Finalmente, el bochorno fue tal que el régimen macrista tuvo que soltarle la mano a Díaz Gilligan, el subsecretario de la Presidencia que omitió declarar que tenía un depósito de más de un millón de dólares en Andorra. Ya había sido denunciado ante la Justicia por por lavado de activos y omisión maliciosa en la presentación de su declaración jurada. Los grandes medios no pudieron seguir tapando el escándalo y era mayor el costo de sostenerlo que quitarlo del medio y de los medios, algo similar a lo ocurrido con el caso Niembro.
El funcionario había sido defendido en primera instancia por altos dirigentes del Gobierno, como el Jefe de Gabinete, Marcos Peña. Sin embargo, gran parte del Gabinete tiene también sociedades y cuentas no declaradas en el exterior, ¿alguna vez podremos ver su renuncia? ¿este caso fue distinto porque lo divulgó un medio extranjero y no pudieron tapar el escándalo internacional?
Díaz Gilligan figuró hasta noviembre de 2014 como director de la firma Line Action, dedicada a la compra y venta de jugadores, radicada en Inglaterra pero perteneciente en un 100 por ciento a empresa panameña denominada Nashville North Inc. El funcionario de Cambiemos ligó la creación de la offshore a su relación de amistad con el empresario uruguayo Paco Casal.
Los documentos a los que accedió El País, señalan que Díaz Gilligan abrió la cuenta en 2012, cuando ya era funcionario público en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con Macri como jefe de gobierno. La empresa creada mantuvo actividad hasta 2014, cuando el actual subsecretario general de Presidencia había alcanzando ya el cargo de director general de Promoción Turística
“Line Action tenía en diciembre de 2014 un saldo de 1,2 millones de dólares (980.000 euros). Y se nutría de transferencias de Uruguay de ‘clubs de fútbol’”. La nota advierte que “el dirigente abandonó entonces su puesto de director de la mercantil, pero volvió a ocupar el mismo cargo horas después, según el registro mercantil de Reino Unido”.