El 16 de junio de 1955, la aviación naval de la Marina de Guerra argentina, ligada a intereses británicos, intentó dar un Golpe de Estado y asesinar al presidente Juan Domingo Perón, arrojando bombas sobre la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo, ametrallando a civiles que allí se encontraban y atacando también la Residencia Presidencial y la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), culminando la jornada con un saldo de más de 300 muertos (cuyos nosmbres se publican al final de este documento) y más de 800 heridos. El presidente argentino se refugió en el Ministerio del Ejército, fuerza que permaneció leal al gobierno, y combatió a la sublevación encabezada por la Marina, dando por terminado el Golpe horas más tarde. Parte de los agresores huyeron del país con rumbo a Montevideo. Por la noche, Juan Domingo Perón pronunció un discurso por cadena nacional desde su centro de comando, llamando a la pacificación del país, tratando de evitar un caos mayor y previendo quizá los desmanes que provocaron el incendio de iglesias de ese mismo día, incidente que no pocos estudiosos del hecho consideran un atentado de falsa bandera promovido por elementos infiltrados dentro de los servicios de inteligencia y del Ministerio del Interior:
Discurso de Juan Domingo Perón del 16 de junio de 1955, tras los bombardeos sobre Casa Rosada y Plaza de Mayo:
“La situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado, está ocupado y los culpables detenidos.
Deseo que mis primeras palabras sean para encomiar la acción maravillosa que ha desarrollado el Ejército, cuyos componentes han demostrado ser verdaderos soldados, ya que ni un solo cabo ni soldado ha faltado a su deber. No hablemos ya de los Oficiales y de los Jefes, que se han comportado como valientes y leales.
Desgraciadamente, no puedo decir lo mismo de la Marina de Guerra, que es la culpable de la cantidad de muertos y heridos que hoy debemos lamentar los argentinos.
Pero lo más indignante es que haya tirado a mansalva contra el Pueblo como si su rabia no se descargase sobre nosotros, los soldados, que tenemos obligación de pelear, sino sobre los humildes ciudadanos que poblaban las calles de nuestra ciudad.
Es indudable que pasarán los tiempos, pero la historia no perdonará jamás semejante sacrilegio.
Ahora, terminada la lucha, los últimos aviones, como de costumbre, pasaron huyendo. Estos últimos disparos de artillería antiaérea que han escuchado han sido sobre esos aviones fugitivos. Quedan todavía algunos pequeños focos que ocupar, desarmar y someter a la justicia.
Como Presidente de la República, pido al Pueblo que me escuche en lo que voy a decirle. Nosotros, como Pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión.
Todo ha terminado. Afortunadamente. Bien. Solamente que no podremos dejar de lamentar, como no podremos reparar, la cantidad de muertos y heridos que la infamia de estos hombres ha desatado sobre nuestra tierra de argentinos. Por eso, para no ser nosotros criminales como ellos, les pido que estén tranquilos: que cada uno vaya a su casa.
La lucha debe ser entre soldados. Yo no quiero que muera un solo hombre más del Pueblo. Yo les pido a los compañeros trabajadores que refrenen su propia ira: que se muerdan, como me muerdo yo en estos momentos, que no cometan ningún desmán. No nos perdonaríamos nosotros que a la infamia de nuestros enemigos le agregáramos nuestra propia infamia. Por eso yo les pido a todos los compañeros que estén tranquilos, que festejen ya el triunfo, el triunfo del Pueblo, que es el único triunfo que puede enorgullecernos.
El Ejército en esta jornada se ha portado como se ha portado siempre. No ha defeccionado un solo hombre. Y el Ministro de Ejército ha tomado personalmente y dirigido personalmente la defensa. Este Ministro es un gran hombre. No lo digo ahora: lo conozco desde que tenía 15 años.
Todos los Generales de la República, los Jefes, Oficiales, Suboficiales y Soldados han sabido cumplir brillantemente con su deber.
