Bolivia ya firmó acuerdos con los gobiernos de Perú, Paraguay y Uruguay para encaminar el proyecto, que demandará una inversión de más de 10 mil millones de dólares.
El Bioceánico cuenta con cuatro estudios sobre inversión, evaluación ambiental, diseño básico y costos de producción y operación.
Hasta ahora varios países expresaron su interés en participar en su ejecución, entre ellos Alemania, Suiza y China.
Al menos tres entidades financieras del gigante asiático manifestaron su intención de apoyar al bioceánico a través de créditos: el Eximbank, el Banco Industrial y el Comercial de China.
Durante una visita realizada en mayo pasado a La Paz, el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina, Luis Carranza, también anunció su respaldo al corredor.
“Hay un compromiso pleno, tangible, de seguir apoyando al Gobierno en estos proyectos tan importantes, tanto de integración como en el desarrollo productivo y el bienestar social”, expresó.
Precisó que en una primera etapa se concentrarán en el trabajo técnico y más adelante analizarán el financiamiento a la conexión ferroviaria.
Además, posibilitará el desarrollo profesional y la generación de miles de fuentes de trabajo sostenibles en el tiempo.
“Estoy convencido de que el tren bioceánico será el canal de Panamá del siglo XXI”, declaró el presidente Evo Morales, al compararlo con la vía de navegación interoceánica que atraviesa el país istmeño.
Inaugurado el 15 de agosto de 1914, el canal consiguió acortar el tiempo y la distancia entre los dos océanos, dinamizó el intercambio comercial e impulsó el crecimiento económico.
El Corredor Bioceánico Central también abaratará los costos de exportación e importación, será un medio de transporte sustentable y articulado con las hidrovías de las cuencas del Plata y el Amazonas, y fortalecerá la integración entre las naciones sudamericanas.
Para Bolivia la obra es vital porque esta nación perdió su acceso al mar tras una invasión de Chile en 1879 y ahora depende de puertos de ese país para su comercio exterior.
En la actualidad, 80 por ciento de la carga boliviana sale por la terminal de Arica, pero los transportistas enfrentan numerosos obstáculos en su tránsito al litoral.
De ahí que se busquen otras alternativas, entre ellas el Corredor Bioceánico que tendrá mil 521 kilómetros de vías en Brasil, mil 894 en Bolivia y 340 en Perú, y permitirá conectar directamente al este y el oeste de América del Sur.
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