Quién es Macron, el gerente de la Banca Rothschild y presidente electo de Francia


En la imagen: Emmanuel Macron junto a David de Rothschild

El 65% del pueblo francés (el 43% si le restamos el abstencionismo y voto en blanco) eligió a un directivo de la Banca Rothchild como su nuevo presidente. “Voy a trabajar para proteger y defender Francia” fueron algunas de sus primeras palabras, poniendo el eje de su futuro mandato en la “seguridad”, lo que para este país miembro de la OTAN no significa otra cosa que seguir apoyando las políticas militares de destrucción que aplica el eje EEUU – Gran Bretaña – Israel en Medio Oriente. Por si quedaba alguna duda, añadió: “Francia estará en la primera fila en la lucha contra el terrorismo”.

Emmanuel Macron se licenció en Filosofía en la Universidad de París-Nanterre, con una tesis sobre Hegel, y se graduó en ciencias políticas en el Instituto de Estudios Políticos de París, en el año 2001. En 2004, egresó de la elitista Escuela Nacional de Administración (ENA), con el título de Inspector de finanzas.

En 2008, fue reclutado por la Banca Rothschild a través de François Henrot, mano derecha de David de Rothschild, por recomendación del ex asesor de varios presidentes franceses y miembro de Bilderberg, el masón Jacques Attali, y el ex miembro de la Comisión Trilateral (1992-2006), Serge Weinberg, convirtiéndose en directivo de la banca de inversión Rothschild & Cie.

En 2011, Macron se sumó al gobierno del presidente Hollande, redactando sus discursos.


Hollande celebrando los 300 años de la Masonería.

En 2012 fue nombrado secretario general adjunto de la Presidencia, mientras desde la banca Rothschild asesoraba a Nestlé en la compra de parte de Pfizer por 9 mill millones de euros.

En 2014 participó de la reunión del Grupo Bilderberg (Copenhague, 29 de mayo al 1 de junio), como Secretario General Adjunto de la Presidencia de la República. A esa reunión también asistieron el ex Secretario de Estado norteamericano y una de las cabezas del Plan Cóndor en América Latina, Henry Kissinger; la directora del FMI, Christine Lagarde; la Reina Beatriz de Holanda; el ex director de la CIA, David Petraeus; el Secretario General de la OTAN, Anders Rasmussen; el director del servicio de inteligencia británico (MI6), John Sawers; el presidente de Google, Eric Schmidt; el presidente de Goldman Sachs International, Peter Sutherland; el ex director del Banco Mundial y presidente del consejo de asesores de Goldman Sachs Group, Robert Zoellick, entre otros representantes de la élite global.

A los pocos meses, el 26 de agosto de 2014, pasó a controlar la economía de Francia, siendo nombrado ministro de esa área.

Sus propuestas ultraliberales para la economía continúan a las de Hollande, con quien comparte sus asesores:

 
Macron junto a Hollande.


La ONG globalista Greenpeace llamando a votar contra Le Pen con el lema masónico “libertad, igualdad, fraternidad”.

En agosto de 2016 Macron dejó su cargo como Ministro y creó su sello electoral: ¡En Marche!.

Sus propuestas para la presidencia siguen el proyecto globalista:

-Fortalecer a la OTAN
-Fortalecer a la Unión Europea y al euro
-Fortalecer los tratados de libre comercio y la apertura a los mercados financieros
-Combatir al gobierno de Al Assad en Siria, mediante el apoyo a los “rebeldes” (grupos terroristas) e incluso mediante una “intervención militar”
-Apoyar al régimen israelí 

Contando con la promoción de todo el arco mediático (de izquierda y de derecha) que elogió su figura mientras demonizaba a Marine Le Pen, no es difícil comprender su rotundo éxito electoral por más del 65%. “Todas las publicaciones periódicas regionales y nacionales de Francia, sin excepción, denuncian el peligro que representa Marine Le Pen y llaman a cerrarle el camino votando por Emmanuel Macron”, afirmó el periodista especializado Thierry Meyssan, quien lo describe como “un hombre de teatro, domina el arte de crear la ilusión. Es una personalidad narcisista, a menudo mal intencionado, desprovisto de escrúpulos e incapaz de sentir remordimiento. Se dedicó a burlarse de su adversaria asumiendo la posición del caballero impoluto que se enfrentaba a una especie de hijo travesti de un monstruo nazi.”

Meyssan advierte sobre el futuro de Francia: “Esta incontrolable violencia verbal [observada en el debate pre electoral] demuestra, a mi memoria de elector, que existe en este momento una fractura sin precedente en la sociedad francesa. Este diálogo de sordos entre sus líderes sólo puede terminar con los electores yéndose a las manos. Se hace cada vez más evidente que Francia será en los próximos años teatro de graves enfrentamientos callejeros, de una revolución o, incluso, hasta de una guerra civil” y concluye:  “Los ciudadanos que realmente quieran defender el interés general, o sea la República, no tendrán otra solución que organizarse para resistir, probablemente tras la jefa electa de la oposición, Marine Le Pen, y prepararse para ejercer el poder.”

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