Argentina: ¿qué se esconde detrás de la propuesta de dolarización de Javier Milei?

Una de las principales promesas de campaña de Javier Milei en la Argentina es dolarizar la economía para abandonar el devaluado peso argentino, demoler el Banco Central y pasar una “motosierra” por el gasto del Estado. “Cuando hablo de quemar el Banco Central no es una metáfora, lo quiero dinamitar, pero esto es literal. Es decir, hacerlo implosionar y que queden todos los escombros”, viene sosteniendo Milei, cuyo plan es que el país deje de imprimir billetes y que todas las transacciones se hagan en dólares.

Con ese fin, anunció que junto a sus asesores está “empezando a discutir el formato de proyecto de ley a enviar al Congreso para dolarizar” en caso de llegar a la presidencia.

Uno de los economistas más consultados por Milei es Emilio Ocampo, quien junto a Nicolas Cachanosky escribió el libro “Dolarización, una solución para la Argentina”. Ocampo, egresado de la UBA, profesor universitario con trayectoria en bancos norteamericanos, como Citibank y Morgan Stanley, fue quien desarrolló una propuesta de dolarización que terminó satisfaciendo al candidato de La Libertad Avanza. “Nosotros tenemos un plan técnico de dolarización que es de Emilio Ocampo, que nosotros dijimos: es mejor que el nuestro. Ocampo no es de nuestro espacio político y desarrolló un modelo que es mejor que el nuestro”, reveló el candidato a jefe de Gobierno de Milei. “Planteamos hacer un trust en Estados Unidos donde mandamos toda la deuda del Tesoro con el Banco Central“, agregó Marra a principios de agosto.

“Los argentinos tienen dólares. El que no tiene dólares es el Banco Central. Pero el Banco Central es el Estado Nacional. Decir que el Estado Nacional no tiene US$10.000 millones para comprar la base monetaria no tiene sentido. La base monetaria bajo una dolarización pasa a ser una deuda que se va cancelando gradualmente porque la gente elige cuando canjea sus pesos por dólares. Y el canje debe ser necesariamente a un tipo de cambio de mercado. Si es por debajo la gente iría al banco a sacar los dólares. “, afirmó el propio Emilio Ocampo, también a principio de agosto.

Asimismo para Ocampo “lo primero que hay que hacer” y “lo mas urgente es levantar el cepo”, con lo que se aseguraría una fuerte devaluación inicial del peso, y agregó que “Hay que hacerlo desde el minuto uno, para que el mercado fije el precio del dólar” y agregó que esto es “condición necesaria” para avanzar con la dolarización “El precio que fije el mercado es el que va a establecer la paridad con el peso”.

“Hoy nadie le prestaría dinero a la Argentina. Hasta que la tasa de rendimiento de los bonos no baje de 10% anual, será imposible acceder a los mercados de deuda. Hoy no existe esa posibilidad. Por eso creamos un vehículo fuera de la Argentina al que le transferiríamos activos y pasivos del Banco Central, el FGS de la Anses, canjeados por bonos emitidos con ley de Nueva York. Quedarían capturados como activos y la única tarea del fideicomiso sería pagar la deuda del Banco Central, cosa que podría hacer en cuatro o cinco años. Sería un fideicomiso con USD 110.000 millones de valor nominal. Hay quienes dicen que eso no vale nada, otros que dicen que vale 20 centavos por dólar. Pero es para pagar un pasivo de USD 30.000 millones, que es el déficit cuasifiscal del Banco Central al tipo de cambio blue. Y se pueden agregar otros recursos: por ejemplo, el 20% de las retenciones, que habría que ir reduciendo hasta eliminar en 4 ó 5 años, más acciones de YPF, lo que resulte de la licitación del espectro de 5G. El único mandato del fideicomiso sería pagar la deuda del Banco Central. Y lo ayudaría un aval para emitir deuda en los mercados internacionales. Sería un vehículo con activos argentinos, pero fuera de la Argentina”.

“Es algo complejo, una ingeniería financiera que nunca se utilizó en la Argentina. Ni los economistas ni los financistas del mercado local conocen este tipo de estructuras. Pero son estructuras que se usan y funcionan en mercados desarrollados de capital y lo podemos usar para resolver el problema de la Argentina, que es un defaulteador serial. Si no resolvemos el problema del déficit fiscal y de la deuda del Banco Central no podremos resolver el problema de la inflación. Esto permite resolverlo de manera ordenada y sencilla. De modo desordenado ya se ha hecho varias veces en la historia argentina. Lo que se necesita es un emisor más creíble que pague la deuda del Banco Central. No implica aumentar la deuda del Estado argentino, sino que es un mecanismo para reducir deuda. El único objetivo del fideicomiso sería pagar la deuda del BCRA. Todo el dinero que entra sería para eso, y se cancelaría en 4 o 5 años”.

