Por Leonid Savin*
El informe Global Trends 2040 [del National Intelligence Council de los EEUU] dice que la demografía será el factor más importante en todos los procesos geopolíticos a nivel mundial. Según esto, podemos decir que “las tendencias que dominarán durante los próximos 20 años girarán en torno a los importantes cambios demográficos que se producirán debido al crecimiento de la población mundial y la desacelera o rápido envejecimiento de la misma. Ciertos países desarrollados o en proceso de desarrollo, sobre todo en Europa y Asia oriental, enfrentarán un rápido envejecimiento de la población y esto disminuirá su crecimiento económico. Sin embargo, países que están experimentando un proceso de desarrollo tanto en América Latina como el Sur de Asia, el Medio Oriente y el Norte de África crecerán gracias al aumento de la población que alcanza la edad laboral, lo que ofrecerá muchas oportunidades nuevas gracias al crecimiento demográfico que se verá acompañado de mejoras en la infraestructura y el índice de desarrollo humano.
“El desarrollo humano, incluida la salud, la educación y el bienestar de la población, ha mejorado históricamente en todas partes a lo largo de las últimas décadas. En ese caso, muchos países lucharán por continuar desarrollando o manteniendo los logros que han alcanzado. Las mejoras que han alcanzado estos países están centradas principalmente en la salud, la educación y la reducción de la pobreza, pero el resto de los índices de desarrollo son cada vez más complejos y, debido a la pandemia del COVID-19, se producirá un crecimiento económico mundial muchísimo más lento, sumado al envejecimiento de la población y el impacto negativo de los conflictos militares y el cambio climático.
Todos estos factores comenzarán a afectar a los distintos gobiernos que buscan consolidar políticas educativas, además de la mejora de su infraestructura con el objetivo de aumentar la productividad económica de su creciente clase media urbana durante este siglo XXI. En la medida en que los países hagan frente a estos desafíos o fracasen en conseguir sus objetivos, las cambiantes tendencias demográficas mundiales exacerbarán las desigualdades y las oportunidades económicas que se creen, tanto dentro como fuera de los Estados nacionales, durante las dos próximas décadas que vienen. Todo esto creará una gran presión sobre muchos gobiernos y causará una gran migración”.
El informe dedica toda una sección únicamente al problema del coronavirus. Según los autores de este documento el coronavirus causa bastantes incertidumbres a nivel económico, administrativo y tecnológico. Las consecuencias que dejará esta epidemia se sentirán en el futuro. El informe también dice que otros organismos de evaluación han predicho el surgimiento potencial de nuevas enfermedades y la posibilidad de que aparezcan otras pandemias. No obstante, no se hace un análisis integral de las causas que llevaron a la propagación del COVID-19 y el impacto que este último tuvo en la sociedad.
“Podemos decir que la pandemia ha causado: 1) la caída de la economía debido a la cuarentena y el cierre de fronteras; 2) el auge del nacionalismo y la polarización; 3) el aumento de la desigualdad; 4) el debilitamiento de la confianza en los gobiernos; 5) el quiebre y la impotencia de los organismos internacionales, como por ejemplo la ONU y la OMS; 6) el crecimiento de los actores no gubernamentales.
