El fiscal Carlos Stornelli, a cargo de la investigación de la “Causa de los Cuadernos”, que instruye el juez Claudio Bonadío, fue denunciado, con abundante material probatorio, por extorsionar a uno de los empresarios involucrados para mejorar su situación en la investigación. La extorsión incluyó una coima que empezó siendo de U$S 800.000 dólares, luego de U$S 500.000 y terminó siendo negociada en U$S 300.000. El sistema extorsivo que se habría instrumentado desde el juzgado de Bonadío, y específicamente desde la fiscalía de Stornelli, usaba como intermediario al abogado Marcelo D’Alessio, quien ostentaba ser servicio de inteligencia de las agencias norteamericanas NSA y DEA y es sobrino de Carlos Marcelo D’Alessio, escribano general del Gobierno.
La extorsión al empresario agropecuario, Pedro Etchebest, comenzó en diciembre de 2018 cuando Marcelo D’Alessio se comunicó con él en varias oportunidades alertándolo de que un arrepentido en la causa de los cuadernos, Juan Manuel Campillo, lo había mencionado como recaudador de la Oncca, la Oficina Nacional de Control Agropecuario. Etchebest le explicó a D’Alessio que recién había conocido a Campillo en 2017 y que no cometió ninguna irregularidad. Ante esto, D’Alessio le hace saber que terminará preso si no accede a una negociación.
Como parte de su extorsión, el mediático y servicial abogado, Marcelo D’Alessio, le envió a Etchebest una serie de videos y fotos en las que ostentaba su nivel de influencia en la fiscalía del ex encargado de Seguridad de Boca Juniors y amigo personal de Mauricio Macri, Carlos Stornelli. Incluso procedió a enumerarle a Etchebest datos de su familia, tanto en Estados Unidos como en la Argentina y le leyó una planilla con todas sus entradas y salidas del país, en una forma de amenaza típicamente mafiosa.
También D’Alessio se ufanaba de su relación personal con la ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, quien le enviaba videos de saludos junto a su esposo, Guillermo Yanco.
Sin embargo, consultado por Etchebest sobre quién lo hizo entrar al ministerio, D’Alessio afirmó que “el que me hizo entrar fue Mario Montoto”, o sea, el ex integrante de Montoneros (tesorero, encargado de compra de armas y secretario privado de Firmenich) y actual presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, según el propio D’Alessio “dueño de todas las cámaras de seguridad que hay en la Argentina, socio de Hadad y tiene el 50% de Infobae”.
Montoto junto al juez, Claudio Bonadío.
Montoto junto a Daniel Hadad.
Montoto junto al “amigo del alma” y testaferro de Mauricio Macri, Nicolás Caputo.
En su ostentación de poder, el acomodado por Montoto en el Ministerio, Marcelo D’Alessio, afirmó que “Hice que se quiebre el ex director de Pdvsa”, mientras le mostraba el detrás de escena de un reportaje al arrepentido. “El lunes lo entrego a Stornelli”, sostuvo. D’Alessio incluso envió a Etchebest fotos y videos de la declaración del arrepentido Gonzalo Brusa Dovat dentro de la fiscalía de Stornelli, un hecho que además de demostrar la confianza que Stornelli le tiene a D’Alessio es algo que está prohibido.
También D’Alessio hizo gala de la forma en la que trabajaba con el periodista de Clarín, Daniel Santoro, para hacer sus operaciones. Además de un video en el que filma al propio Santoro realizando una de sus entrevistas, también le envió fotos de fiestas privadas compartidas. El detalle no es menor, ya que prueba el modus operandi, que incluye un ida y vuelta entre el poder mediático, el poder judicial y la Embajada de los EEUU (de los que estos personajes son operadores):
Veamos algunas de las innumerables capturas de pantalla de celular en las que se prueba la relación de D’Alessio con Stornelli:
“En la cuarta captura de pantalla que se me envía, D Alessio consigna a Stornelli: ‘lo de Pedro yo me encargo personalmente de avanzar con ese sujeto’ -sigue la denuncia-. Luego de exhibirme esas capturas D Alessio me manifiesta ‘Tengo el ok. Descansa y a pensar en positivo’.”
“A esto se le agregan dos capturas de pantalla más, enviadas a las 19.03 hs, en las cuales puede leerse como Stornelli le manifiesta que se va mañana a Pinamar a cargar pilas, a lo cual D Alessio le pregunta si el 6 está allá o acá (en referencia a Pinamar) dado que sino el 7 u 8 de Enero lo va a ver allá agregando a tono jocoso ‘yo hasta dos cafés te invito jaaaaaaa’. Stornelli según consigna dicha captura enviada por D Alessio habría contestado jaja! Tranquilo. Sos mi invitado ahí! Soy local. Jajaja!”, describe Etchebest las imágenes que acompañan la denuncia.
