Si los comicios presidenciales de Brasil se realizaran hoy, el dos veces presidente Lula da Silva se impondría comodamente tanto en primera como segunda vuelta. El escenario de ballotage lo enfrentaría a Jair Bolsonaro, ex militar. Por tercera vez Lula llegaría al Palacio del Planalto, dando continuidad al proyecto político que sufrió un impasse cuando su heredera Dilma Rouseff fuera destituida en los juicios del Lava Jato. Dilma, paradójicamente, jamás estuvo implicada en la mega red de coimas.
El diario Folha de San Pablo publicó ayer en la tapa de su edición dominical, un sondeo que revela el resurgir de la figura de Lula, que incluso creció en intención de voto en relación a la última medición de septiembre pasado. La encuesta consistió de 2.765 entrevistas presenciales en 68 ciudades y fue realizada por Datafolha, encuestadora del grupo Folha al que pertenece el diario homónimo .
El dato central que arroja la encuesta es que Lula se impone en todos los escenarios tanto en primera vuelta como en el ballotage. En primera vuelta dejaría lejos a su rival Bolsonaro, con 34 puntos contra 17, mientras que el PSDB de Fernando Henrique Cardoso apenas obtendría 6 puntos, aún con el respaldo del establishment brasileño. La ex candidata Marina Silva también anunció su intención de volver a competir por la presidencia de Brasil y se ubica en el tercer lugar de intención de voto, con un magro 9%. Significativamente, un candidato que fuera impulsado por el actual presidente Temer sólo poseer un 1 por ciento de intención de voto, aún en un contexto de recuperación económica que -curiosamente- parece ser capitalizado por el mismo Lula da Silva.
A su vez, en segunda vuelta, el histórico líder del PT lograría imponerse con un margen 4 puntos mayor al proyectado en la anterior medición , ganando cómodamente a todos los posibles candidatos. Se impondría 51% contra 33% de Bolsonaro, con 52% contra 30% de Alckim y por 48% contra 35% de Marina Silva.
Sin embargo, Lula tiene todavía pendiente un fallo de segunda instancia en la condena que recibió por el Lava Jato, cuando fuera condenado a nueve años de prisión. Si el fallo obtuviera sentencia firme, Lula podría quedar fuera de la contienda electoral, aunque existe aún la posibilidad de una apelación que pondría en vilo no sólo a Brasil sino a los países hermanos de Sudamérica, por la incidencia geopolítica del cambio de signo de la principal economía de la región. En un escenario en el que Lula no compitiera, Dafolha le atribuye el triunfo en primera vuelta a Bolsonaro, aunque en el ballotage se impondría Marina Silva.