El pueblo argentino aplastó en las urnas a Mauricio Macri. Finaliza una etapa histórica

Tras casi 4 años de un saqueo sistemático, una destrucción planificada del tejido productivo industrial y la generación de 5 millones de nuevos pobres, el pueblo argentino aplastó al gobierno de Mauricio Macri en las urnas. La fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner canalizó el profundo descontento, obtuvo más de 12 millones de votos (48%) y derrotó en primera vuelta al marketing y el falaz recurso al vacío discurso republicanista de Juntos para el Cambio, que logró un no despreciable 40 % con 10 millones de votantes.

Propinado el castigo, se abre para el pueblo argentino una etapa de fuertes desafíos. Una economía destrozada y ultra-endeudada, sin reservas en el Banco Central, con salarios por el piso y al borde de una hiperinflación, demandará una precisión quirúrgica para poder ser encarrilada. Una sociedad atomizada en lo cultural por las distintas variantes del liberalismo deberá algún día poder plantearse ser un proyecto de país, con visión de futuro a largo plazo, volver a ser una comunidad organizada.

En una etapa global de crisis del sistema liberal financiero, con crecimiento casi nulo y una burbuja especulativa acumulada cerca de estallar peor que la de 2008, Argentina solo podrá sostenerse con una orientación geopolítica de unidad con los países hermanos del continente y que aproveche los actuales movimientos tectónicos y enfrentamientos entre las potencias y proyectos globales.

El poder real se mantiene voraz y agazapado esperando al próximo gobierno para imponer su Reforma Laboral y su Reforma Jubilatoria. El FMI buscará imponer sus históricas políticas de ajuste para orientar toda la economía a pagar deuda. El movimiento obrero organizado será un factor crucial para enfrentar estas demandas.

La transición será especialmente difícil. Esto explica las palabras de Cristina Kirchner a Macri: “Me voy a tomar un atrevimiento ante quien todavía es Presidente hasta el 10 de diciembre. Le voy a pedir en mi carácter de expresidenta que por favor, hasta el 10 de diciembre como yo lo hice hasta el 9 de diciembre que me tocó, le voy a pedir que tome todas las medidas que tenga que tomar para calmar la situación que están viviendo las finanzas de nuestros país. Los presidentes son desde el primer hasta el último día de su mandato”. Y remarcó: “Espero que Macri cuide el patrimonio de la Nación hasta el 10 de diciembre”.

Habiendo alcanzado alrededor de un 40%, Mauricio Macri logra retener el rol de futuro opositor, forma de mantener una cuota de poder que lo mantenga alejado de sus cuantiosas causas en Comodoro Py.

En la comparación con los eventos acaecidos recientemente en Chile y Ecuador, con reacciones masivas e incluso con recurso a la violencia, que impidieron que los gobiernos pudieran avanzar con los procesos de ajustes a pesar de la fuerte represión, la Argentina logró resistir al gobierno de Macri mientras se organizó para derrotarlo en las urnas.

Con un 40% de la industria nacional con capacidad ociosa en su producción, un 40% de pobres y más de un 10% de desempleo, la Argentina es un país en el que casi todo está por hacerse, será cuestión del pueblo argentino y de su clase política organizar correctamente esos factores para que la maquinaria productiva vuelva a ponerse en marcha.

 

 

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