Con respecto a si la Reserva Federal de los EEUU haría un desembolso de dólares, explicó que “Sin reservas, el único mecanismo institucional externo sería un aval, no un desembolso. Hoy nadie nos daría un centavo. Sí podría ser un aval al vehículo (fideicomiso) para que pueda, en el momento inicial, emitir su propia deuda en títulos en el mercado de EEUU, añadió en abril de 2023.

En forma coincidente, el 12 de junio de 2023 Darío Epstein, otro asesor financiero de Javier Milei, sostuvo que para lograr la dolarización serían necesarios 35 mil millones dólares. “Lo que hablo con Javier, cuando nos sentamos a analizar el tema social, es que una dolarización necesita dólares, y el cálculo que hicimos, teniendo en cuenta la base monetaria y los pasivos remunerados del Banco Central, es que para dolarizar harían falta 35 mil millones de dólares. Eso es posible, pero si no los tenemos habrá que buscarlos o esperar a tenerlos”.

Carlos Rodríguez, economista, rector fundador de la Universidad del CEMA, promueve un sistema similar al planteado por Ocampo y Cachanovsky, recuerda que “hoy día hay unas 14 millones de cuentas en dólares, con un promedio de 91 dólares por cuenta. Los depósitos son cerca de 15 mil millones de dólares”. En segundo lugar, prosigue, hay cerca de USD 300.000 millones “en colchones fuera del alcance de la DGI, que no circulan. Son ilegales y al alcance de la Ley Penal Tributaria, que los trata como producto de evasión, lavado y actividades de narcolavado”. El tercer “paso” o punta del esquema dolarizador que describe el nuevo asesor de Milei es la “despesificación” de la economía, en que aborda la cuestión de la deuda del Banco Central. “El BCRA tiene, al cambio libre actual unos 35 mil millones de dólares equivalente en pesos (Pasivos Monetarios, PM) que deberían ser rescatados de alguna manera. Hay muchas soluciones para los PM. Desde su simple licuación a través de inflación, como ya ha ocurrido en el pasado, hasta su rescate con dólares billete que debería conseguir el BCRA para dar a cambio de sus pasivos. En el medio hay soluciones como el Plan Bonex de 1990, donde se da a cambio un Bono en dólares, menos líquido que los billetes dólar. También está la alternativa de rescatar inmediatamente solo la parte de los pesos asociada con el giro comercial de la economía (M1), que hoy día sería unos 10 mil millones de pesos en dólares, y financiar el resto de alguna de las formas mencionadas antes”, explica el economista. Rodríguez recuerda que los australes que imprimió Alfonsín “los licuó en parte la Hiper de 1989, otra parte los licuó la hiper de 1990, otra parte se canjeó por un Bonex en diciembre de 1989 y lo que quedó se canjeo por dólares billete en Abril 1991 a la tasa de mercado de 10.000 pesos por 1 dólar.

En resumidas cuentas: la moneda de un país es una herramienta de política económica que utilizan casi todas las naciones del mundo, en tanto herramienta puede ser bien o mal utilizada (como evidentemente ha hecho la Argentina dados sus niveles inaceptables de inflación), su eliminación no corrige problemas estructurales (incluso puede agravar problemas de competitividad internacional de las empresas al no poder compensar devaluaciones de países vecinos), como el endeudamiento y el despilfarro de recursos, pero sí limita, de manera irreversible, las posibilidades futuras de disponer de manera responsable y soberana una moneda que, bien utilizada, pudiera potenciar el desarrollo.

Tras la salida intempestiva del actual cepo, la posterior megadevaluación y su contracara, la licuación del poder adquisitivo de los salarios vía hiperinflación (bajo el presente o el futuro gobierno), la conversión de esa moneda ultradevaluada a dólares, que llegarán vía el endeudamiento, y la entrega del capital de YPF (actualmente una de las más importantes y con mayor rentabilidad del país), de otras empresas del Estado, y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES, en el que se basan las jubilaciones presentes y futuras, se rematarán las pocas “joyas de la abuela” que aún quedan en un país históricamente saqueado y devastado.

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