Todo lo anterior lleva a los autores a decir que:
“En un mundo lleno de conflictos, donde las comunidades se encuentren cada vez más fragmentadas, las personas empezaran a buscar refugio en grupos que tengan ideas parecidas, creando o manteniendo identidades que les ayuden a mantener su cohesión; mientras tanto, los Estados democráticos o autoritarios comenzaran a luchar con tal de satisfacer las necesidades y expectativas de sus poblaciones cada vez más conectadas y urbanizadas; el sistema internacional será muy competitivo debido a los desafíos que implica el crecimiento económico chino, lo que causará un mayor riesgo de que se inicien conflictos, especialmente si tenemos en cuenta que los Estados y los actores no estatales empezarán a forjar nuevas formas de poder que irán socavando las normas y las instituciones que hoy en día existen, siendo estas las que han salvaguardado la estabilidad internacional en las últimas décadas. Sin embargo, la dinámica que está siguiendo el mundo de hoy no es fija y por eso el informe contempla muchos posibles escenarios para el 2040, desde el resurgimiento de las democracias hasta la transformación de la cooperación internacional debido a la actual tragedia. El cumplimiento o no de estos escenarios depende de la interacción y las dinámicas internas que los seres humanos elijan seguir” …
El informe plantea cinco escenarios futuros donde se toma en consideración desafíos globales que van desde el cambio climático y las enfermedades hasta crisis financieras y desastres provocados por el hombre que se producirán en prácticamente todas las regiones y países del mundo, mientras que su intensidad no hará sino aumentar. El continuo crecimiento de la migración, que aumentó en una cantidad de cien millones desde el 2000 hasta el 2020, afectará tanto a los países desde donde salen los migrantes como a los países que los reciben. Los mecanismos de seguridad nacional de todos los Estados deberán adaptarse a los cambios que la migración va a provocar. La fragmentación mundial afectará a las sociedades, los Estados y el sistema internacional. Los seres humanos terminarán por dividirse en diferentes grupos a pesar de encontrarse cada vez más interconectados por la tecnología. El criterio que seguirá este proceso de fragmentación estará determinado por las ideas, creencias y la forma en que se comprende la verdad.
“Todo ello conducirá a varios desequilibrios. El sistema internacional será incapaz de responder a semejantes desafíos. Comenzará a ampliarse cada vez más la brecha, al interior de las fronteras nacionales, entre las demandas de la gente y la capacidad que tienen tanto los gobiernos como las corporaciones para satisfacer estas necesidades. Esto conducirá a un aumento de las protestas callejeras en ciudades tan distantes entre sí como lo son Beirut, Bruselas o Bogotá. Se intensificarán toda clase de protestas y ello conllevará un aumento de las tensiones. La política será muy contradictoria dentro de los Estados nacionales, mientras que en el ámbito del sistema internacional China desafiará a los Estados Unidos y el mundo creado por Occidente. Ser capaz de adaptarse a todo esto será una de las grandes virtudes que deberán practicar todas las fuerzas seguir siendo relevantes a nivel mundial.
Deberá tomarse en cuenta toda clase de variables, que van desde la tecnología hasta la política demográfica, con tal crear estrategias que permitan mejorar la economía. Los países que consigan mantener el consenso social y conseguir la confianza de sus poblaciones tendrán su futuro asegurado. El contorno futuro del mundo será determinado, según los autores, por quienes tomen en cuenta parámetros como la demografía, el medio ambiente, la economía y el desarrollo tecnológico. La urbanización continuará acelerándose y para el 2040 dos tercios de la población mundial vivirán en las ciudades. También aumentará el número de ciudades que cuentan con una población de más de un millón de habitantes. La urbanización no significará para nada el mejoramiento de la calidad de vida. El África subsahariana representará más o menos la mitad de este crecimiento, en tanto que el Asia meridional poseerá un tercio de la población urbana pobre del planeta.
En general, podemos decir que los problemas causados por la pobreza, los cuales fueron diagnosticados por los altos tribunales de la ONU hace más de 20 años (por ejemplo, en programas como los Objetivos del Milenio o la agenda del Desarrollo Sostenible), no solo mantendrán su vigencia, sino que incluso se agravarán mucho. Crecerán problemas que están relacionados con las necesidades básicas: falta de educación, acceso a los servicios médicos, vivienda, etc. El documento cuenta con todo un apartado que trata la futura dinámica del sistema internacional que conocerá un enfrentamiento activo entre China y Estados Unidos, enfrentamiento que tendrá gran relevancia y causará una división a nivel mundial. Sin embargo, esta confrontación no nos llevará a un mundo bipolar parecida al enfrentamiento entre la URSS y los Estados Unidos, ya que ahora existen un mayor número de actores que son capaces de defender sus propios intereses al interior de sus respectivas regiones.
