En una plaza de San Pedro llena, el papa Francisco impartió su tradicional bendición urbi et orbi de Pascua y llamó a la conciencia de políticos y militares para acabar con el “exterminio en Siria” y otros conflictos en el mundo como los que se viven en la ocupada Palestina, Corea del Norte y Venezuela.
“Que la luz de Cristo resucitado ilumine en esta Pascua las conciencias de todos los responsables políticos y militares, para que se ponga fin inmediatamente al exterminio que se está llevando a cabo”, dijo Francisco sobre la guerra de Siria, que ha empezado recientemente su séptimo año.
No se olvidó de los acontecimientos recientes en Oriente Medio, donde el viernes murieron en Gaza 17 palestinos en enfrentamientos con las fuerzas ocupantes israelíes en una de las jornadas más sangrientas de los últimos años. “Invocamos frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos”, afirmó Francisco desde el balcón de San Pedro.
El Papa se refirió a la crisis en al península coreana, donde pidió “sabiduría y discernimiento” para promover el bien para sus habitantes a “los que tienen responsabilidades directas”.
El pontífice dijo que el mensaje de resurrección ofrece esperanza en un mundo “marcado por muchos actos de injusticia y violencia”, incluyendo en partes de África afectadas por “hambre, conflictos endémicos y terrorismo”.
“El mensaje lleva frutos de esperanza y dignidad donde hay privación y exclusión, hambre y desempleo; donde hay migrantes y refugiados, abandonados tan a menudo por la cultura de desperdicio de hoy, y víctimas del tráfico humano y de drogas, y de la esclavitud contemporánea”, dijo el papa.
Sobre Venezuela, Francisco oró para que el país pueda encontrar “la vía justa, pacífica y humana” para poner a las dificultades políticas que enfrenta.
El Papa realizó la bendición después de saludar a los 80.0000 fieles en la plaza -según cifras del Vaticano- y de impartir la misa del domingo de Resurrección.