Luego de la tremenda represión a la movilización de cientos de miles de personas que protestaba contra el recorte a los jubilados, estallaron cacerolazos masivos en Capital Federal y ciudades del Interior.
La terrible reforma contra los abuelos tenía en todas las encuestas alrededor de un 70% de rechazo, por lo que el reclamo unificó a votantes de todos los signos políticos eliminando la famosa “grieta” funcional a Cambiemos.
Los mismos se sintieron con fuerza en Plaza de Mayo y enormes columnas marcharon hacia el Congreso de la Nación, donde un conjunto de diputados se aprestaban a votar la reforma de espaldas a su pueblo.