La decisión de Fitch Ratings el martes por la noche de reducir la calificación crediticia del gobierno de EE. UU. representa el último de una serie de golpes a la posición y reputación internacional del dólar estadounidense, en parte producto de una deuda pública que ya superó los 31 billones de dólares (millones de millones), solo sustentable en tanto que la Reserva Federal fabrica la moneda, pero siempre y cuando la misma se valorice siendo usada para el comercio internacional, algo que empieza a ponerse en tela de juicio en los últimos tiempos.
Las críticas de la agencia calificadora podrían ayudar a países como China y Rusia a avanzar en sus esfuerzos hacia la “desdolarización”, lo que provocaría una disminución del dominio global del dólar a favor de un orden multipolar que depende de múltiples monedas, criptomonedas o materias primas, dijo el especialista de mercados financieros Thierry Wizman. “Claramente hay un movimiento en marcha para tratar de reemplazar el dólar estadounidense entre algunos países del mundo. Si estás tratando de desplazar al dólar, Fitch te acaba de dar un poco más de munición”, agregó.
Después de advertir a principios de este año que estaba considerando un recorte durante el último debate en el Congreso sobre el techo de la deuda, Fitch Ratings siguió hasta el martes al bajar la calificación de EE. UU. a AA+ desde AAA, por lo que dejó de ser considerado un país “investment grade”. La agencia citó “un deterioro constante en los estándares de gobernanza en los últimos 20 años, incluso en asuntos fiscales y de deuda” como justificación de su decisión.
“Sospecho que Fitch tiene en mente otras cosas que afectan la gobernabilidad, y una de ellas es la escena política interna”, dijo Wizman. “Desde la perspectiva de la estabilidad política, no parece extraño si su expresidente es acusado de muchos cargos y sigue siendo el favorito”.
La desdolarización se ha convertido en un tema candente en los círculos económicos y de mercado desde la invasión rusa de Ucrania.
Recientemente, China ha logrado convencer a más países, más recientemente a Bolivia, para que se comprometan a realizar una mayor parte de su comercio internacional utilizando el yuan chino.
Mientras tanto, Rusia ha reducido sus reservas de dólares estadounidenses a favor del oro y el yuan, ya que las sanciones estadounidenses y europeas han restringido el acceso de sus bancos al sistema financiero mundial hegemonizado por Reino Unido y EEUU. Los líderes de otros países, incluido Brasil, también han dicho que tomarán medidas para reducir su dependencia del dólar.
Rusia, China y Brasil pronto tendrán la oportunidad de presentar su caso en una próxima cumbre para las llamadas naciones “BRICS” a finales de este mes en Sudáfrica. El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, también invitó a docenas de otras naciones, además de Rusia, China, Brasil, India y Sudáfrica, las naciones originales de los “BRICS”.
Las cifras publicadas por la Oficina de Presupuesto del Congreso a principios de este año proyectaron que el déficit presupuestario de EE. UU. aumentará a aproximadamente $ 2 billones (millones de millones) para 2033 en comparación con aproximadamente $ 1,4 billones en 2023.
Cualquier sustituto o retador del dólar también necesitaría establecer un historial de mercados financieros profundamente líquidos y accesibles, libre convertibilidad y el estado de derecho que asegure a los inversores globales su dinero.
La hegemonía actual del dólar podría cambiar si el gobierno federal de los EE.UU. no logra controlar su endeudamiento a largo plazo, o si se extralimita al convertir el papel del dólar en un arma en el sistema financiero a través de sanciones.
