Macri termina su mandato con un default selectivo y oneroso Megacanje en puerta


Macri a fines de 2018 diciendo que no había “chances para que la Argentina cayera en Default”. Duró poco su predicción.

El Gobierno que recibió una economía con una relación Deuda/PBI del 37,6%, en solo 4 años la entrega en default y con una relación en la que el endeudamiento excede el 100% del producto bruto interno. Semejante deuda contraída no tuvo como correlato el aumento de la producción nacional, mejores ingresos ni más empleo, sino por el contrario: caída del PBI, aumento dramático del desempleo del 6 al 10%, y de la pobreza, que llegará este 2019 al 40%. “Reperfilamiento” no es más que un eufemismo para un default selectivo y compulsivo de bonos y títulos por más de U$S 107.000 millones de dólares, si se suma la renegociación del acuerdo con el FMI. Un fracaso más estrepitoso resulta difícil de imaginar.

El ministro de Economía, Hernán Lacunza, anunció este 28 de agosto que reestructurará los vencimientos de Letes, Lecaps, Lelinks y Lecer, de corto plazo, en posesión de bancos, fondos de inversión y demás personas jurídicas, por unos U$S 13.000 millones de dólares, postergándolos por seis meses. También planteó extender plazos de devolución a títulos de deuda de hasta 10 años por U$S 50.000 millones: se enviaría al Congreso un proyecto para postergar vencimientos de bonos bajo legislación argentina (U$S 20.000 millones) y los bonos emitidos bajo jurisdicción extranjera (Nueva York y Londres, U$S 30.000 millones, requiere el visto bueno del 75% de los tenedores), se evaluarán por los inversores organizados por bancos internacionales. Se renegociarán con el FMI los vencimientos de la deuda con dicho organismo internacional por U$S 44.500 millones. O sea, un default unilateral y de proporciones: U$S 107.500 millones de dólares, muchos de los cuales deberá enfrentar el próximo gobierno. Se salvó de ver extendidos sus vencimientos el famoso “bono a 100 años”… habría sido demasiado.

El supuesto objetivo buscado sería disponder de más divisas para contener la cotización del dólar: “En estos momentos de tensión financiera y cambiaria el objetivo es que no suban más el dólar ni la inflación. La estabilidad es un objetivo irrenunciable”, afirmó Lacunza.

Se abre el interrogante de si no estamos ante un nuevo megacanje al estilo del de Domingo Cavallo bajo el gobierno de Fernando De la Rúa. En aquella ocasión también se postergaron los vencimientos, pero al costo de incrementar el peso de los intereses. Aquel megacange fue denunciado por incrementar la deuda externa argentina en unos U$S 50.000 millones de dólares. ¿A qué tasa de interés se “reperfilará” la deuda? Con un riesgo país arriba de 2000 puntos estaríamos hablando arriba de un 20% anual en dólares, un verdadero disparate en caso de que así fuera, ya que incrementaría aún más la deuda además de prolongarla en el tiempo.


Las comparaciones no se hicieron esperar.

El FMI anunció que evaluará las nuevas medidas del Gobierno. El acuerdo sobre el que se venía trabajando quedó en el pasado: el dólar se disparó por encima de lo pautado, el déficit fiscal aumentó por encima de lo prevista y se terminó en una reestructuración de deuda. De este modo, el desembolso de U$S 5.400 millones de dólares de septiembre quedará postergado hasta tanto se alcance un nuevo tipo de acuerdo.

El Banco Central ha sufrido una fuerte caída de reservas de más de U$S 10.000 millones solo en agosto. Se vienen fugando unos U$S 4000 millones por semana. ¿Con qué reservas enfrentará el BCRA una nueva corrida cambiaria contra el peso? Los ahorristas siguen sacando sus depósitos de los bancos. El riesgo es que la crisis cambiaria se convierta en bancaria.

Mientras tanto, se sigue incrementando el peso de las Leliqs, de 1.2 millones de millones de pesos. Llamativamente, la bicicleta financiera de las Leliqs, que le otorga a los bancos tasas de interés del 110% anual, queda fuera de la reestructuración de deuda planteada.

El Titanic ya se estrelló. Macri sigue bailando en el balcón de la Casa Rosada mientras el agua inunda el barco que se hunde a pasos acelerados.

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