De acuerdo a la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza en nuestro país alcanzó al 33,6% y la indigencia al 6,1% durante el tercer trimestre de 2018, aumentando en 2,2 millones la cantidad de pobres con respecto al año pasado y constituyéndose como la cifra de pobreza más alta en una década. En el conurbano bonaerense la cifra alcanza un alarmante 43,3%.
En 2017 esas cifras eran del 28,2% y 5,7% respectivamente. Los pobres en la Argentina pasaron de 11,4 a 13,6 millones mientras que los indigentes (quienes no llegan a cubrir la cuota básica de alimentos) pasó de 2,3 a 2,47 millones en solo un año (170.000 indigentes más que en 2017).
La pobreza infantil es también la más alta de los últimos 10 años: los chicos de hasta 17 años pasaron de 44% a 51,7%, totalizando en 6.255.700 chicos pobres. Solo en estos últimos 12 meses cayeron en la pobreza 931.700 chicos.
El informe de la UCA que se titula “Estancamiento estructural” arroja otro dato alarmante: “en 2018 cerca de la mitad de los hogares declararon que sus ingresos no fueron suficientes para cubrir sus gastos”.
Como causantes se enumeran la depreciación del peso, la alta inflación, la caída del salario real, la caída del consumo interno y el ingreso en un proceso estanflacionario.
En la presentación del informe, el equipo de Agustín Salvia de la UCA que elaboró el informe aclaró que “la situación se está agravando” y que “un cambio de rumbo sustantivo necesitará de “fuertes inversiones” y de “políticas que reactiven el mercado interno, apoyen a las micro empresas y mejoren la productividad”.
Macri siempre repitió que la medida de su éxito o su fracaso estaría en la suba o la baja de la pobreza. Los números son contundentes.