Los líderes de los países y la sombría agenda de control de Davos. Parte V. Pasaportes digitales – Por Alejandro Pagés

Parte 5
Por Alejandro Pagés

Inyecciones de ARNm obligatorias y pasaportes digitales.

20. El Panel Independiente de Alto Nivel del G20, así como la OMS y el Banco Mundial han estimado que existe una brecha anual de financiamiento de la PPR pandémica de aproximadamente USD 10 mil millones (…) Celebramos el establecimiento de un nuevo Fondo de Intermediación Financiera para PPR Pandémico (el ‘Fondo Pandémico’) patrocinado por el Banco Mundial. (…) Elogiamos las promesas de los donantes actuales, que ascienden a más de USD 1400 millones, y alentamos las promesas voluntarias adicionales. Hacemos un llamado a los nuevos donantes para que se unan al Fondo para la Pandemia, en la medida de sus posibilidades.

Estos desinteresados donantes son, por supuesto, los filántropos benefactores de la humanidad, y sobre todo los chantajeados Estados nacionales. El Fondo Pandémico ha sido establecido por el Banco Mundial, y recibe donaciones de los principales países del mundo, la fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates y Wellcome Trust (la segunda fundación privada más grande dedicada a la salud después de la de Bill Gates, cuyas inversiones fueron decisivas para el desarrollo de la tecnología de vectores virales de la vacuna de AstraZéneca). Una de sus principales y obsesivas ocupaciones es asegurarse de que los kits PCR de detección, y sobre todo las nuevas vacunas de ARNm, lleguen a todos los rincones del mundo rápido como un relámpago y se administren inmediatamente a toda la humanidad si la OMS declara una nueva pandemia.

El WEF ha dedicado una parte importante de sus análisis a la tarea de aplicar el llamado “ecosistema logístico de última milla” (la digitalización del sistema de entrega de productos y el delivery
con drones y vehículos autónomos) a la entrega de vacunas. Con análisis de datos de toda la población, mediante una digitalización completa del sistema de salud, se iría convocando a cada individuo según sus diferentes grupos de pertenencia para que se dé su dosis periódica en el turno asignado. De pronto las vacunas han dejado de ser algo destinado a la población infantil. Como si careciésemos de sistema inmune, la salud viene ahora sólo en jeringas.

22. Reconocemos que la inmunización extensiva contra el Covid-19 es un bien público mundial y avanzaremos en nuestro esfuerzo para garantizar el acceso oportuno, equitativo y universal a vacunas, terapias y diagnósticos. (…) Seguimos comprometidos a incorporar un enfoque multisectorial de “Una sola salud” y a mejorar la vigilancia mundial, incluida la vigilancia genómica (1) , a fin de detectar patógenos (…) que puedan amenazar la salud humana.

Este “acceso universal” a las nuevas vacunas (que no es gratis, ciertamente) es una preocupación enunciada por Bill Gates, la Unión Europea, el Banco Mundial y todos los filántropos desde un primer momento. Por supuesto, si juntamos esto con el concepto de “seguridad en salud”, vemos que el “derecho” a comprar vacunas y administrarlas es en realidad una imposición. De lo que se trata es de crear una infraestructura para que, apenas declarada la próxima pandemia, las inyecciones de ARNm con instrucciones génicas sean inmediatamente distribuidas al mundo entero e inyectadas a toda la población mundial en el menor tiempo posible, sin que nadie pueda oponerse. Lo increíble de esto es que hayan tenido éxito en vendernos como “vacunas” productos que no
sólo no inmunizan realmente ni previenen la transmisión de la enfermedad, sino que son en sí mismos algo muy distinto a una vacuna clásica, con aplicaciones incomparablemente más amplias.

