A pocos días de la elección, las últimas encuestas reflejan que el escenario de las PASO se volvería a repetir, ensanchando la diferencia entre Alberto Fernández y Mauricio Macri, quien terminaría aplastado por alrededor de 20 puntos, definiéndose la disputa electoral en primera vuelta. De darse este resultado, quedaría claro que la realidad se impuso al marketing y al blindaje mediático. Heladeras vacías, alquileres que ya no se pueden pagar, fábricas cerradas, Pymes quebradas, familias en la calle, tarifas de servicios por las nubes, 40% de pobreza con 5 millones de nuevos pobres, terminaron cosechando el rechazo generalizado.
CB consultora presentó un trabajo del 23 y 24 de octubre, otorgando: 53,7% para Alberto Fernández, 35,5% para Mauricio Macri, 6,4% para Roberto Lavagna, 2% para Nicolás del Caño, 1,3% para Juan José Gómez Centurión y 1,1% para José Luis Espert. En la provincia de Buenos Aires: 56,5% para Axel Kicillof, 34,8% para María Eugenia Vidal, 4,4% para Eduardo Bucca, 2,8% para Christian Castillo y 1,5% para Gustavo Álvarez.
La encuesta de la consultora Federico González y Asociados se basa en 1800 casos, relevados entre el 14 y el 17 de octubre y utilizando la modalidad mixta (presencial en AMBA y telefónica para el interior del país) otorga un 54% de intención de voto para Alberto Fernández y un 31,5% para Mauricio Macri. La diferencia de votos en este caso sería de un abrumador 22,5%. Lavagna cosecharía un 8,2%, Nicolás del Caño un 2,3%, José Luis Espert un 2,1% y Juan José Gómez Centurión un 1,9%. Estos números incluyen la proyección del 4,6% de indecisos y excluyen el 2,9% de votos en blanco.
Para la consultora CEOP, de Roberto Bacman, sobre 1604 casos consultados, de manera presencial, visitando sus hogares y considerando las proporciones de edades, sexo y nivel económico, los números arrojan 53,6% para Alberto Fernández, 33% para Mauricio Macri, 9,1% para Roberto Lavagna, 2,2% para Nicolás del Caño, 1,2% para Juan José Gómez Centurión y 0,9% para José Luis Espert.
El trabajo de la encuestadora Proyección, releva 1913 casos entre el 10 y el 16 de octubre, combinando encuestas online y paneles. Otorga un 53,8% a Alberto Fernández, un 33,4% para Mauricio Macri, 6,9% para Roberto Lavagna, 2,1% para Nicolás del Caño, 1,3% para Espert y 1,1% para Gómez Centurión. Estos números sin proyectar indecisos del 1,4%. Entre las curiosidades de esta encuesta figura la pregunta sobre la opinión sobre las marchas “Sí, se puede”: un 54,4% las consideró negativamente y que “debería dedicarse a gobernar”, mientras que un 30,6% sostuvo que le parecían bien.
La encuesta de Oh! Panel realizó entrevistas online sobre 1250 casos, entre el 7 y el 16 de octubre, arroja cifras similares: 52% para Alberto Fernández contra 33% de Mauricio Macri. Lavagna obtendría un 10%, Nicolás del Caño 2%, Juan José Gómez Centurión 2% y José Luis Espert 1%. Estos números también incorporan la proyección del 4% de indecisos.
Otras consultoras sostuvieron números muy parecidos:
-Rouvier y Asociados: Fernández 52,3% Macri 34,3%
-Giaccobe y Asociados: Fernández 51,3% Macri 36,3%
-Gustavo Córdoba: Fernández 52,2% Macri 32,7%
-TresPuntoZero: Fernández 47,8% Macri 31,7%
-Circuitos: Fernández 50,9% Macri 31,8%
-Dicen: Fernández 51,9% Macri 33,2%
En la disputa por la provincia de Buenos Aires, estas últimas encuestadoras arrojan:
-Rouvier y Asociados: Kicillof 52,5% Vidal 34,6%
-Circuitos: Kicillof 53,7% Vidal 36,4%
-TresPuntoZero: Kicillof 50,4% Vidal 35,5%
-González y Asociados: Kicillof 55,8% Vidal 33,2%
Con respecto a la especulación sobre un mayor número de votantes, esto se espera que así sea, repitiendo la mayor participación entre las PASO y las elecciones generales que se viene viendo en los últimos años. Sin embargo, distintas encuestas observan que, a diferencia de lo ocurrido en 2015, esta mayor afluencia de votantes se dividiría en proporciones similares a los números ya presentados, por lo que no alterarían los resultados.
Los números resultan elocuentes, la diferencia es abrumadora. Si fuera más escueta la distancia, el Gobierno podría intentar un fraude a través de la vergonzosa empresa encargada del escrutinio provisorio, Smartmatic, la que nunca presentó el código fuente de sus programas a tiempo para ser auditados, como requería la licitación por la que se la contrató. Los únicos caminos para el Gobierno son similares a los que transitó en las PASO: retardar la presentación de los resultados, cargar primero los datos de Capital y Córdoba y/o generar disturbios de falsa bandera para que sus votantes salgan a propalar la idea de un inverosímil fraude de la oposición (abonaría esta idea el comando de seguridad paralelo al de las FFAA que dispuso Patricia Bullrich, por fuera de la legislación vigente). Sin embargo, algo así solo retrasaría los tiempos. La racionalidad, finalmente, debería imponerse.