De la Comunidad Organizada al simulacro virtual. Crisis de valores y agonía del peronismo. Por Jorge Rulli y Cristian Taborda

De la comunidad organizada al simulacro virtual. Sobre la crisis de valores y la agonía del peronismo.
Por Jorge Rulli – Cristian Taborda.

“Ahora, cuesta abajo en mi rodada,
las ilusiones pasadas
yo no las puedo arrancar”.
-Carlos Gardel.

La crisis de valores y la agonía del peronismo

El día de la lealtad se ha transformado en el día de la traición con un peronismo fagocitado por la izquierda y el progresismo liberal. Un “peronismo” que se despojó de Dios, la patria y el trabajo por la ideología, el dinero y el género, que dejó la revolución nacional por la subversión cultural, que abandonó a trabajadores por minorías, que sustituyó la justicia social por el asistencialismo, la patria por el desarraigo y cambió soberanía por globalismo.

El 9 de Abril de 1949 Perón expone en el cierre del primer Congreso Nacional de Filosofía, llevado a cabo en la Universidad de Cuyo, donde allí expresa la base filosófica de su pensamiento: “La Comunidad Organizada”. Una propuesta motivada por la crisis de valores que atravesaba el mundo, inspirada en el humanismo y la tradición cristiana, brindando una alternativa superadora al “individualismo amoral” y el “colectivismo atomizador” llamando a superar la lucha de clases estableciendo una armonía entre el hombre y la comunidad, un equilibrio espiritual entre cuerpo y alma.

Esta propuesta que quedará plasmada en la Convención Nacional Constituyente de 1949 y ratificada en el “Modelo Argentino para el Proyecto Nacional” bajo la idea de “Comunidad Nacional” hoy ha sido profanada.

No más humanismo y cristianismo sino malthusianismo y ateísmo, no más realización del hombre en la comunidad Nacional sino mercantilización del individuo en la sociedad de mercado global, no más armonía entre cuerpo y alma sino deseo y placer irracional. La consumación de la tragedia ética en palabras de Hegel.

El progresismo que infiltró el radicalismo llevando al colapso al histórico partido nacional bajo ideas socialdemócratas, de igual forma, el virus ha infectado ideológicamente al peronismo. De movimiento de liberación a partido de la dependencia, de la distribución de la riqueza a la administración de la pobreza. De comunidad organizada a sociedad abierta.

El simulacro

Los fundamentos éticos de la doctrina peronista han sido trans valorizados, por la imposición de antivalores: la cultura de la vida en cultura de la muerte, la familia por el individualismo, la verdad por la mentira, la unidad nacional por la división social.

Pero los valores, permanentes, como la patria siguen ahí, a pesar del relativismo posmoderno, a decir de Jean Baudrillard “siguen funcionando con una indiferencia total hacia su propio contenido”. Permanecen en lo profundo del Ser nacional ante la indiferencia de los que pueden darse el lujo de no tener patria, ni valores.

La subversión de los valores llevada adelante por el progresismo cultural, introdujo al peronismo en la “política trans” o transpolítica como define el francés Baudrillard, es decir, “en el grado cero de lo político, de su simulación indefinida. Como ya no es posible definirse, por la propia existencia, sólo queda por hacer un acto de apariencia sin preocuparse por ser”. Transformismo. Travestismo político.

De la comunidad organizada ha pasado a la simulación, al simulacro de lo real. Un estado de simulación, de una “utopía realizada” que ha quedó a espaldas. Un simulacro que ya no refleja lo que realmente es sino una copia, una hiperrealidad. Una copia que puede llegar a ser lo contrario a lo que era. En el campo político de ser representante del pueblo a ser representante del establishment, en lo económico de un modelo industrialista generador de empleo a uno extractivista de agronegocios destructor de la tierra, en lo social de elevar el nivel de las clases medias y trabajadoras a disminuirlas, en lo cultural del nacionalismo a una interpretación marxista y relativista de la historia y la cultura, de promover la familia a atacarla.

La rebelión

El 17 de Octubre, día de rebelión, hoy, en la simulación de la matrix progre se convierte en el día de la domesticación. En defensa de la partidocracia y la casta política. El simulacro es total, en un acto de enajenamiento absoluto de la realidad la “movilización” pasa a ser virtual e individual, sin alma ni espíritu, desde una aplicación siguiendo sin cuestionar el nuevo orden social diseñado en Silicon Valley. Ya no importa la realidad efectiva sino la realidad virtual.

Hoy nos encontramos ante una situación similar como la etapa previa al peronismo, en la cual desde el ’43 se comienza a gestar la Revolución Nacional que brotará con el pueblo el 17 de octubre de 1945 cuando se impone la rebelión. Trabajadores ya no explotados sino excluidos del sistema, crisis de valores y una plutocracia que turna la administración entre sus dos alas. Ahora mediante la novedad de un régimen sanitario, que ha destruido el trabajo y las familias, la salud y la economía, al pueblo y la soberanía obedeciendo sin objeción las órdenes de tecnócratas de las oligarquías globalistas expresadas en burocracias internacionales como la OMS y el FMI. Impera y es necesario recuperar ese espíritu revolucionario, patriótico y de rebeldía. Rebelión una vez más a una época infame. Rebelión a la miseria y la podredumbre. Rebelión contra un sistema político corrupto, “políticamente correcto” y éticamente corrupto. De desobediencia al orden inmoral dominante.

Como ya se mencionaba en La agonía del peronismo (Editorial Biblos, 2019), la progresía tras años de practicar travestismos en el PJ y de respaldar políticas neoliberales para no ser reconocidos diferentes pueden por primera vez asumir su identidad histórica sin tapujos ni enmascaramientos.

El Partido Justicialista que supo oficiar como instrumento electoral de un movimiento revolucionario, nacional y de los trabajadores culmina como una organización gubernamental funcional y al servicio del capitalismo financiero conducido por cuadros políticos comunistas que han pasado de “luchar contra el capital” a luchar por el capital. Termina el Partido Justicialista como caniche de la internacional progresista y de la oligarquía financiera.

Ya decía Tertuliano en su “apologética” en defensa de los cristianos: “Es ajeno de toda razón adorar por dioses a los ídolos y los simulacros”.