Cumplo con esto una pasión más de mi vida: que nuestro Ejército sea amado por el Pueblo y nuestro Pueblo amado por el Ejército. Nadie podrá decir nunca jamás que un soldado del Ejército ha tirado sobre sus hermanos, como nadie podrá decir jamás que hay un Jefe o un Oficial en el Ejército que sea tan canalla como para tirar un solo tiro sobre sus hermanos.
Por eso yo quiero que en esta ocasión, en que sellamos la unión indestructible entre el Pueblo y el Ejército, cada uno de ustedes, hermanos argentinos, levante en su corazón un altar a este Ejército, que no solamente ha sabido cumplir con su deber, sino que lo ha hecho heroicamente.
Esos soldados que hoy combatieron por el Pueblo Argentino son los verdaderos soldados. Los que tiraron contra el Pueblo no son ni han sido jamás soldados argentinos: porque los soldados argentinos no son traidores ni cobardes, y los que tiraron contra el Pueblo son traidores y son cobardes.
La ley caerá inflexiblemente sobre ellos. Yo no he de dar un paso para atemperar su culpa, ni para atemperar la pena que les ha de corresponder. Yo he de hacer justicia, pero justicia enérgica. El Pueblo no es el encargado de hacer la justicia. Debe de confiar en mi palabra de soldado y de gobernante.
Prefiero, señores, que sepamos cumplir como Pueblo civilizado y dejar que la ley castigue. Nosotros no somos los encargados de castigar.
Es indudable que estas palabras de serenidad han de llegar al entendimiento de los compañeros y del Pueblo entero. No lamentemos más víctimas. Nuestros enemigos, cobardes y traidores, desgraciadamente merecen nuestro desprecio, pero también merecen nuestro perdón. Por eso pido serenidad, una vez más, ahora que han pasado todos los acontecimientos, con que hemos dado una lección a la canalla que se levantó y a la que la impulsó a que se levantara, les decimos también otra vez que tantas veces se levanten, cada día recibirán una lección más dura y más fuerte, como merecen ser castigados los traidores y los cobardes.
Yo hablo al Pueblo, y le hablo con el corazón henchido de mi entusiasmo de soldado, porque he visto hoy a mi Ejército, al cual tengo la honra de pertenecer, en todo lo que es y en todo lo que vale.
Y he visto también al Pueblo, que también es otro de mis grandes amores. Lo he visto comportarse virilmente y lo veo ahora comportarse también serenamente.
Los culpables serán castigados y habrá memoria en la República del castigo que habrán de recibir. De manera que les pido a todos que se tranquilicen. Tienen razón de estar indignados y de estar levantados, pero aún con razón hay que reflexionar antes de obrar.
Pido a todos que, como yo, sancionen en su conciencia a los malvados. Los malvados han de tener el castigo cuando recuerden las víctimas que han ocasionado. Ese va a ser su castigo, si se salvan del castigo que yo les he de hacer aplicar, cumpliendo estrictamente la ley.
Algunos pocos que puedan escucharnos todavía, que aún no hayan depuesto las armas, es preciso que lo hagan en el menor tiempo posible. Si no lo hicieran, nosotros no cargaremos con la responsabilidad de destruirlos. Pero que sepan que si iniciamos su destrucción no hemos de parar hasta terminar.
Buenas noches a todos. Tranquilos y confiados. Tenemos un Ejército que garantiza el orden y el orden se ha de ir restableciendo paulatinamente.
Este será un triste recuerdo; un triste recuerdo que pondrá un estigma para toda la vida en las instituciones que no supieron cumplir con su deber y en los hombres que traicionaron la fe y la Patria.
Nada más.