Los países que tendrán mayor peso geopolítico y económico serán la UE, la India, Japón, Rusia y el Reino Unido. No obstante, Corea del Norte e Irán son considerados actores problemáticos que, al defender sus intereses, acabaran por causar una gran incertidumbre y volatilidad internacional. Los autores también dicen que:
“Probablemente China y Rusia intentarán influir en las poblaciones de los Estados Unidos y Europa mediante una retórica que afirma la decadencia de Occidente. Igualmente, ambos países intentarán extender su influencia a otras regiones como África, donde ya realizan numerosas operaciones”…
Vale la pena citar lo que dice el informe sobre Rusia, el cual nos permitirá darnos una idea de cómo los sistemas de inteligencia de los Estados Unidos comprenden la política rusa y como recomiendan relacionarse con nuestro país:
“Resulta probable que Rusia siga siendo una potencia disruptiva durante las próximas dos décadas, incluso si sus capacidades materiales disminuyen considerablemente frente a otros importantes actores. Rusia cuenta con ciertas ventajas: posee un ejército convencional considerable, armas de destrucción masiva, grandes recursos energéticos y minerales, una geografía inmensa y la voluntad de usar su poder militar en el extranjero, todo ello le permitirá jugar un papel importante dentro del espacio postsoviético e incluso en otras zonas. Moscú probablemente seguirá intentando dividir a Occidente, además de construir sus redes de poder en África, Medio Oriente y otros lugares. Rusia buscará oportunidades económicas en el Ártico y establecerá misiones militares en esta zona al igual que otros países que intenten aumentar su poder en la región. Sin embargo, Rusia no cuenta con un buen ambiente para las inversiones extranjeras, depende muchísimo de los recursos energéticos (cuyos precios son potencialmente muy volátiles) y su economía es bastante pequeña, ya que su producto interno bruto (PIB) apenas representara el dos por ciento de la economía mundial dentro de las próximas dos décadas. Por lo tanto, Rusia tendrá graves dificultades para proyectar y mantener su influencia a nivel mundial. La salida del presidente Vladimir Putin del poder, ya sea al final de su mandato actual en el 2024 o mucho después, podría erosionar rápidamente la posición geopolítica que Rusia tiene ahora, especialmente si se produce una gran inestabilidad interna. Si Europa disminuye su dependencia energética de Rusia, por medio de energías renovables o mediante la diversificación de sus proveedores de gas, esto llevaría a socavar los ingresos y la capacidad general del Kremlin, especialmente si esa demanda no pudiera ser compensada con nuevos mercados en los países asiáticos”.
Además de China, la India, la UE y el Reino Unido (países que fueron mencionados anteriormente), el texto también habla de Australia, Brasil, Indonesia, Irán, Nigeria, Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos como potencias regionales que intentarán obtener alguna ventaja estratégica, siendo actores que están interesados en su estabilidad regional. Los actores no estatales como las ONG, los grupos religiosos, las grandes empresas tecnológicas y otras organizaciones comenzarán a tener un cierto peso en el ámbito internacional. Estos actores no estatales usarán sus recursos para construir y promover redes alternativas que, de acuerdo a las funciones y tareas que desempeñen, competirán o ayudarán a los Estados nacionales. Por otra parte, disminuirá el papel que desempeñan las organizaciones intergubernamentales globales como la ONU, el Banco Mundial y la OMC, organismos que servían para mantener el orden internacional liderado por Occidente. Los líderes de cada país preferirán instaurar coaliciones ad hoc y trabajar al interior de sus respectivas organizaciones regionales. El liderazgo occidental en todas estas organizaciones intergubernamentales será socavado por la propaganda de Rusia y de China. El informe dice que la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la OCS, el Nuevo Banco de Desarrollo y la Asociación Económica Regional Integral serán los principales impulsores de este socavamiento de la influencia Occidental. En cuanto a los posibles conflictos futuros, y a pesar de que las grandes potencias desean evitar una guerra a gran escala, el riesgo de que estallen conflictos interestatales será cada vez mayor que antes debido al uso de nuevas tecnologías, una gama muy amplia de objetivos, el numero creciente de actores, una dinámica muy compleja a la hora de disuadir al enemigo, sin hablar del debilitamiento de las normas internacionales. El futuro conflicto puede abarcar un espectro que va desde la coerción económica, las operaciones cibernéticas (no-cinéticas) y la guerra híbrida (incluido el uso de rebeldes, empresas privadas y mercenarios) hasta el uso de fuerzas armadas regulares y armas nucleares (estrategias y formas de lucha convencionales). El terrorismo no desaparecerá. Aunque quienes escribieron el informe muestran muy poca imaginación y se limitan simplemente a citar las conocidas estructuras globales creadas por el yihadismo, los grupos chiítas irano-libaneses, así como los clásicos grupos de izquierda y derecha que existen en Europa, Estados Unidos y América Latina.
