La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) volvió a criticar en duros términos al Gobierno Nacional y a parte de la clase política por la “febril obsesión de instaurar el aborto en la Argentina”. En un comunicado titulado “¿Por qué no renovar la esperanza?”, las autoridades de la Iglesia Católica afirmaron: “En estas últimas semanas el panorama se ha ennegrecido: la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de los argentinos” y pidieron: “defender los derechos humanos de los débiles de tal manera que no se los neguemos aunque no hayan nacido”.
Los obispos sostuvieron que esta Navidad encuentra a la Argentina “en un momento histórico”, en donde debe priorizarse “una ardua reconstrucción: de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones, de los lazos fraternos”.
Sin embargo, “para quienes esperan empezar un año mejor, esta agenda legislativa no les trae esperanzas”.
Los obispos pusieron énfasis en que “Hay miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver, que requieren toda nuestra atención”, entre ellas, “la cantidad de personas muy enfermas que este año no han recibido adecuada atención médica, pasando por las mujeres que sufren violencia o no tienen un trabajo digno. Pero lo que se les ofrece en este momento duro e incierto es el aborto, y eso es un golpe a la esperanza”.
El comunicado explica que la Navidad “nos hace pensar en la dignidad de cada vida, nos recuerda cuánto vale un ser humano” y recordaron que el Papa Francisco en su última encíclica pidió “defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer”.
La mención al papa Francisco se da también en el contexto de rumores sobre las presiones del presidente Alberto Fernández a los senadores, a los que incluso habría llegado a decirles que el pontífice de Roma aceptaba la legalización, algo que Francisco se encargó de negar en cartas públicas y privadas, llegando a comparar el aborto con el intento de resolver un problema contratando a un sicario. En una de estas últimas cartas, sostuvo: “el problema del aborto no es un asunto primariamente religioso sino de ética humana, anterior a cualquier confesión religiosa. ¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar un sicario para resolver un problema?”.
No ha sido la única voz desde la institución eclesiástica en alzarse contra el intento de legalizar el crimen del aborto. Desde la pastoral de curas villeros, el padre Pepe di Paola ha venido expresando que la legalización es una imposición de los organismos internacionales de crédito, como el Fondo Monetario Internacional con quien actualmente se encuentra negociando el Gobierno. En una reciente entrevista televisiva incluso llegó a mencionar los proyectos de control de la natalidad que se aplican a nivel global y que han detallado exponentes como Henry Kissinger (en su histórico informe NSSM200 de 1974), el ex presidente del Banco Mundial, Robert McNamara o John D. Rockefeller en su Informe Rockefeller sobre población de 1972. El párraco pidió también a los senadores votar representando a los pueblos que los eligieron, en los que todas las encuestas marcan un rechazo a la legalización del aborto de más del 60%.
Alberto Fernández: hipócritamente se dice católico pero promueve legislaciones con valores anticristianos, favoreciendo la muerte de argentinos en el vientre materno.