Este es un punto esencial al que debe prestarse mucha atención. Bajo la inocente etiqueta de “vacuna” y una supuesta situación de emergencia, se ha introducido dentro de los sistemas de salud de todo el mundo una plataforma nanotecnológica de múltiples usos que habilita toda clase de intervenciones en el organismo. Algunos posibles usos de esa tecnología son: La edición genética in vivo, la utilización de las propias células de cualquier tejido como fábricas endógenas de cualquier tipo de sustancia química que luego se liberará en el organismo (puede ser una sustancia terapéutica, pero también un veneno, hormona o cualquier otra sustancia), la edición de la línea germinal en testículos u ovarios (dando lugar al nacimiento de descendencia intervenida genéticamente o transhumana). Para cambiar el efecto de estas inyecciones basta simplemente modificar las instrucciones génicas, algo realizado a nivel microscópico, indetectable, sin alterar en absoluto los componentes de los viales. Esto podría ser realizado por alguien dentro de las empresas fabricantes de la tecnología, pero también remotamente por un tercero, por ejemplo, hackeando los ordenadores de las empresas que realizan impresión de genes a demanda.

Otra posibilidad es la introducción en los viales de nanopartículas o ADN de diseño capaces de interactuar con las neuronas y recibir señales remotas. Esto también podría realizarse sin que la
alteración pueda ser detectada por un simple análisis bajo microscopio (que de todos modos siquiera se ha hecho para los lotes de viales de Covid en la mayoría de los países, incluído el nuestro), sino sólo con análisis especiales más detallados, como la espectroscopía Micro-RAMAN, que permite determinar la composición química de los objetos avistados. Es realmente increíble que ningún alto mando de las FFAA de ningún país del mundo haya aparentemente reaccionado y siquiera considerado esta situación como una posible cuestión de seguridad nacional. Más teniendo en cuenta que las “instrucciones génicas” de los productos no dependen siquiera de las farmacéuticas, sino que son diseñadas e introducidas por un puñado de empresas de biotecnología (Moderna, BioNtech, un equipo de la Universidad de Oxford, principalmente) sin control de nadie.

Estas empresas desarrollaron las plataformas de ARNm gracias a subvenciones millonarias del Departamento de Defensa de EEUU, a través de DARPA, e inversores privados. Ya en 2010 DARPA
comenzó a investigar este tipo de tecnología, y fue quien les dio impulso, ya que no parecía promisoria para ninguna farmacéutica por sus altos riesgos para la salud (2) . DARPA fue también quien desarrolló en 2018 la primera Plataforma para Preparación de Pandemias, cuya misión fue diseñar una respuesta ultrarrápida a una futura pandemia provocada por un agente respiratorio, enfocada en el desarrollo de test de detección de antígenos y vacunas de ARNm (3). Estas empresas, y sobre todo Moderna, siguieron manteniendo estrechos lazos con ámbitos militares. De hecho, toda la Operación Warp Speed lanzada en 2020 para producir las vacunas de ARNm de forma masiva y hacerlas llegar a todo el mundo, tanto las de Moderna como las de Pfizer y AstraZéneca (que utilizaba vectores virales, pero su principio de funcionamiento no es muy diferente) fue dirigida desde ámbitos militares y discutida en reuniones con las mayores medidas de seguridad para evitar cualquier filtración de información. Documentos desclasificados recientemente comprueban que la operación fue dirigida desde ámbitos militares, y las farmacéuticas fueron exoneradas de toda responsabilidad. La respuesta global a la “pandemia” fue una operación supervisada desde los niveles más altos del Pentágono.

