El teniente general César Milani (jefe del Estado Mayor del Ejército argentino entre 2013 y 2015), reapareció a la escena política y acusó a Clarín de ofrecerle “tranquilidad judicial” si denunciaba a la entonces presidenta de la nación Cristina Fernández de Kirchner.
Luego de haber permanecido en prisión durante dos años y siete meses tras ser absuelto en dos causas en las cuales se lo acusaba de delito de lesa humanidad en la última dictadura militar, en declaraciones con la prensa, Milani, manifestó que días después de haber sido denunciado, lo visitó un general retirado, antiguo agregado en la Embajada argentina en Washington, para hacerle notar que en Estados Unidos se le veía como “un germen de chavismo” y que suscitaba preocupación. Luego “se presentó un directivo del diario Clarín para ofrecerme tranquilidad judicial, mediática y política a cambio de que me portara bien, y le respondí que yo era leal a la presidenta”. En los meses y años siguientes, Clarín, el diario más influyente de Argentina, dedicó 25 portadas a los supuestos delitos de Milani.
Milani, asumió la jefatura del Ejército el 3 de julio de 2013 y pronunció un discurso en el que expresaba su “aspiración de que las Fuerzas Armadas apoyaran un proyecto nacional”. “Ahí empezó mi condena”, afirma. Al día siguiente fue denunciado como presunto participante en la “desaparición” en Tucumán, en junio de 1976, del recluta Alberto Ledo, soldado en la compañía de la que Milani era subteniente. Se acusó al entonces joven oficial subalterno de 21 años, recién regresado del Colegio Militar, de participar en el aparato represivo de la dictadura.
Las denuncias y acusaciones fueron acumulándose. Ramón Olivera, hijo de un torturado por la dictadura en la provincia de La Rioja, le acusó de haber detenido ilegalmente a su padre y de haberle “hostigado verbalmente”. Se le abrió una causa por “enriquecimiento ilícito” —aún no juzgada— por la compra de su vivienda y otra a raíz de una denuncia anónima sobre una adquisición de puentes militares para emergencias civiles. La prensa le acusó de utilizar el espionaje militar para favorecer a Cristina Fernández de Kirchner. Incluso se le quiso involucrar en la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman.
El lunes pasado, en un acto del Centro Cultural Oesterheld, el exjefe del Ejército apuntó contra los medios de comunicación, en especial Clarín y La Nación, al asegurar que lo invitaron a “colaborar” para que se terminaran sus “problemas políticos, judiciales y mediáticos”, sentenció en su discurso.
Y luego advirtió: “¿Ustedes creen que estos se van a ir? Los Magnetto están acá, la derecha reaccionaria está acá esperando y Latinoamérica es un ejemplo de lo que está pasando”, y agregó: “Lo único que hice fue expresar lo que quería para mis fuerza armadas, que acompañaran un proyecto nacional”.
Allí mismo alertó sobre los nuevos tiempos que acontencen en la Patria Grande: “Los proyectos nacionales requieren de nuestro esfuerzo de forma permanente para que esta gran nación pueda vencer a estos señores del odio. Vinieron a crear pobreza, desocupación e indigencia. Para tener un 60% de los chicos bajo la línea de pobreza, para eso vinieron. Son muy útiles y eficientes”, cuestionó en referencia al macrismo.
Además, destacó la importancia de defender el regreso del nuevo gobierno peronista y consideró que “volvemos de vuelta a que las fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad tengan un rol protagónico en nuestro país y en los países de la región. Exijamos al Gobierno que maneje a los factores de poder. Es la única manera en la que vamos a garantizar que dentro de cuatro años reelijamos a un gobierno nacional y popular”.
El teniente general César Milani, es considerado uno de los mejores cuadros militares por su capacidad en estrategia militar y por su formación para la defensa nacional atravesado por los lineamientos de quien toma referencia, el expresidente y General, Juan Domingo Perón.