El Gobierno comenzará a usar cámaras con reconocimiento facial en la vía pública. El camino hacia un totalitarismo estilo “1984”

A partir del 15 de abril se comenzará a utilizar en la Ciudad de Buenos Aires, como anticipo de una medida que se implementará gradualmente en todo el país, el sistema de reconocimiento facial de personas vía cámaras con inteligencia artificial. Lo que en un principio se vende como “una herramienta para detectar personas con pedido de captura”, en realidad es un paso más dentro de una estructura de control dirigida hacia toda la población que se suma al proyecto de Patricia Bullrich de confeccionar un registro con el ADN de cada ciudadano. Lo cierto es que a partir de la aplicación de este sistema, el Gobierno podrá identificar con nombre y apellido a cada persona que camine por la calle, podrá seguirla y espiar todos sus movimientos, de una manera que envidiaría la dictadura totalitaria del Gran Hermano de la novela distópica “1984” de George Orwell.

El anuncio fue realizado por el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, quien tiene a su cargo el Ministerio de Seguridad de la ciudad, y comparó el nuevo sistema con el “anillo digital” que funciona en los ingresos a la Capital: “El anillo funciona de manera extraordinaria, donde la Policía de la Ciudad y de la Provincia trabajan juntas y 2 millones de datos se procesan por día”. Sin embargo, por lo menos en el actual nivel de desarrollo, la cantidad de falsos positivos que genera el sistema podría conducir a detenciones equivocadas de personas inocentes, solo por “portación de rostro” similar al de alguien con pedido de captura.

La implementación de este tipo de mecanismos no son una originalidad de nuestro país, ya vienen siendo aplicados en China desde hace unos años y se está intentando instrumentar también en Europa, EEUU y Brasil, a través de tecnología israelí. Solo en China ya hay instaladas 170 millones de cámaras con esta característica (bajo el proyecto “Skynet” o “Red del Cielo”) y se espera que otras 400 millones se sumarán en la siguiente etapa. En enero de este año parte de la bancada del PSL, el partido de Jair Bolsonaro viajó a China para traer el sistema a Brasil. Para el mismo tiempo también se estaba planificando en Argentina. Por estos días también se está anunciando igual medida en algunas ciudades de México, provista por la empresa china Dahua Technology, que también tiene presencia en Argentina a través de la empresa Big Dipper. En 2016 un hackeo masivo a través de un malware afectó a más de 1.000.000 de cámaras de Dahua en todo el mundo. Este hecho también marca la vulnerabilidad con respecto a dónde puede terminar la información recabada por las cámaras y el software de análisis facial.

“Los equipos pueden reconocer el rostro de las personas y hacer inmediatamente la asociación con su información registrada. Esta lectura permite también identificar el género y la edad de las personas. El sistema también asocia el rostro del ciudadano a informaciones como el coche que utiliza, sus rutas más frecuentes, a sus parientes ya las personas con quienes entra en contacto, datos del fisco, profesionales y otros. A finales de 2017, un reportero de la red británica BBC hizo una prueba en el metro de Pekín, y tardó sólo 7 minutos en encontrarse y detenido por la policía después de que su foto fue insertada en la base de datos de personas buscadas del sistema”, afirma el diario carioca, Folha de S.Paulo.

En el siguiente video se puede ver cómo el sistema funciona en el país asiático:

La tecnología de reconocimiento facial ya está implementada bajo desarrollos israelíes también en los celulares Iphone X y está siendo incorporada por gigantes globales de internet como Google y Facebook, con elogios por parte de sus CEO’s, Mark Zuckerberg y Eric Schmidt. No es de extrañar que en la Argentina el mayor proveedor de cámaras de vigilancia haya sido el ex oficial de Montoneros, apoderado de Mario Firmenich y padrino de su hija, hoy cercano a Patricia Bullrich y nexo en la compra venta de armas con Israel, Mario Montoto.

Si bien en un primer momento se sabe traerá enorme cantidad de falsos positivos (92% cuando se probó esta tecnología en un partido en Inglaterra), se espera que el avance de la inteligencia artificial de reconocimiento facial terminará superando al propio ojo humano.

Para servicios de inteligencia internacionales como el Mossad y la CIA ya hay desarrollados lentes y hasta gorras especiales que proyectan puntos y destellos de luz infrarroja sobre el rostro, invisibles para el ojo humano pero que permiten engañar a estos sistemas de reconocimiento facial.

En la Argentina uno de los principales impulsores de la incorporación de datos biométricos de los ciudadanos en sus DNI fue Florencio Randazzo en 2014. Una medida muy criticada y hoy profundizada por el gobierno de Macri. Es que este tipo de disposiciones trascienden las “grietas”, son imposiciones globales y gran parte de los países del mundo marchan hacia los mismos objetivos, incluso en simultáneo como puede ver con México y Brasil.

Estos cambios globales, hacia un Nuevo Orden Mundial de mayor vigilancia y control, confluyen con el creciente uso de datos biométricos, registros de ADN, geolocalización por GPS de cada individuo y otras formas más sutiles como la progresiva eliminación del dinero físico y la convergencia hacia un mundo en el que cada compra y venta que realice cada ciudadano quedará registrada electrónicamente a través de tecnología blockchain, quedando la totalidad de sus actos y su riqueza a merced de un futuro gobierno totalitario. Cambios que hace un par de décadas habríamos creído imposibles y propios de una novela de ciencia ficción distópica van aplicándose de manera lenta pero sin pausa. Como en el cuento de la rana que escaparía saltando al ser arrojada al agua hirviendo pero se termina cocinando si se le va subiendo la temperatura lentamente, para cuando queramos salir de esta nueva realidad, quizá ya le tengamos todos naturalizada y sea demasiado tarde.

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