#NiUnaMenos es una responsabilidad de todos

 

La convocatoria #NiUnaMenos 2015 logró visibilizar la problemática de la violencia contra las mujeres. La violencia comienza cuando transformamos al otro en un objeto de nuestra propiedad. Ésta es la base cultural que posibilita el femicidio y en la que debemos concentrarnos si queremos un cambio de tipo estructural.

Cuando a una persona se la transforma en objeto se le niega su dignidad humana. En un sistema en que los seres humanos son formateados para ser consumidores obedientes y vacíos de sentido, las mujeres quedan en el peor lugar, porque además de consumidoras son transformadas en una mercancía más, vendidas en imágenes de publicidades, como mero decorado en programas televisivos o en la forma más extrema de explotación en redes de trata, con la complicidad de sectores del poder político, policial y judicial.

Los poderes ejecutivos nacional y provinciales son responsables de destinar mayores fondos, cumpliendo así con la aplicación de la Ley de Protección Integral a las Mujeres (25.485). Esto permitiría por ejemplo contar con más casas-refugio y oportunidades laborales que permitan independizar económicamente a las mujeres víctimas de la violencia de género, asesoría letrada gratuita y otros beneficios. Provincias como Córdoba, San Juan y Misiones ni siquiera han adherido a la ley nacional. Pocas y deficientes estadísticas a nivel nacional completan el panorama.

Es condenable el proceder de gran parte del poder judicial, cuyos jueces en muchos casos miran para otro lado y no dan seguridad a las víctimas, dejando a las mujeres amenazadas a su suerte. Demoras en atender y analizar los casos, fallos judiciales que inculpan a las víctimas y dejan sin castigo y control efectivo a los victimarios son parte de lo que nuestra sociedad deberá dejar algún día en el pasado.

Es condenable también el poder mediático que cubre con morbo cada femicidio haciendo foco en la vida de la víctima, si la chica usaba determinada ropa o salía a la noche.

Por otro lado es llamativo el oportunismo de quienes nunca se preocuparon por estos temas y hoy se sacan una foto con un cartelito con esta convocatoria. Esto abarca desde personajes mediáticos a dirigentes políticos de nuestra sociedad.

No se puede decir #NiUnaMenos mientras se degrada a las mujeres como meros objetos sexuales en uno de los programas más vistos de la televisión argentina como el del señor que baila, canta y patina por un sueño.

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No se puede decir #NiUnaMenos mientras se le pregunta a una mujer golpeada “¿Vos qué hiciste para que te pegue?” como le inquirió la señora de los almuerzos a una azorada Laura Miller, quien aunque después pidiera disculpas, en su espontaneidad demostró su concepción más arraigada.

No se puede decir #NiUnaMenos mientras se justifica el acoso callejero y se dice “a todas las mujeres les gustan los piropos, aquellas que dicen que no, que se ofenden, no les creo nada, no puede haber nada más lindo, por más que esté acompañado de una grosería, que te digan qué lindo culo que tenés, está todo bien” como dijo el actual Jefe de Gobierno porteño, inverosímil aspirante a la Presidencia de la Nación, amigo además del proxeneta internacional Raúl Martins y habilitador serial de prostíbulos en la Ciudad de Buenos Aires.

 

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