por Iciar Recalde*
La Argentina semicolonial relega hace décadas a millones de argentinos al descarte, al más cruel vertedero, pero como compró el negocio de la diversidad (vía EEUU y escuela francesa, y más acá, vía Podemos de España), muestra una delicadeza exquisita en no ofender convicciones de “género”, LGTB, “disidente” o los varios tipos más de “colectivos” que ha inventado el liberalismo para hacer rentable el mercado individualista y competitivo de identidades débiles y fragmentadas y atentar contra cualquier acción nacional colectiva y comunitaria.
Asistimos a un avance arrollador de la guerra cultural que es de manual: la ingeniería del Imperio opera sobre nuestro país a través de una dirigencia que sin distinción partidaria compró el combo en su totalidad, escudada en los sectores medios desde las instituciones de la cultura.
El liberalismo neocolonial, en su fase actual, utiliza la diversidad posmoderna para terminar de liquidar el peronismo: la comunidad organizada con eje en la familia, en la armonía hombre-mujer, el humanismo, la cultura del trabajo y de la solidaridad y las tres banderas. Hoy estas no existen en el debate político ni como cita al pasar.
No obstante la tragedia del panorama que vivimos, la esperanza siempre se refugia en el subsuelo de la Patria y hay que decirlo y repetirlo al hartazgo: existe una Argentina que aunque no tiene expresión en la partidocracia actual, vive en los millones de argentinos que aún tenemos fe en Dios y en nuestras capacidades colectivas como pueblo, millones que peleamos por sacar adelante a nuestras familias, por parir hijos peleando por parirlos en dignidad haciendo oídos sordos a los cantos de sirena antinatalistas, que hacemos solidaridad todos los días, orgullosos de este suelo que tenemos la dicha de habitar. Millones que creemos en que la única salida es organizativa y es colectiva y es el camino que que nos lleva a las fuentes: la restauración de la comunidad organizada.
*Licenciada En Letras. Profesora de Literatura Argentina del Siglo XX, del Seminario de Sociología de la Cultura Latinoamericana Contemporánea en la UNLP y de Política y Sociedad en la UNAJ. Dirige el Programa de Estudios de Política y Sociedad Raúl Scalabrini Ortiz (UNAJ). Miembro del IFAP y del Centro de Estudios Juan José Hernández Arregui.