Finalmente se concreta la cita y Etchebest viaja junto a D’Alessio a Pinamar el 8 de enero, donde el fiscal los espera en el balneario CR y se produce la triple reunión: D’Alessio y Stornelli en una mesa, Etchebest espera en la otra. Hay fotos del encuentro en la causa. Según la denuncia, será allí donde se le hace el pedido de los 300.000 dólares como “única posibilidad de sortear una imputación maliciosa y mendaz”.
D’Alessio junto a Stornelli en Pinamar.
Una vez terminada la reunión, la denuncia relata la larga negociación que se abre para la concreción de los pagos. Una y otra vez se posponen hasta que, siempre según Etchebest, se acuerda la entrega de un adelanto de unos 15.000 dólares que finalmente se realiza. De esos billetes, quedaron fotos y numeración en el expediente.
El primer pago, de 5.000 dólares, se hizo en la confitería Selquet ubicada en la esquina de Figueroa Alcorta y La Pampa de la ciudad de Buenos Aires. El 23 de enero se completó el adelanto en un encuentro en la confitería Alvear Icon, donde se entregaron otros 9.700 dólares:
En el siguiente audio, el empresario Pedro Etchebest explica cómo fue la extorsión de Stornelli/D’Alessio:
Ante la consumación del hecho en Pinamar, la abogada de Etchebest, Natalia Salvo, presentó la denuncia y el expediente por extorsión lo instruye el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla. En declaraciones al canal C5N, la letrada explicó que “hay infinidad de pruebas e información, hay 22 horas de audio (…) Las pruebas adjuntas en la causa, el material fílmico, los audios [publicados en El Cohete a la Luna], dan cuenta de que existe una vinculación entre el sr. D’Alessio y el fiscal Stornelli. De hecho la ostentación de poder que mostraba D’Alessio, muestra una filmación dentro de la fiscalía de Stornelli mientras le tomaban declaración a otra persona. Desde el primer momento le hace saber que el trato se va a sellar en la ciudad de Pinamar, con Stornelli, que fue lo que efectivamente registran las imágenes”:
En este video puede escucharse el diálogo entre Etchebest y D’Alessio en el que se relata cómo el empresario finalmente le da la mano al fiscal, gracias a la intermediaión de D’Alessio:
En este otro audio se escucha cómo D’Alessio le dice a Etchebest: “Los oficios los sacó Stornelli sabiendo que todo esto me va a llegar a mí. Obviamente que Stornelli después va a querer una atención, pero eso ya es un tema tuyo y de Stornelli”, sugiriendo el pago de una coima:
La insólita explicación de D’Alessio fue que el empresario Etchebest acudió a él y que la extorsión fue “para investigar si tiene ese dinero o no” (sic). “Mi trabajo es hallar la verdad. Cuando se le pide dinero a una persona, sean 100 mil, 300 mil o lo que mongo sea es para ver de dónde sale. No es lo mismo que diga ‘lo tengo en una caja de seguridad en Buenos Aires’ a que diga que lo tiene que traer de Estados Unidos”, o sea, según D’Alessio él no era extorsionador sino que actuaba como tal (?).
Al ser consultado sobre su rol como servicio, D’Alessio dijo que le parecía “peyorativo” usar ese término pero no negó que esa pudiera ser su función y tampoco negó que trabajara para la DEA y la NSA norteamericanas.
Sin embargo, tuvo que reconocer que conoce a Stornelli, si bien “sólo lo vi dos veces”, una de ellas hace cuatro días, para entregarle un nuevo arrepentido en la causa de los cuadernos, con lo que termina reconociendo que trabajaba para el fiscal. De hecho, entre las pruebas presentadas existe un video que muestra un encuentro entre D’Alessio y el fiscal en una confitería de Pinamar. Todo esto contradice su afirmación de que “Stornelli no es mi jefe, nunca me encargó ningún tipo de trabajo”. ¿Si nunca le encargaba ningún trabajo qué hacía llevándole arrepentidos?
Un inquietante dato complementario que surge de las grabaciones entregadas a la justicia, D’Alessio afirma que Stornelli le compró una casa azul, frente a CR de Pinamar, al empresario Héctor Colella, estrechamente ligado, e incluso sindicado como heredero, del mafioso fallecido Alfredo Yabrán, y que parte del dinero era para ese pago. No extraña la vinculación del fiscal macrista Stornelli con los Colella, ya que dicha familia es socia de TGLT, una firma controlada por el fondo PointState que adquirió la constructora de Nicolás Caputo, el “hermano del alma” de Mauricio Macri.
Todo indica que D’Alessio debería terminar preso y Stornelli removido y juzgado.
En rigor de verdad, cabe preguntarse: si a un pequeño empresario, como Pedro Etchebest, le pidieron U$S 300.000 dólares para no ir preso, ¿cuántos millones de dólares llevarán recaudados D’Alessio/Stornelli/Bonadío con los “empresarios arrepentidos” del caso de los “cuadernos”? Según el propio D’Alessio, Stornelli y Bonadío podrían llevarse de “20 a 50 millones de dólares”.
Una causa instrumentada de esta manera, ¿no está viciada de nulidad absoluta?