Por Adriana Meyer *
Tal vez la afirmación de Ignacio Prafil, dirigente de los mapuches, pueda sorprender al ciudadano de a pie poco informado. Es una técnica de los Servicios de Inteligencia para provocar disturbios acusando a los Movimientos Sociales. Deberemos estar atentos a este tipo de manipulación.
“El pueblo mapuche está en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Juan y Mendoza hasta Chile, la administración mapuche estaba a ambos lados del Atlántico al Pacífico y viceversa, la cordillera nunca fue un impedimento para nosotros, nos salvó tanto en la Campaña al Desierto como en la llamada Pacificación de la Araucanía, que pretendieron borrarnos de la historia y de la vida, del territorio”, sostiene Ignacio Prafil, werken Lof Fvta Anekon y miembro de la Coordinadora del Parlamento Pueblo Mapuche Chewelche en Río Negro. Es uno de los referentes de las organizaciones originarias Puel Mapu que emitieron su posición frente al “drama o grotesco llamado Resistencia Ancestral Mapuche-RAM”. En diálogo con PáginaI12, explicó que “los Estados nunca se hicieron responsables en hacer la reparación histórica en base a los tratados y pactos internacionales. Recién desde 1920 estamos retomando nuestros espacios territoriales, y desde entonces el Estado fue generando venta de tierras a los extranjeros”.
–¿Es decir que en lugar de devolverles las tierras se la dieron a otros?
–Así es. Además, la justicia ha sido cómplice de las ventas fraudulentas de los territorios de todos los pueblos indígenas de Argentina. No es que hoy nos levantamos, lo hacemos porque es una cuestión que viene desde nuestros mayores, que fueron dándose diferentes estrategias. Ahora con la RAM se exacerba la xenofobia y discriminación con los pueblos indígenas, siendo que el 52 por ciento de la población tiene ascendencia indígena.
–¿La RAM será un grupo minoritario o no existe?
– Para nosotros es un invento de los servicios de inteligencia para aplicar planes represivos. Ahora, si existen que se hagan cargo con nombre y apellido.
Además de Prafil, firmaron la declaración los referentes territoriales de la mesa Ejecutiva de la Coordinadora del Parlamento Pueblo Mapuche en Río Negro- Regiones Andina, Sur, Atlántica y Alto Valle, y la Confederación Mapuche Neuquina. En el documento se preguntaron “¿cómo puede ser parte de un código mapuche incitar al animal represor, sabiendo que caerán familias o individuos inocentes e impedidos de defenderse ante maquinarias organizadas para golpear o matar llegado el caso?” Y se respondieron: “Creemos que esto no está generado desde el interior de una cultura sabia, humanista, holística que invita a proyectar un nuevo modelo de sociedad, sino que es obra de un montaje, del accionar de los servicios de inteligencia de los estados argentino y chileno, para implementar el plan cóndor en nuestros territorios, dando lugar a la aplicación de la ley antiterrorista; construyendo así un escenario que justifica una política represora”.
A un mes de la desaparición de Santiago Maldonado durante la represión a la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Esquel, declararon que repudian “enérgicamente los muertos y desaparecidos de esta democracia”, exigieron la aparición con vida del joven tatuador, y reclamaron “la libertad a todas y todos los presos políticos”. “No aceptamos que sigan criminalizando la protesta social, cultural, política y territorial”, afirmaron.
Para llegar a estas conclusiones, las autoridades mapuches se remontaron a la propia definición de su “lógica natural” que “nos ordena y reglamenta nuestra existencia del ser y saber de dónde venimos, por qué estamos aquí y hacia dónde vamos”. En las comunidades no existe un único Logko que sea guía, “o tenga la claridad de ser el supremo, ni ser el iluminado”, porque cada una de las Pu Lof tiene su propia autonomía y libre determinación de mantener la propia administración territorial”. En ese sentido, indicaron que “hace muchos años hemos venido realizando distintos procesos organizativos y hemos dar legitimidad a nuestros voceros que son elegidos a través de Parlamentos soberanos”. A modo de ejemplo, citaron que la Confederación Mapuche Neuquina es conformada por más de 60 comunidades y que la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche Chewelche en Río Negro la componen más de 145 Comunidades de cuatro regiones: Andina, Sur, Atlántica y Alto Valle.
Es decir que “no existe una sola forma de organización que lleve la voz de las comunidades, tenemos diversidades territoriales pero nos une la defensa y la lucha por nuestro territorio, por eso reafirmamos que no lo vamos entregar ni vamos a permitir que ingrese ninguna multinacional a destrozar nuestros elementos naturales que por vida hemos resguardado y cuidado para las presentes y futuras generaciones, que sigan permaneciendo en nuestro territorio las mineras, petroleras, hidroeléctricas, forestales y latifundios como Benetton, Lewis, empresa Los Amigos, Ginóbili, Yanozzi. Ted Turner, quienes fueron avalados por las políticas de los diferentes gobiernos de estado”. Así, explicaron que cada una de las “posesiones territoriales que realizamos es para aplicar nuestro desarrollo de vida que es el buen vivir y no ser una carga para el Estado, que así nos visualizan, desde el año 90 rompimos fronteras impuestas por Argentina y Chile e iniciamos un gran proceso de reencontrarnos como una sola Nación Mapuche que somos, alzando las voces de nuestras autoridades originarias políticas y espirituales”.
Los mapuches manifestaron que están siendo “observados desde la mira telescópica del ánimo represor”, y dicen: “Existe un estado ausente que hasta el día de hoy no se hace cargo en hacer la reparación histórica a los 38 pueblos originarios que conviven aquí en este territorio, como tampoco se hace cargo de terminar con el relevamiento territorial de la Ley 26.160, ni de entregar un título de propiedad comunitaria a ningún pueblo preexistente, pero si moviliza recursos, fuerzas armadas, jueces y fiscales y mucha tinta de los medios empresariales para iniciar la caza de un fantasma llamado ‘Resistencia Ancestral Mapuche’” que “se autotitula mapuche y con comunicados y panfletos se responsabiliza de acciones directas, ataques físicos y destrucciones de materiales de ‘supuestos objetivos enemigos que de lo grotesco y evidente, parece más el accionar de un “grupo de inteligencia” que de la lucidez y capacidad de resistencia cultural que ha tenido el pueblo mapuche en décadas de represión cultural”.
En su conclusión, expresaron que “la RAM es un accionar que anima a los que promueven el odio racial y la defensa de intereses económicos concretos, que necesitan instalar regiones militarizadas para acallar las voces y la historia. Realizamos esta afirmación, en medio de nuestros territorios criminalizados, con la presencia de Gendarmería en nuestros territorios, con decenas de autoridades mapuches procesadas, con órdenes de desalojos ya dictadas y próximas a ejecutarse, con multinacionales petroleras y mineras amparadas por la política extractivista del Estado que tiene como único objetivo, una explotación sinrazón ni respeto por los elementos naturales de los cuales somos parte”. Y agregaron: “la RAM y la contracara que es el plan de represión desde el Estado, es síntoma de la falta de diálogo político institucional serio. El Pueblo Mapuche reivindica los derechos humanos y la no violencia como método de reivindicación de derechos en un marco constitucional que nos incluye”.
*Adriana Meyer – periodista, Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA) y docente universitaria; integra la sección política del diario PáginaI12, donde se especializó en temas judiciales y estuvo acreditada en el Congreso de la Nación.
Fuente: www.pagina12.com.ar – 2.9.17