La Historia Argentina ha sido a atravesada desde hace ya 200 años por el enfrentamiento de un Proyecto Oligárquico (elitista, liberal, dependiente del poder global y primarizador, aceptando la división internacional del trabajo al que las potencias nos someten) contra un Proyecto Popular (de desarrollo autónomo, endógeno, popular, nacional e hispanoamericanista).
Rosas
En 1839 se describía a los unitarios librecambistas de manera similar a como hoy lo podríamos hacer con los liberales macristas: “Los unitarios concibieron el imbécil designio de hacer de esta tierra una sociedad europea. Con extranjeros casi exclusivamente se asociaban los hombres de Estado; de extranjeros se valían para todas sus empresas; extranjeros ocupaban gran parte de los empleos; extranjeros presidían a la educación de la juventud; los extranjeros eran todo, y ningún hijo del país valía ante la autoridad sino se le presentaba imitando en sus vestidos, modales e idioma al más refinado parisiense. Todos los demás éramos incultos, rudos y bárbaros. Esta manía de los unitarios, mientras en unos no era más que extravagancia y fatuidad, era en otros una maldad refinada; sentían su impopularidad, y querían sostenerse con el influjo extranjero, pero esto mismo aumentaba aquella impopularidad…esa alianza mantiene peligrosamente agitadas a las masas populares, bastante perjudicadas ya por la desigualdad de cargas y goces respecto de los extranjeros”.
-Baldomero García (legislador rosista, Discurso en la Legislatura, 1839)
Soberanía es autonomía de decisiones, política y económica. Eso fue lo que se puso en juego hace 171 años en la batalla de la Vuelta de Obligado contra las potencias de la época: Gran Bretaña y Francia, unidas, que obtuvieron una victoria pírrica en esa batalla, pero perdieron la guerra contra Rosas por la libre navegación de los ríos.
Gran Bretaña y Francia tuvieron que aceptar la soberanía argentina sobre sus ríos interiores, agachar la cabeza y retirar a sus flotas. La Confederación Argentina siguió haciendo valer su control sobre el comercio y la vigencia de la Ley de Aduanas que imponía aranceles a la importación del 35% y hasta el 50%, protegiendo la producción nacional. Por todo esto Rosas pasaría a ser defenestrado por la historiografía liberal.
Perón
“La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto”. (Winston Churchill, Discurso en la Cámara de los Comunes 1955)
Por defender en el discurso y la práctica las banderas de Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social, la Revolución Fusiladora de 1955 derrocó salvajemente a Perón y se refería al gobierno peronista como “La Segunda Tiranía”. La nacionalización de la banca, del comercio exterior, el tener al Movimiento Obrero Organizado como columna vertebral del Movimiento Nacional, la cancelación de la deuda externa y los derechos conquistados por los trabajadores eran demasiado para la Oligarquía Liberal y los dos grandes Imperialismos de la época.
En 1973, durante el tercer gobierno de Juan Perón, el Congreso declaró el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional, se volvieron a aplicar medidas que favorecieron a los trabajadores como el Pacto Social de Gelbard, la nacionalización de las bocas de expendio de combustibles, el desendeudamiento y la autonomía en política internacional que permitió romper con el bloqueo a Cuba dispuesto por el Imperialismo norteamericano.
“La Argentina es uno de los países más grandes del mundo. Por una u otra razón, cayó presa de un número de dictadores que la manejaron demasiado tiempo. Creo que Perón les hizo muchísimo daño”. (David Rockefeller)
El Día de la Soberanía fue abolido durante la última dictadura militar, genocida en lo político, entreguista y liberal en lo económico y cultural.