Buenas noches
La CGT rindió homenaje a los caídos, cuando se cumplieron 50 años del hecho, recuperando sus nombres del olvido:
ACHIN, LUIS MARIO
ACONDO, ANTONIO
AGUILAR, ALFREDO JOSÉ
AGUIRRE, SEVERO
AGUIRRE, CARLOS
AGUSTONI, ALFREDO ANTONIO
ALBORNOZ DE BARRIO, ANGELA
ALDERETE, ROSARIO
ALVAREZ, JOSÉ
ALVAREZ, JOSÉ MARÍA
AMADOR, PABLO
AMADORI, OSVALDO PABLO
AMARIDIS, PABLO
AMEZÚA, PILAR ISABEL
ANGELUCCI, ITALO (O ANGELINCA)
ARGANADOÑA, PEDRO MEDRANO
ARTESO, JOSÉ ANTONIO
ARIANOVICH, JUAN M.
AULICINO, ALFREDO
AZUNDONI, OSVALDO P.
BACALJA, JOSÉ MARIANO
BACCIADONNE,JUAN CARLOS ALBERTO
BACIGALUPO, JOSÉ
BAIGORRIA, PEDRO H.
BARASCANDOLO MOLTAFRIO, ALBERTO
BARBIERI, DULIO
BASTRANELLI, RODOLFO
BAUCERO CAMILO
BEISCHER, JUAN
BELTRÁN, ADOLFO
BEMBICH, JUAN
BENITEZ PÉREZ, JULIO
BERMUDEZ, SARA
BERTOL, CÁNDIDO
BIELA, JUAN N.
BIELA, PASCUAL N.
BIONDI, ANTONIO
BIONDI, CATALINA A. C.
BIONDI, LUIS JOSÉ
BLANCO, RICARDO EUSTAQUIO
BIONDI, JUAN
BLANES, ATILIORAÚL
BLIZES, ATILIO RAÚL
BLOMBICH, JUAN
BOBADILLA, BENITO ALFREDO
BOLTON, ADOLFO
BONDI, JUAN
BONOMINI, FRANCISCO
BRUNO, CARLOS CAYETANO
BUN, VIOLA SARA
C. VDA. DE DEMARZI, ANTONIA
CALAUDI, MARÍA CARMEN
CALDEVILLA DE GRANERO, JULIA RESTITUTA
CALIGNANO, ANTONIO
CALSINI, JUAN CARLOS
CALVO, FÉLIX VICENTE
CAMPO, FRANCISCO
CAMPOS, FRANCISCO
CANO, H. E.
CANO, DR. ROBERTO LUCIO
CAPODILUPO DE DEMARCHI, ANTONIA
CARATINO, CATALINO
CÁRDENAS, RAMÓN
CARNICER, BLANCA ELSA
CASAGRANDE, ELIO
CASTELLO SUPONI, ANGEL
CASTELLO, ANGEL
CASTILLO, ANTONIO J.
CASTILLO, HÉCTOR EMILIO
CASTILLO, HÉCTOR MARIO
CATARINO, CATALINA
CEPEDA, CARLOS A.
CHARDELLI, GERMINAL
CHELELECO, ESTÁBULO DEMETRIO
CHIDIAK, CONSTANTINO
CHIRULO VDA DE MICHELO, MICAELA
CIRUELO, EMILIO
COMITINI DE MESSINA, DELIA NORMA
CONTRERAS, EDUARDO
CONTRERAS, TOMÁS E.
CÓRDOBA, LAUDINO
CORREA, MÁXIMO EZEQUIEL
CORREO GÓMEZ, MÁXIMO
COSSÉ, ENRIQUE ADOLFO
CRESPO DE GÓMES, ASUNCIÓN
CRESSINI, JUAN CARLOS
CRISCUOLO, RUBÉN HUGO
CROCE, HORACIO
CROMA, RICARDO (O GREMA)
CUACUADRIO, VICENTE
CUARTEROLLA, OSCAR
CUCINEA, ALFREDO
DE FELICE, FRANCISCO E.(SJAN FRANCIAN)C
DÍAZ, HÉCTOR RUBÉN
DÍAZ, ANGEL RAÚL
DIAZ, MARIO JOSÉ .
