Insólito: dos personas tendrán DNI con “sexo indefinido” por disposición del gobernador radical de Mendoza

El gobernador radical de Mendoza, Alfredo Cornejo, dio luz verde para que se le otorgue a dos personas un DNI con “sexo indefinido”, amparándose en la “Ley de Identidad de Género”, por lo que el documento de estas dos personas no dirá ni “femenino” ni “masculino”, dejando una línea en el espacio correspondiente.

“La Dirección del Registro Civil de Mendoza informa que. a través de la resolución N° 420/2018 se ha hecho lugar a la solicitud de dos personas mendocinas que requirieron el reconocimiento legal de su identidad de género autopercibida y correspondiente rectificación registral solicitando en forma expresa que en su partida de nacimiento y DNI no se consigne sexo alguno”, dice el comunicado oficial, por lo que se resolvió “labrar una nueva partida de nacimiento en la que la persona inscripta deberá consignarse como (nombre) y demás datos conforme a la partida originaria, con excepción del campo reservado para el sexo, en el que deberá consignarse una línea”.

La bizarra situación se inscribe en el marco de la imposición global de la agenda de género: con pocos años de diferencia similares medidas fueron tomadas en Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Dinamarca. No es casualidad, ya que esta agenda viene siendo promovida por instituciones del poder financiero global como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

“El sexo no es femenino ni masculino, es de acuerdo a la identidad que esta persona considera. Es una persona no binaria, que no se identifica con ninguno de los dos sexos”, define Eleonora Lamm, doctora en Derecho y Bioética y subdirectora de Derechos Humanos de la Corte mendocina, avalando la excentricidad.

Para Mauro Cabral Grinspan, director ejecutivo de GATE (Acción Global para la Igualdad Trans) y quien colaboró con la redacción de la ley de identidad de género, lo que ha dispuesto el Registro Civil de Mendoza es un cumplimiento cabal de la ley 26.743, sancionada en el 2012: “Rompe con el binario y llama a abolir la consignación del género en los documentos públicos”.

Como suele ocurrir con las ONGs que promueven en la Argentina la ideología de género, GATE recibe financiación de la Open Society Foundation del magnate financiero, George Soros.

Quedan sin respuesta preguntas como: ¿A qué edad se jubilarán estas personas? ¿Tendrán el privilegio de elegir jubilarse antes como ocurre con las mujeres? Si delinquieran y fueran presos, ¿podrán elegir ir al pabellón de hombres o de mujeres? Si practican un deporte, ¿podrán elegir a qué vestuario asistir?

Y preguntas más de fondo: ¿El Estado debe otorgar derechos, beneficios y privilegios a las personas según su “autopercepción”? ¿Si la persona que siendo hombre se autopercibe como mujer o viceversa o en este caso incluso como “indefinido” en realidad sufre de un trastorno mental, el Estado al reafirmar ese trastorno, institucionalizándolo, no está en el fondo perjudicando la salud mental de esa persona? ¿Qué ocurriría si creyéramos que las personas que sufren de anorexia tienen “derecho” a “autopercibirse” gordas y promoviéramos que dejen de comer para “adecuar” su realidad a su “autopercepción”?

Cabe aclarar que muchas de estas excentricidades, que son aplaudidas por públicos progresistas minoritarios, explican en parte las reacciones por derecha, como la ocurrida últimamente en Brasil con el ascenso de figuras políticas como la de Jair Bolsonaro que se nutren de votos de las mayorías populares horrorizadas por este tipo de agendas.

Si te gustó este artículo apoyá a KontraInfo con tu suscripción. No recibimos ni recibiremos jamás dinero de ONG's ni partidos políticos. Por hacer un periodismo contrahegemónico venimos siendo sistemáticamente censurados y desmonetizados. Ayudanos con tu suscripción, ingresando a este enlace.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.