Milani absuelto por la desaparición del soldado Ledo: “Siempre soñé un ejército grande en una Patria Grande. No me van a quebrar”

El ex jefe del Ejército Argentino, César Milani, fue absuelto en la causa por la desaparición del soldado conscripto Alberto Ledo, ocurrida en el año 1976. Antes de la sentencia, sus últimas palabras habían sido: “A pesar de todas las difamaciones, calumnias e injurias en mi contra, y de mi injusta detención durante dos años y medio, producto del ataque sistemático de los poderes fácticos, estoy de pie, no me van a quebrar” y afirmó: “siempre soñé un ejército grande en una Patria Grande”. El tribunal sostuvo que Milani no tuvo responsabilidad alguna con el hecho y condenó a 14 años de prisión al excapitán Esteban Sanguineti como autor material.

El Tribunal Oral Federal de Tucumán (TOF), integrado por los jueces Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, mantuvo que no existen pruebas suficientes para condenar a Milani, ya que el único elemento para sostener la acusación fue una copia del acta de deserción del soldado Ledo en la que aparecía su firma, el original nunca apareció.

Milani siempre negó las acusaciones en su contra, recurriendo a diapositivas, infografías, videos y audios para refutar los relatos que lo incriminaron. El ex Jefe del Ejército, que era un subteniente de 21 años en 1976, afirmó que “nunca en la vida” vio a Ledo, explicó que no fue él quien redactó la supuesta acta de deserción, sino que se trató de “una falsificación realizada nadie sabe por quién y quién sabe dónde”; y dijo que fue víctima “de una feroz campaña política, mediática y judicial” de “sectores neoliberales y conservadores”.

Milani había sido designado como Jefe del Ejército por Cristina Kirchner por su especialidad, uno de los pocos generales especializados en inteligencia, una pieza esencial en el contexto del fuerte enfrentamiento con el ex jefe de contrainteligencia de la SIDE, Antonio Stiuso. Un acta de deserción con firma falsificada pudo ser en ese caso también una operación de inteligencia para incriminarlo. Un Jefe del Ejército que se supo declarar “peronista”, de raigambre “nacional y popular”, también resultaba indigerible para distintos sectores de inteligencia, local e internacional: lo recientemente ocurrido en Bolivia con el rol de las FFAA así lo prueba.

Entre sus últimas palabras antes de la sentencia, Milani había explicado: “Siento que con las acusaciones y las calumnias e injurias en mi contra y las convicciones nacionales latinoamericanas que represento, seguidos de la privación de la libertad y al sometimiento de este proceso, se ha pretendido ahogar el último gran intento de dar un Ejército que defienda los grandes proyectos nacionales y populares“, por lo que hoy en Argentina tenemos “un Ejército de rodillas, desarticulado y sin equipamiento, lejos del pueblo y cumpliendo roles y objetivos secundarios, respondiendo a intereses de potencias extranjeras”. También relacionó esta situación con los últimos sucesos en América Latina: “Hoy vemos una región, un continente plagado de protestas y conflictos sociales, vemos pueblos de pie y Fuerzas Armadas dándole la espalda. Educadas y adoctrinadas por intereses antinacionales y antipopulares”.

Ledo era estudiante de la carrera de Historia y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), a los 20 años había ingresado como soldado al Batallón 141 de La Rioja y en el marco del Operativo Independencia había sido trasladado a Tucumán, donde fue visto por última vez el 17 de junio de 1976. El excapitán Esteban Sanguineti fue considerado por Tribunal como autor material de la desaparición.

Este es el segundo juicio en el que fue absuelto Milani, siendo el anterior el realizado en La Rioja en la causa por el secuestro de Pedro Olivera y su hijo Ramón. “Siento que con las acusaciones, calumnias e injurias hacia mí y las convicciones nacionalistas que represento, seguido de mi privación de la libertad y el sometimiento de este proceso, se ha pretendido ahogar, quizás, el último gran intento de lograr un Ejército defendiendo los grandes proyectos nacionales y populares, como lo soñaron nuestros verdaderos héroes, nuestros caudillos federales y nuestros grandes líderes populares como el general (Juan Domingo) Perón”, había afirmado Milani en aquella ocasión.

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