En cuanto a China, la fusión de los sectores militar y civil de investigación y desarrollo fue ordenada por el Decimotercer Plan Quinquenal del Partido Comunista Chino de 2016. Sinopharm son las
siglas en inglés de Grupo Farmacéutico Nacional de China, directamente bajo supervisión estatal, y la Academia Militar de Ciencias de China está detrás del desarrollo de una vacuna de ARNm.
En una nota anterior ya habíamos mostrado como ModeRna, en el marco de la reunión del G7 de julio de 2021, había presentado el documento Un nuevo enfoque radical sobre la seguridad en salud, el cual presentaba un nuevo paradigma de salud mundial post-pandemia. El paradigma se resume básicamente en el concepto designado con el nombre anodino de “medicina personalizada” o “medicina preventiva”. Significa la invasión e incluso hibridación del cuerpo con dispositivos nanotecnológicos ponibles, implantables o inyectables, que habilitan la interconexión de los seres humanos a un “ecosistema digital”. La gama de posibles intervenciones en el sistema inmune, la maquinaria celular, los microorganismos endógenos, planteada por las distintas compañías del Fondo Flagship Pioneering, dueño de ModeRna, es realmente muy basta, y las ramificaciones que esto abre hacia otros usos, como interfaces cerebrales, edición genética de la línea germinal (que produciría modificaciones irreversibles en la descendencia) o hibridaciones humano-máquina, son realmente inquietantes. En palabras de Yuav Hariri, estos nuevos avances tecnológicos volverán a los seres humanos “hackeables”, o sea, podríamos ser modificados desde el exterior sin nuestro consentimiento y sin notar la intromisión, tanto en nuestro cuerpo como  en nuestra mente, de forma transitoria o permanente, por accidente o deliberadamente, por actores oficiales o por saboteadores fuera de la ley. Esto ya preocupa a los mismos investigadores que han contribuido al desarrollo de estas tecnologías.

Pero lo más inquietante es que estas tecnologías no se presentan como accesorios a la medicina tradicional, útiles para algunos casos donde la misma no sea suficiente, sino como un reemplazo
completo y un “nuevo paradigma”. El paradigma de “seguridad en salud” traslada el concepto de salud al ámbito militar, controlado por una instancia supranacional, una Agencia de Seguridad en Salud Internacional. Según este nuevo concepto nadie podría considerarse sano, sino que se monitoreará constantemente los marcadores de salud de cada individuo, actuando preventivamente antes de que se enferme y sea un “peligro social”. Para tal absurdo ha sido indispensable instalar la noción de “enfermos asintomáticos”, y de que la eventualidad de una pandemia justifica cualquier cosa. Estos mismos dispositivos, como hemos visto, son presentados desde la tribuna del Foro de Davos como útiles para rastrear la “huella de carbono” de las actividades diarias de cada persona y así evitar la futura “catástrofe climática”. Es decir, se alimenta la idea de vigilancia tecnológica de la población con diversas excusas “humanitarias” o “ecológicas” que no resisten un análisis serio.

Por cierto, el establecimiento de una moneda digital global segura se vería beneficiado también por el desarrollo de las tecnologías mencionadas. Si se lograse, en un futuro, unir la plataforma de
intercambio de datos de los marcadores biológicos individuales de la “medicina personalizada” con el intercambio de datos de las transacciones digitales, esto permitiría verificar la identidad de cada par de personas involucradas en cada transacción individual de manera segura, al tenerlas ya “marcadas” con la tecnología incorporada a su cuerpo. Ya existen patentes al respecto, como la WO2020060606A1, registrada por Microsoft en 2019, que buscan utilizar la actividad corporal (calor, ondas cerebrales) para minar criptomonedas. Pero las investigaciones vienen de mucho antes; ya en el año 2000 Microsoft había patentado un método para transmitir energía y datos utilizando el cuerpo humano (patente US6754472B1), que actualmente ha sido desarrollada hasta tomar la forma de la Internet del Cuerpo humano.

Las posibilidades que abre la confluencia de los avances en edición genética y nanotecnología son innumerables, puesto que habilitan a utilizar cualquier organismo microscópico o célula del cuerpo como parte de una maquinaria o como bits de información, en una hibridación donde cualquiera puede verse tentado a jugar de “rediseñador” de la realidad natural. Pero la experiencia enseña que la limitada mente humana generalmente no puede abarcar todas las consecuencias de alterar ciertos equilibrios naturales, y menos si estos son por decir así “estructurales”. Pero peor todavía sería resultar víctimas, no de la simple imprudencia, sino de un objetivo de dominación.

