#FinCENFiles: ¿Quién financia al ICIJ? La larga mano de Soros y el lavado de JP Morgan, HSBC y Deutsche Bank U$S 2 billones de dinero negro

La filtración de los “FinCEN Files” dejó expuesta nuevamente la operatoria de los principales bancos del mundo y su rol central en el lavado de dinero proveniente de todo tipo de ilícitos, especialmente del narcotráfico.

Los archivos incluyen miles de “reportes de actividades sospechosas” elaborados por los bancos para la “Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos” (FinCEN). Sin embargo, los bancos no actuaron luego de encender las alarmas, solo emitieron la notificación para cubrirse legalmente, pero luego de permitir la transacción. No solo eso, los bancos esperaron una media de 166 días, casi medio año, después de detectar una transacción sospechosa para alertar a FinCEN.

JP MORGAN

JPMorgan informó de transacciones sospechosas por valor de 514.000 millones de dólares.

Según los FinCEN Files, JP Morgan Chase permitió que una empresa transfiriera más de US$1.000 millones a través de una cuenta de Londres sin saber quién era el propietario.

Más tarde, el banco dio a conocer que la compañía podría ser propiedad de un mafioso que figuraba en la lista de los diez más buscados por el FBI.

El mafioso en cuestión es el magnate ruso israelí Semión Mogilevich, miembro de la mafia rusa, acusado de narcotráfico, tráfico de armas y asesinatos, líder de numerosas organizaciones mafiosas.

Un reporte de actividades sospechosas enviado por JP Morgan en 2015, después de que la cuenta implicada ya había sido cerrada, revela cómo su oficina de Londres pudo transferir efectivo ligado a actividades ilícitas de Mogilevich.

Entre 2002 y 2013 JP Morgan brindó servicios financieros a una empresa offshore secreta llamada ABSI Enterprises, sin considerar la propiedad de la empresa en los registros del banco. JP Morgan envió y recibió transferencias bancarias asociadas a ABSI Enterprises por un total de US$1.020 millones de dólares sin ningún control.

Otro magnate ruso israelí que aparece en los FinCEN es Roman Abramovich, dueño del equipo de fútbol Chelsea, propietario beneficiario final de tres empresas que financian a Elad, una organización de colonos israelíes que usurpan los territorios ocupados de Jerusalén Oriental, y que refiere al barrio palestino de Silwan como “Ir David”, la “Ciudad de David”.

Las cuentas de Elad muestran que esas empresas han donado a la organización más de US$100 millones.

Eso significa que el propietario del club de fútbol Chelsea ha sido el mayor donante de Elad durante los últimos 15 años.

JP Morgan Chase había sido denunciado tiempo atrás por descubrirse un barco, propiedad del banco, cargado con cocaína.

DEUTSCHE BANK

“El banco más grande de Alemania, Deutsche Bank, no es ajeno a los escándalos”, afirma la señal de televisión pública de Alemania, la Deutsche Welle. “Los FinCEN Files sugieren que el banco sabía que estaba facilitando transacciones sospechosas que ascienden a más de US$1 billón, incluso después de haber prometido limpiar su cartera”, sostiene la emisora.

Deutsche Bank generó alrededor del 62% de todos los informes de actividades sospechosas (SAR) contenidos en los FinCEN Files.

De los US$2 billones (dos millones de millones) en transacciones sospechosas mencionadas en los documentos, US$1,3 billones pasaron por el banco alemán, que ya en 2015 había sido multado por las autoridades estadounidenses por lavado de dinero.

Los reportes de actividades sospechosas contenidos en los FinCEN Files incluyen transacciones de 1999 a 2017 y no dejan duda de que el banco ayudó a blanquear dinero sucio a lavadores de dinero con vínculos con el crimen organizado, terroristas, narcotraficantes y personas e instituciones objeto de sanciones internacionales.

El foco del ICIJ en este caso, fiel a la geopolítica norteamericana, pasa por denunciar la relación del Deutsche Bank con el traficante de oro, Reza Zarrab, quien habría ayudado a Irán a saltearse, vía Turquía, las sanciones de EEUU que lo excluyeron del sistema internacional de pagos bancarios SWIFT.

Otro tanto puede decirse de la denuncia de permitir transferencias a empresas rusas sancionadas por EEUU por el conflicto de Rusia con Ucrania o los 11 mil millones de dólares transferidos entre 2003 y 2017 por el magnate ruso cercano a Putin, Oleg Deripaska.

El Deutsche Bank venía los últimos años con números en rojo por sus inversiones en activos de baja calidad, por lo que es de esperar que estas revelaciones compliquen su situación.