Los autores hablan de los siguientes escenarios:
“Tres de ellos representan un futuro en el que los desafíos internacionales se irán agravando paulatinamente y que estarán en gran medida determinado por la rivalidad entre los Estados Unidos y China. El escenario Renacimiento de las Democracias muestra a Estados Unidos como el líder indiscutible del mundo. En el escenario Un mundo a la deriva China es considerado como la potencia reinante, pero no consigue ejercer una hegemonía realmente universal. Finalmente, en el escenario Coexistencia competitiva tanto los Estados Unidos como China prosperan y compiten por el liderazgo en un mundo bipolar. Los otros dos escenarios implican cambios más radicales. Ambos parten de predecir que se producirán terribles luchas globales y que esto terminará por desafiar todos los supuestos acerca de un sistema global. La rivalidad entre los Estados Unidos y China en estos escenarios resulta mucho menos importante, ya que ambos Estados se ven obligados a lidiar con desafíos globales mucho más importantes y terribles, dándose cuenta de que las estructuras internacionales existentes son inadecuadas. El escenario de Búnkeres individuales nos presenta un mundo en el que la globalización se ha derrumbado y están surgiendo bloques económicos y alianzas de seguridad regionales que buscan proteger a los distintos Estados de las crecientes amenazas que surgen a su alrededor. En el escenario de Tragedia y Movilización se producen cambios revolucionarios que llevan a una devastadora crisis ambiental global”.
Por supuesto, fuera de que el informe intenta predecir el futuro por medio de las estadísticas disponibles y los datos obtenidos en las décadas anteriores, los representantes de las redes de inteligencia de los EE.UU. también dicen que este país debe cumplir estos objetivos: 1) identificar las verdaderas amenazas que cuestionan a las autoridades estadounidenses (y todos los países socios de Washington) con tal de centrarse en ellas y asignar todos los recursos que sean necesarios para contrarrestar su influencia; 2) demonizar a ciertos Estados cuyas ideologías y sistemas políticos no se ajustan a los perfiles señalados. En estas ideas se notan claramente la preocupación que sienten las autoridades estadounidenses debido al declive que sufre el sistema internacional occidental, ya que sí se reduce el papel que desempeñan tanto los EE. UU. como la UE, entonces los demás países verán esto de forma positiva.
Los anteriores informes de Global Trends hablaban de la multipolaridad, aunque fuera entre líneas. Pero quizás debido al hecho de que la multipolaridad se ha ido volviendo una realidad, los autores del informe han intentado no usar este término y se limitan simplemente a decir que aparecerán alianzas regionales en medio de un proceso de desunión total. Por otro lado, las predicciones que hacen sobre las próximas dos décadas resultan bastante dudosas y recuerdan a historias de ciencia ficción y no a análisis geopolíticos.
El famoso científico estadounidense Steve Fuller dice que es imposible pronosticar el futuro debido a lo siguiente: 1) el futuro es incognoscible debido a que aún no existe y solo podemos conocer lo que existe; 2) el futuro será muy diferente al pasado y al presente, eso se debe a la incertidumbre, la cual también es influida por la libertad como característica irreductible de la voluntad humana; 3) los efectos de la influencia mutua de la predicción y sus resultados son tan complejos que cada predicción genera consecuencias no deseadas que en todo momento causaran mucho más daño que bien. Por lo tanto, cualquiera puede sacar las conclusiones, opiniones y preferencias personales que desee de este informe.
Notas:
1. https://www.dni.gov/index.php/gt2040-home/summary
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera / Geopolitica.ru
*Leonid Savin es analista geopolítico, editor en jefe de Geopolitica.ru
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