declaró a AFP.
Durante la fase de prueba no podrán todavía identificar o tomar acciones contra quienes cometan actos cuestionados por el Estado, aunque se descarta que sí lo harán tras las fases experimentales.
La iniciativa de los robots “Xavier” no es nueva para Singapur, que ya puso a prueba un sistema de control basado en Spot, el robot cuadrúpedo desarrollado por Boston Dynamics.
Singapur, con sus 5,5 millones de habitantes tiene 90.000 cámaras policiales, y planea duplicar esa cifra para 2030, sumando en toda la ciudad la tecnología de reconocimiento facial que ayuda a las autoridades a distinguir rostros en la multitud.
“No hay leyes de privacidad que restrinjan lo que el gobierno pueda o no hacer”, comentó Indulekshmi Rajeswari, un abogado singapurense especialista en temas de privacidad.