23. Apoyamos al centro de transferencia de tecnología de vacunas de ARNm de la OMS (…) Damos la bienvenida a la investigación conjunta y la producción conjunta de vacunas. Reconocemos la importancia de compartir estándares técnicos y métodos de verificación para facilitar los viajes internacionales fluidos (…) y el reconocimiento de soluciones digitales y soluciones no digitales, incluida la prueba de vacunación. Apoyamos el diálogo y la colaboración internacionales continuos sobre el establecimiento de redes de salud digitales globales confiables como parte de los esfuerzos para fortalecer la prevención y la respuesta a futuras pandemias, que deben capitalizar y aprovechar el éxito de los estándares existentes y los certificados digitales de COVID-19.

41. Aceleraremos el progreso hacia el Objetivo de la Juventud de Antalya, así como la protección social universal para todos para 2030.

47. Reconocemos la importancia vital de fortalecer la movilidad y la conectividad internacionales seguras y los viajes sin problemas posteriores a la COVID-19.

Se recomienda lisa y llanamente la implementación del comprobante de vacunación digital, sin el cual no se podrá viajar entre países o incluso moverse dentro del país, y que será muy difícil de falsificar, ya que dependerá de una “red digital de salud global”. La Identidad Digital ya había sido propuesta por la ONU en colaboración con Microsoft en 2016, para lo cual se creó la ONG ID2020, que pretendía establecer esa identidad digital para ese año, comenzando por los refugiados de guerra, y extendiéndola luego al resto de la población. En 2019, ID2020 se unió a GAVI (Alianza Global para Vacunas e Inmunización), organización encargada de expandir la vacunación en el mundo, financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates, el Banco Mundial y la ONU. Propusieron unificar el registro de vacunación (que distaba mucho entonces de ser universal) con la Identidad Digital, antes de que hubiese ninguna pandemia a la vista. Luego de la pandemia esta propuesta se volvió a relanzar como una “necesidad” ineludible planteada por la situación pandémica. ¿Realmente se justifican tan faraónicas inversiones frente a eventos que no sabemos siquiera si van a suceder? ¿No hay otras opciones menos onerosas y más sensatas? Lo realmente increíble y enloquecedor del asunto es que hay algo que sí sabemos sin lugar a dudas, y ha sido reconocido oficialmente por Pfizer y el mismo Bill Gates, y es que sus novísimos productos no impiden la transmisión de la enfermedad. Es asombroso, porque esa sola consideración derriba por la base cualquier justificación para la política de restricciones y pases de vacunación en la que se invierte tanta energía y rigor.

¿Para qué todos los certificados, las restricciones y acoso a no-vacunados y la vacunación universal, si las terapias génicas de ARNm no impiden la transmisión de la enfermedad, y tanto
vacunados como no-vacunados contagian exactamente igual? Peor aún, si esos productos supuestamente atenúan los síntomas sin evitar la transmisión del virus, lo que están haciendo es transformar a los vacunados en transmisores asintomáticos. Es con ellos con quienes habría que tomar más precauciones. No tiene sentido alguno. Es una burla brutal. Es tan ostensible que todo es una excusa para el chantaje y para forzar la inyección periódica de toda la población mundial con un paquete de nanotecnología que paradójicamente resulta más paralizante.

Aunque muchos no lo saben, en la Argentina es legal la vacunación compulsiva de toda la población en caso de epidemia desde 2019, luego de promulgada la ley de vacunación 27.491, redactada
por el diputado Pablo Yedlin y por Carla Vizzotti, ambos visiblemente ligados a los laboratorios internacionales. Esta ley establece taxativamente esa posibilidad en su artículo 14, acompañado por los artículos 7 y 2, algo inédito a nivel mundial, y por entonces además una medida incomprensible, ya que no había situación que ameritase semejante planteo. Ya siendo Ministra de Salud nacional, Carla Vizzotti se manifestó partidaria de la vacunación compulsiva y los pases sanitarios durante la pandemia de Covid-19, al igual que el actual ministro de salud bonaerense Nicolás Kreplak.

