Tomas en Argentina: un problema sin salida sin un Plan Nacional de Viviendas para más de 1 millón de familias que genere trabajo genuino

El déficit habitacional de la Argentina (3,5 millones de personas con viviendas deficitarias y de ellas 1,3 millones con necesidad de una nueva vivienda) no se resuelve ni con tomas ni con represiones: se resuelve con un Plan Nacional de Viviendas que ponga a funcionar el aparato productivo del país dando trabajo genuino a millones de personas y otorgando el acceso a las mismas a través de créditos a largo plazo de montos razonables a ser pagados a través del trabajo.

Según la Secretaría de Vivienda de la Nación, el déficit habitacional en la Argentina alcanza a por lo menos 3,5 millones de familias. Esto abarca tanto la necesidad de una nueva vivienda como la falta de servicios básicos, construcción precaria de materiales defectuosos y condiciones de hacinamiento. De esas 3,5 millones de familias, el 37%, esto es, 1,3 millones, necesitan una nueva vivienda. 5 millones de personas viven en 4400 asentamientos y villas miseria (1800 en la Provincia de Buenos Aires). Buena parte de esas familias están desempleadas. 92% de los argentinos viven a su vez en zonas urbanas, con un extenso territorio nacional en buena parte despoblado. Los números son de 2018, por lo que en la actualidad el problema es aún mayor.

Todos los elementos para cambiar esta situación están: es inadmisible que no se genere trabajo en un país en el que está todo por ser construido, con recursos materiales abundantes, mano de obra disponible y control estatal soberano sobre el recurso crediticio-financiero-monetario.

En una Comunidad Organizada no se puede permitir que haya personas sin trabajo ni personas que usurpen a otras: Orden y Justicia Social deben ir de la mano, de lo contrario seguiremos desgajándonos como un mera acumulación de individuos enfrentados y sin rumbo, siempre dominados y manipulados por el que ostente mayor fuerza relativa.

No habrá Comunidad Organizada mientras alternemos entre políticas neoliberales que descartan con desdén a los pobres y liberal-progresistas que otorguen subsidios y planes que podrán aliviar el problema pero no resuelven nunca la pobreza causada por un desempleo estructural y salarios por el piso.

Otro factor a considerar es la concentración poblacional en las grandes ciudades. Argentina requiere recuperar la vida en los pequeños pueblos del interior. Para esto es necesario un proyecto de transición a largo plazo que permita salir del modelo tecnológico de soja transgénica que desemboca necesariamente en un desierto verde.

Sin una concepción ético-política de compromiso con un proyecto de país que integre a todos a largo plazo, con sentido de comunidad y planificación, será imposible resolver los problemas sociales, al contrario, es casi una obviedad que los mismos se incrementarán de la mano del aumento de la pobreza y el desempleo, en un contexto mundial de crisis económica (agravada con por el Covid-19) y en transición hacia un nuevo paradigma tecnológico que descartará a millones de personas.