Luego de que la Cámara de Diputados aprobara legalizar la muerte de la vida humana en el vientre materno, el Papa Francisco salió fuertemente a cuestionar esta práctica como un “homicidio de inocentes” y la comparó con prácticas eugenésicas horrorosas del pasado: “Cuando de chicos la maestra nos enseñaba lo que hacían los espartanos cuando nacía un niño con malformaciones: lo llevaban al monte y lo tiraban para abajo para cuidar la pureza de la raza. Nosotros quedábamos perplejos. Hoy hacemos lo mismo. Una atrocidad”.
“Está de moda, es habitual. Cuando en el embarazo se ve que quizás el niño no está bien o viene con cualquier cosa: la primera oferta es ‘¿lo tiramos?’. El homicidio de los chicos. Para resolver una vida tranquila, se tira un inocente“, afirmó.
“El siglo pasado todo el mundo estaba escandalizado por lo que hacían los nazis para cuidar la pureza de la raza. Hoy hacemos lo mismo pero con guantes blancos“, denunció el pontífice en el Vaticano en un discurso improvisado frente el Foro de Asociaciones Familiares.
Sostuvo que “los hijos son el don más grande” y que deben ser “acogidos como vienen, como Dios los manda, como Dios los permite, aunque a veces estén enfermos”.
Por su parte, el nuevo arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández opinó que “Antes que debatir el aborto” había que “resolver otras urgencias. Por ejemplo, de las muertes maternas en la Argentina sólo el 17% son por aborto. La mayoría son por desnutrición, diabetes, polio, etcétera”. “Cansa tanta politiquería barata”, afirmó.
La agenda de despenalización del aborto viene siendo promovida por el Banco Mundial y fundaciones transnacionales como la International Planned Parenthood Federation (ya lleva destinados U$S 5 millones de dólares a organizaciones abortistas locales), la Open Society de George Soros y la Fundación Ford, con fines antinatalistas, en todo el mundo.