DIAZ, MARIO BENITO .
DÍAZ, RAÚL J.
DONOSO, MANUEL JESÚS
DOSEGLIA, ROSA
DOYLE DE ALEMAN, NELLY
DRACICH, OSCAR ADOLFO
DUTTE, KETTY IRMA
ENGRASSIA, SANTOS
ESPOSITO, NICOLÁS
ESQUIVEL, LUIS
ESTEVEZ VDA DE GIL, PETRA
FÁBREGAS, LILIA ELSA
FAENA, JACOBO
FARAK, BIFOGES
FAYOS, SALVADOR
FERNANDEZ, ARMANDO
FERNÁNDEZ, ENRIQUE O.
FERRARIO, LUISA ANA
FRAGA, JUAN M.
FRANCO, LUIS ENRIQUE
FRASCAROLI, PEDRO ANTONIO
FURMANERI, VICTORIO SALUSTIANO
GAITTI, FRANCISCO RAMÓN
GALBURU, MANUEL
GALLIGANO, ANTONIO
GAMBA LEANDRO
GARCETE, JOSÉ HORACIO
GARCÍA, ANATOLIO ANTONIO
GARIBURU, MANUEL
GAUDIO, JORGE JOSÉ
GABAY, RODOLFO
GENTILE, DOMINGO
GENTREL, DOMINGO O.
GLUMEN, POLL
GOIRI(O GUEIRI), FRANCISCO RAMÓN
GÓMEZ CORREA, MÁXIMO
GONZALEZ , MARÍA IRENE
GREGORIA, ROBERTO LUIS
GUERRA, NELSI
GUTIERREZ, MANUEL
HERMIDA VDA DE IPPOLITO,CANDIDA
HERRERA DE ANFOSSI, FELIPA ZOILA
HERRERA, ALBERTO WASHINGTON
HOSSES, HOSAÍN
INCHAUSTI, RAFAEL
INSANTI, ROBERTO RUBÉN
ITALO, ANGÉLICA
JARAK, IVA
JAVAIT, RODOLFO
JUBERO, JULIÁN
LANDRISINA, PASCUAL
LARIVA, ENRIQUE
LARROSA, ALFREDO GREGORIO
LARROSSA, LUIS
LAAS, ALBERTO FEDERICO
LAURA, ENRIQUE CARLOS
LEDESMA, JUSTO
LEHAMAN, ANGEL B.
LEIJO, MIGUEL
LEMA, ANGEL BERNARDO
LEVA, MAGNO
LOPEZ, HUGO
LÓPEZ, RUDECINDO HUGO
LORENZO, RODOLFO ÁNGEL
LUCERO, RICARDO
LUCIONI, CIPRIANO
LUISES, VIOLA
MACCHIONE, LEONARDO SALVADOR
MAERLANOVICH, JUAN
MARRA, FRANCISCO
MARCHIONE, EDUARDO
MARINO, DOMINGO
MARINO, JUAN
MARINO, JUAN CARLOS
MARZETTI, OCTAVIO
MATOS,GREGORIO A.
MAULLITO, NILDIS
MESSINA PINZÓN, DELIA N. C.DE
MEDRANO ARGANADOÑA, PEDRO
MENDEZ, OSCAR ALFREDO
MERCANTE, JULIO A.
MERLO, ZULEMA MERCEDES
MERZLANOVICH, JUAN
MESÚA, PILAR A.
MIATELLO, ERNESTO
MIGLIOLI, JOSÉ JUAN
MIGUEZ, MANUEL ROBERTO
MILDNER, HANS ALUCH
MIÑO, CARMELO MELITÓN
MISISCHIA, ANTONIO E.
MOCCA, ORLANDO HEBER
MOLTRASIO, ALBERTO P.
