La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional de Argentina (Correpi) reveló que durante el primer año de gobierno de Alberto Fernández las fuerzas de Seguridad asesinaron a 411 personas. “Archivo 2020. Las necesidades del pueblo son esenciales. ¡La represión no!”, es el título del informe en el que Correpi estudió el impacto de las medidas que se tomaron contra el coronavirus, como las cuarentenas obligatorias y el control policial de las mismas.
El documento explica que, de los 411 casos de asesinatos reportados, 348 ocurrieron después del inicio de la cuarentena, y que se acentuaron con el pretexto del cumplimiento de la cuarentena que se impuso de manera obligatoria.
Correpi aclaró que, por las restricciones de movilidad, la compilación anual quedó incompleta porque no han podido asistir en tiempo y forma a los juzgados para chequear los expedientes judiciales, ni visitar a las familias de las víctimas.
El informe también dio cuenta de que “se produjeron tres desapariciones forzadas de personas, luego encontradas muertas, con responsabilidad policial, durante la cuarentena”.
También se critica el incremento de muertes en lugares de detención: la mitad de las víctimas de este año fueron asesinadas mientras estaban presas en cárceles, comisarías u otros lugares de encierro.
El resultado de las cuarentenas y su control por fuerzas policiales “fue un incremento exponencial de detenciones arbitrarias, con su natural correlato de aplicación de tormentos y muertes en comisarías, seguido por un importante número de fusilamientos de gatillo fácil en las calles”, denuncia el informe.