Actualmente en Brasil se trata un proyecto de ley aún más desmesurado, presentado por el senador Angelo Coronel, que prevé pena de prisión de uno a tres años para quienes no realicen la
vacunación obligatoria de niños o adolescentes en situación de “emergencia de salud pública”. La pena prevista para quienes se nieguen a vacunarse es más severa, de dos a ocho años de prisión y una multa. El mismo castigo está reservado para aquellos que difundan “noticias falsas” sobre las vacunas “o sobre su efectividad” (no hay nada más falso que las noticias oficiales sobre esa efectividad), o a quienes desalienten la vacunación “de cualquier modo”. En los países centrales la legislación sobre vacunas es más permisiva y racional, pero se han logrado introducir artículos que hacen la excepción en caso de pandemia. Ya en 2021 Austria aprobó la vacunación obligatoria contra Covid para todos los ciudadanos.

Respecto a la expresión “producción conjunta de vacunas”, la declaración parece referirse principalmente a fábricas locales del producto diseñado por Pfizer o Moderna, quienes seguirán siendo
los dueños, manteniendo el secreto de las instrucciones génicas de sus productos. Este modelo similar a una franquicia comercial, que permitiría concretar la “vacunación” de toda la humanidad lo más rápido posible, ya había sido adelantado por Bill Gates como algo ideal en su blog personal al comienzo de la pandemia de Covid. En cuanto a los desarrollos de vacunas nacionales independientes, los relativamente pocos que existen actualmente parecen estarse realizando en base a la misma tecnología, bajo la órbita de organismos estatales que se financian mediante préstamos millonarios de organismos internacionales y cuyas investigaciones están sumamente dirigidas por los mismos grupos dueños de la tecnología. Los objetivos están muy claros, y no tienen nada que ver con la salud. No hay excusa para los pases sanitarios, ni para suministrar vacunas contra la gripe común de ARNm o supuesto ARNm, como se plantea. No se debería inyectar a nadie, y menos masivamente a toda la población, con productos que no han sido suficientemente testeados por un tiempo prolongado, mucho menos cuando ya hay terapias alternativas, y habiendo franjas enormes de la población que no están en verdadero riesgo. Los viales deben ser sometidos a cuidadosos análisis de su contenido, para descartar cualquier sospecha fundada. El exceso de muertes y la aparición de patologías poco comunes, que con mucha probabilidad están ligadas a la vacunación masiva, deben ser investigados. Cualquier batería de medidas propuesta que
ignore estos pasos necesarios debe ser considerada sospechosa.

 


(1) La vigilancia genómica es el monitoreo de las distintas cepas y virus que circulan en una población. Naturalmente se haría con el tipo de test PCR que venimos comentando.El elusivo concepto de “bien público mundial” es otro de esos términos tramposos mediante los cuales la élite “globalista”, a través de sus instituciones internacionales, busca controlar diferentes recursos con la excusa de “protegerlos”, “hacerlos llegar a todos”, etc. Lo curioso es que ese término se solía aplicar hasta ahora a cuestiones como el agua potable, pero nunca a productos manufacturados por
una empresa, que le producen una ganancia.

(2) Laura deFrancesco: The “anti-hype” vaccine, en Nature biotechnology, 27/2/2017. Cuadro 1. Financiamiento de vacunas de ARN (https://www.nature.com/articles/nbt.3812/tables/1)

(3) Dr. Amy Jenkins: Pandemic Prevention Platform (P3). Sitio oficial de DARPA. https://www.darpa.mil/program/pandemic-prevention-platform

Si te gustó este artículo apoyá a KontraInfo con tu suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo alternativo venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados. Ayudanos con tu suscripción, ingresando a este enlace. Colaboración por transferencia al CVU: 0000076500000019781431 Si vas a reproducir este material, citá la fuente: www.kontrainfo.com