MON, JOSÉ MARÍA
MOSCANTE, JULIO
MURES, OSCAR ANIBAL
MURUA, FRANCISCO
NAVARRO, VICTOR ENRIQUE
NIETO, RODOLFO
NUÑEZ (O MUÑOZ), ALEJO
NUÑEZ, RAÚL ALBERTO
OBERTELLO, RICARDO
OLARDE, IGNACIO
OLIVA, JUAN A.
OLMO, JUAN JOSÉ
OROMA, RICARDO
ORTIZ, NAZARENO CELSO
OTERO LOPEZ, MANUEL
PAPLAUSKAS, ZENÓN
PARASCANDOLO, ALBERTO MOLTASIO
PARIENTE, RICARDO J.
PASCUALA CANALES, LUIS
PASSALACQUA, LUIS A.
PATRIGNANI, SALVADOR (HIJO)ING.
PAVAN VDA DE CARNIO,TERESA
PAZ, PEDRO LEÓNIDAS
PEDRO, MIGUEL
PERA, ROBERTO PABLO FEDERICO
PEREYRA, JULIO
PEREYRA, RODOLFO
PEREYRA, ROSARIO
PÉREZ, DANIEL
PÉREZ, JUAN
PÉREZ, JULIO BENITO
PEREZ, SALVADOR
PERIEROLA,OSCAR
PESSANO, HÉCTOR MARIANO (CACHO) *
PIACQUALINO, VICENTE
PINDULICH, VICENTE
PROTOLENGO, JUAN
PRIETO DE GARCIA, GENEROSA
PUCHULO, CÉSAR AUGUSTO
PUGLIESE, SALVADOR
PULENTA, SANTIAGO ROBERTO
QUINTANA, BENITO
QUINTANA, BONIFACIO
QUINTANA, HORACIO
QUINTANA, HUGO
REYNA, REINALDO
RIVERA, PEDRO
RIZZO, PEDRO
RODRIGUEZ RUIZ
RODRIGUEZ, ANTONIO ALBERTO
RODRIGUEZ, CARLOS
RODRIGUEZ,LUIS
RODRIGUEZ, SIXTO
ROJAS, JULIO VENTURA
ROMERO DE SALGUERO, CARMEN
RONCAGNI, ANA VICTORIA
ROSSÉ, ANTONIO DOMINGO
ROSENDO, JUAN FRANCISCO
ROSSI, MIGUEL
RUIZ, JOSÉ MARÍA
SADEGNANO, ANTONIO
SANGREGORIO, ROBERTO J.
SANTARELLI, GUERINO
SARMIENTO,MIGUEL F.
SAROBE, PEDRO E.
SATURNEMO, VICTORIO F.
SCHIERLING, HUGO
SCONDA, ANTONIO RODOLFO
SEGUÍ, ARTURO L.
SEIJO, MIGUEL
SENRA, JUAN BENITO
SHANAHAN, ARTURO TOMÁS
SILVA, EDUARDO O.
SILVA, RAÚL E.
SMANN, JUAN
SOTERO INCHAUSTI, RAFAEL
SPERANZA, NICOLÁS SALVADOR
STIRPARO, DOMINGO MARÍA
TABORDA, JORGE
TARTARI, DARIO
TERCERO, ROBERTO
TOLEDO, PAULINO
TUNE, GRAHAM M.
UBUCHUL, CÉSAR AUGUSTO
URIEL, DIONISIO
VENANZI, PLÁCIDO GERÓNIMO
VENTURA, SAMUEL
VERA, ROBERTO FEDERICO
VERGARA RUZO, TOMÁS RICARDO RAMÓN
VICO, JOSÉ ANTONIO
VILCHES, EMMA
VIOLA, PASCUAL NICOLÁS
VOLPE, MARÍA ESTHER AURORA
WINNER, L. W.
WHISNERS. B.
YUBERO, JULIÁN
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