STANDARD CHARTERED BANK

En 2016, el banco británico, ligado a la familia Baruch, Standard Chartered, presentó un informe en el que alertaba sobre más de 900 transacciones que sospechaba que podrían haber sido por “actividades ilícitas bajo la apariencia de caridad”. El informe expresó su preocupación por la “posible financiación del terrorismo” a través de cuentas del banco jordano Arab Bank.

Los pagos se revisaron después de que un jurado estadounidense en 2014 determinara que Arab Bank había prestado servicios bancarios al grupo militante palestino Hamas a principios de la década de 2000.

HSBC

El banco estrella de la Corona Británica, y uno de los principales narcolavadores del mundo, el HSBC, aparece permitiendo cuentas de estafadores que movilizaron unos US$80 millones de dólares de dinero mal habido incluso después de que investigadores estadounidenses los alertaran de que eran producto de una estafa.

El banco más grande de Gran Bretaña movió el dinero de Estados Unidos a cuentas de HSBC en Hong Kong en 2013 y 2014.

La estafa en cuestión, era un esquema Ponzi, llamado WCM777, un tipo de fraude que paga a los primeros inversionistas con el dinero recaudado de nuevos miembros.

La misma fue iniciada por el ciudadano chino Ming Xu, arrestado por las autoridades chinas en 2017 y encarcelado durante tres años por la estafa.

HSBC, por ejemplo, reconoció en 2012 que había servido para blanquear casi 900 millones de dólares de carteles de la droga de América Latina. Los directivos y la entidad bancaria en sí escaparon a la persecución penal a cambio de pagar una multa de 1.900 millones de dólares y de prometer que desde entonces lucharían sin denuedo contra el blanqueo de capitales. “A partir de 2012, HSBC se embarcó en un viaje de varios años para revisar su capacidad para combatir el crimen financiero”, dijo Heidi Ashley, vocero del banco. “HSBC es una institución mucho más segura de lo que era en 2012″. El nuevo escándalo demuestra que nada de esto fue así.

Tras la publicación de los FinCEN, las acciones del sector bancario en las bolsas internacionales cayeron más de un 8%. Las acciones de HSBC se desplomaron a sus niveles más bajos en 25 años.

Las SAR desveladas representan únicamente el 0,02%, solo la punta del iceberg de todas las recibidas por la célula anti-blanqueo estadounidense entre 2011 y 2017.

En el caso de los FinCEN, una “fuente anónima” filtró una gran cantidad de información confidencial al sitio online anglosajón ‘BuzzFeed News’. Los responsables de ese medio, ante la magnitud de lo recibido, decidieron compartirlo con el International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ), una organización que ya estuvo detrás del estudio y la publicación de otros escándalos relacionados con paraísos fiscales (Panama Papers y Paradise Papers, llamativamente siempre paraísos fiscales que son rivales o competencia de los nortramericanos).

Los documentos que llegaron a BuzzFeed News fueron principalmente carpetas enteras de papeles que había utilizado una comisión de investigación del Congreso estadounidense que investigaba las supuestas injerencias de los servicios secretos rusos en la campaña presidencial estadounidense de 2016.

ICIJ

El ICIJ tampoco es una mera “asociación de periodistas independientes” como se presenta (en Argentina, los “elegidos” son periodistas de Infobae, Perfil y La Nación). Entre las entidades que la financian están presentes la Ford Foundation, ligada históricamente a la CIA y la Open Society Foundations del magnate y megaespeculador financiero, George Soros.

Por eso no extraña que la nueva “filtración”, como muchas de las anteriores, tenga como objetivo principal enfocarse en Rusia. Sin embargo, leído críticamente, esto no quita que pueda obtenerse colateralmente información útil para exponer el funcionamiento corrupto del sistema financiero, más allá de los intereses obvios detrás del ICIJ.

En el caso de los FinCEN, una “fuente anónima” filtró una gran cantidad de información confidencial al sitio online anglosajón ‘BuzzFeed News’. Los responsables de ese medio, ante la magnitud de lo recibido, decidieron compartirlo con el International Consortium of Investigative Journalists, una organización que ya estuvo detrás del estudio y la publicación de otros escándalos relacionados con paraísos fiscales (llamativamente siempre paraísos fiscales que son competencia de los nortramericanos). Los documentos que llegaron a BuzzFeed News fueron principalmente carpetas enteras de papeles que había utilizado una comisión de investigación del Congreso estadounidense que investigaba las supuestas injerencias de los servicios secretos rusos en la campaña presidencial estadounidense de 2016.

Lo interesante de la filtración no pasa por exponer a algún mafioso de cabotaje o a políticos de poca monta internacional, como parece apuntar el ICIJ, sino para ver, una vez más, la histórica complicidad con el crimen organizado del sistema bancario global.